¿Negocios arqueológicos?
- Opinión
Hoy, vamos a interrumpir los análisis que hemos vendo formulando sobre “La Ciudad de la Esperanza” para tratar asuntos de vital importancia no solo para la ciudad de México sino para todo el País.
El primero, deriva de una declaración del señor Embajador Don Alfonso de María y Campos, quién sabe por que artes y méritos, actual Director del Instituto Nacional de Antropología e Historia . Señaló este buen señor Embajador, que hace falta dinero para adquirir los predios en los que se asientan muchas de nuestras zonas arqueológicas, y mencionó setecientos millones de dólares como precio de los terrenos en que se asienta Chchen Itza, así como que ya se han comprado otros en catorce millones de pesos en diversos lugares,
Se nos ocurre preguntar, antes de que tan distinguido funcionario lo descubra, de quién es y cuanto vale el inmenso predio ubicado en la Plaza de la Constitución en que se asienta la Catedral de México, el que está al lado, al que llamamos Palacio Nacional, y aquel enfrente de la Catedral, en que se asientan las oficinas del Gobierno del Distrito Federal, ya que me parecen prioritarios para ser adquiridos por los mexicanos.
Los terrenos que ocupa la nueva Zona Arqueológica de Chichén Itza, “son propiedad de la familia Barbachano”, se dijo, y nos asaltó la duda. Seguramente los adquirieron antes de que la majestuosa pirámide de Kukulcan, el templo de las columnas, el Juego de Pelota y demás, fuesen construidos, y estos malvados de los mayas, edificaron sin permiso de los dueños del predio lo que hoy es una de las maravillas de la humanidad y, como gentes honradas que son los funcionarios públicos, se ven en la necesidad de pagar el precio, eso sí, en dólares. Si acaso queda alguna comisioncilla, ni modo, como dicen los abogados, inveterata consuetudo. ( viejas costumbres).
Sin embargo, el proceso para “regularizar” las zonas arqueológicas, aunque parezca redundante y, solo es una triste opinión de lego, nos parece irregular.
Para el artículo 27 constitucional, “ La propiedad de las tierras y aguas comprendidas dentro de los límites del territorio nacional, corresponde originariamente a la Nación, y par el numeral 27 de la Ley Sobre Monumentos Arqueológicos, Artísticos e Históricos, “ Son propiedad de la Nación, inalienable e imprescriptible los monumentos arqueológicos, muebles e inmuebles.
La tierra en la que están asentados desde hace mas de dos mil años los monumentos arqueológicos inmuebles, entre otros Chichén Itza, ¿queda fuera de la norma constitucional y de la norma secundaria?
¿Como pudieron adquirir los actuales “propietarios de la tierra en la que se asientan nuestras joyas arqueológicas esa propiedad, y de quién ¿ ¿Hay acaso algún códice o inscripción jeroglífica en la que esa propiedad esté inscrita desde antes de la construcción de las pirámides?
Es muy probable, no seguro desde luego, que no existan esas inscripciones, Es muy probable que los títulos de propiedad actual sean apócrifos, o tal vez derivados de las “compras de zonas arqueológicas que escribió haber hecho John Loyd Stephens allá por el año de 1840 “, o de algún otro título, forzosamente apócrifo por falta absoluta de veracidad y realidad que, a no ser por “el diente por adela “que estamos tan acostumbrados a permitir, ya se habría detectado y evitado el tremendo fraude que a la Nación está a punto de cometerse, vendiéndole en setecientos millones de dólares lo que conforme a la ley es suyo y patrimonio de todos los mexicanos.
Del mismo autor
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