No a la catedral militar

11/07/2007
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Carta abierta a mons. Fabio Reinaldo Colindres

Los abajo firmantes, pertenecientes a CEIPES, Coordinación Ecuménica de la Iglesia de los y las Pobres de El Salvador, se dirigen con todo respeto a Mons. Fabio Reinaldo Colindres y a las personas civiles o militares que a través de la Fundación Virgen del Rosario (FundaRosario), han proyectado la Construcción de una futura catedral militar.

Como creyentes en Jesús de Nazaret y en su Evangelio, Buena Noticia para los que sufren, los pobres, los marginados, los sin trabajo etc., creemos firmemente que la construcción de la proyectada catedral militar es un antisigno evangélico para los hermanos/as que lo pasan tan mal y un testimonio errado de la misión que nos corresponde realizar, como sacerdotes o laicos que creemos en Jesucristo, Salvador.

Jesús fue un enamorado de la vida y la entregó para que todos la gozaran. Pero tuvo una especial debilidad por todas las personas que sufrían por cualquier causa, enfermedad, marginación, pobreza… Esto significa que, para los cristianos, la eliminación o el alivio del sufrimiento humano debe ser prioritario en cualquier acción pastoral.

Construir una catedral, con las grandiosidad, esplendor y magnificencia que desean se opone al sentir más profundo de nuestro Maestro y Señor, Jesús, que tanto criticó el templo de Jerusalén, como símbolo de poder civil, militar, religioso.

Construir una catedral con cifras millonarias, más de 4 millones dólares, es una bofetada a la acción del Espíritu que nos convoca a la solidaridad con las víctimas de tanta injusticia e impunidad que sufrimos en nuestro país.

Construir una catedral, y además militar, es una blasfemia a la misma acción de Dios que se opone a todo tipo de acción violenta y pide tener sentimientos de paz hasta con nuestros enemigos. Su construcción parece ser un intento de lavar la imagen de las fuerzas armadas, involucradas en actos criminales: como el de Mons. Roberto Joaquín Ramos, primer Ordinario Militar, jamás investigado; el asesinato de lesa majestad de Mons. Romero; el de los jesuitas y las dos mujeres; el asesinato de sacerdotes, religiosos, religiosas, laicos y laicas, catequistas, misioneros… cuyo objetivo fundamental de todos ellos era anunciar buenas noticias evangélicas: que los pobres, oprimidos y explotados van a vivir un poquito mejor, con dignidad.

Construir una catedral con fondos que pueden ser malditos, porque suelen ser fruto de la explotación, robo o expolio…es un pecado contra el Espíritu Santo, pues la firmeza de Jesús en este tema es inequívoca: “No se puede servir a Dios y al dinero…” y los que financian o piensan financiar… no consiguieron sus riquezas con el sudor de su frente, sino con toda seguridad, con el sudor del de enfrente, es decir, de los demás.

Construir una catedral (católica) militar en un Estado laico, puede ser inconstitucional y en cristiano, puede ser de exclusión y contraria al ecumenismo.

Construir una catedral, después de la V Conferencia de todos los Obispos Latinoamericanos, en Aparecida, es no entender los signos de los tiempos y volver de nuevo al poder, a las falsas alianzas con los poderosos de este mundo y quienes les defienden, como fieles guardianes, los militares.

Por todas esas razones, que nacen del más limpio y genuino evangelio de Jesús, en conciencia, levantamos nuestras humildes voces, plurales, ecuménicas… y pedimos firmemente que desistan de esa construcción y dediquen sus esfuerzos en aliviar tantos sufrimientos de nuestros hermanos y hermanas, los más pobres.

- CEIPES, Coordinación Ecuménica de la Iglesia de los y las Pobres de El Salvador
https://www.alainet.org/es/active/18589

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