A propósito de la democracia costarricense... Hablemos de discriminación racial

28/01/1998
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San José.- Por mucho tiempo se ha creído que la democracia costarricense garantiza que todas las personas seamos "igualiticas". ?Aquí toda la gente tiene derechos iguales... aquí se respeta a todo mundo... aquí no discriminamos a nadie! Sin embargo, hechos cotidianos nos muestran que "del dicho al hecho hay mucho trecho", que la democracia a la tica tiene debilidades y aún es imperfecta. Que las personas son iguales hasta cierto punto..., que a veces sí se justifica la discriminación porque "esos nicas, esos indios o esos negros" son muy mal agradecidos; o simplemente por medio de un chiste, o una frase nos sentimos con la autoridad de desvalorizar a las personas que consideramos diferentes y consecuentemente inferiores. La democracia costarricense, que nos permite este año elegir libremente a nuestros gobernantes y que se autoreconoce como pluralista, se apoya en valores y prácticas culturales que desvalorizan lo diferente e invisibilizan a los grupos étnicos minoritarios. La historia y la cultura oficial no asumen el carácter multiétnico y pluricultural, ni mucho menos el aporte de las minorías étnicas a la incesante construcción del país y de nuestra democracia. El año pasado, colocamos en el tapete de discusión nacional el tema de la discriminación racial a propósito de la política solapadamente racista del Bar y Restaurante el Coyote, situado en el moderno complejo comercial Mall San Pedro. Las denuncias públicas que presentamos evidenciaron que no solo en Coyote se practica una política racista, sino que todavía hoy, en 1998, a solo dos años del nuevo milenio, en Costa Rica, un país que se caracteriza por el ejercicio de la democracia, existen otros lugares públicos y centros de reunión que tienen políticas encubiertas de discriminación racial, y que el aparato de justicia no actúa en estos casos de manera "pronta y cumplida", que por lo tanto no se está garantizando el artículo constitucional que proclama que "toda persona es igual ante la ley y no podrá hacerse discriminación contraria a la dignidad humana". Estos hechos de los que son víctimas muchas personas afrocostarricenses, no podemos analizarlos como aislados, sino más bien como el resultado de una cultura de exclusión que califica, coloca y discrimina a las personas de acuerdo a su condición étnica. No obstante, sentimos la conciencia organizaciones y costarricenses, que están dispuestas como nosotras a construir cotidianamente una democracia de hecho y de derecho. Denunciar todo tipo de injusticia e intolerancia opresiva , además de promover colectivamente conciencias, actitudes y prácticas de convivencia constructivas contribuyen con la democracia costarricense. Hemos iniciado una Campaña por la Justicia, la Democracia y los Derechos Humanos en Costa Rica, la cual difundiremos nacional e internacionalmente, con lema: "Por una Costa Rica con justicia e igualdad, que valore la diversidad... Trabajemos en contra de toda forma de discriminación". * Economista, Centro de Mujeres Afrocostarricenses
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