Las víctimas tienen la palabra

26/07/2007
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En el marco del Encuentro de Víctimas pertenecientes a Organizaciones Sociales, que se inició el pasado 26 de julio en Bogotá y que culminará el sábado 28 del mismo mes, diversos gremios, organizaciones y comunidades provenientes de todo el país se dieron cita en la Plaza de los Artesanos con el fin de analizar algunos casos representativos de violencia, identificar comunes denominadores entre las diferentes organizaciones victimadas y proponer alternativas de reparación y reconciliación que como bien lo señaló Jairo Ramírez, director del Comité Permanente de Derechos Humanos, “permita el desarrollo y puesta en marcha de una genuina política de reparación integral que facilite la reconciliación nacional a través de la negociación política del conflicto y la inclusión participativa de todas las víctimas en las decisiones concernientes a la protección y reconocimiento de sus derechos.

La idea de hacer un encuentro nacional de víctimas pertenecientes a organizaciones sociales surgió de la necesidad de colocar en un primer plano toda la problemática de la victimización que ha padecido Colombia a lo largo de estos años y poner en un primer plano los derechos de las víctimas”. Las víctimas organizadas que participan en este Encuentro y las mismas organizaciones sociales que lo convocan, consideran que desde el inicio del proceso de paz del actual gobierno con los grupos paramilitares, la relevancia la han tenido los victimarios, mientras las víctimas han sido relegadas a un segundo o un tercer plano. “Su drama no ha sido escuchado. No han tenido la posibilidad de contarle al país y a la comunidad internacional la situación que vienen padeciendo en sus regiones, de hacer sus denuncias y sobre todo, en este contexto, de plantear sus propuestas, es decir como conciben ellas el tema de la verdad, de las investigaciones sobre los crímenes diversos que se han producido sobre la población colombiana, sobre los procesos judiciales que permitan que una vez se investiguen estos crímenes se puedan sancionar y que esa sanción corresponda proporcionalmente a la magnitud de los crímenes cometidos y por supuesto, que haya una reparación integral”. Existen unos conceptos de reparación que se han vertido especialmente desde la Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación que no corresponden a la magnitud del drama humano y a la magnitud del daño que se ha causado a las víctimas y a la sociedad colombiana.

El Encuentro de Víctimas pertenecientes a Organizaciones Sociales, que contó con la presencia de más de dos mil quinientas personas provenientes de todos los rincones de Colombia, muchas de las cuales llegaron tras largas caminatas y recorridos en buses de más de catorce horas, fue convocado por 80 organizaciones sociales (defensores de derechos humanos, sindicatos, colectivos, movimientos de mujeres, campesinos, jóvenes, indígenas y otros) con el fin visibilizar a las víctimas ante la sociedad, escuchar sus testimonios y propuestas, y a través de una organización sectorial, analizar y evaluar la problemática que subsiste en muchas regiones denunciando que contrario a lo que ha venido planteando el gobierno nacional, la crisis de derechos humanos parece agudizarse cada día más.

La crisis profunda por la que atraviesa la Ley de Justicia y Paz, los procesos judiciales que no logran ser contundentes, la acción de la Fiscalía, la burla de que son objeto las víctimas en las audiencias públicas de los paramilitares, la falta de garantías para que éstas puedan comparecer y plantear sus exigencias, obliga a que sean las mismas comunidades organizadas, las que generen sus propios escenarios de participación, estudien de modo colectivo sus propuestas e iniciativas y allanen el difícil camino hacia la reconciliación nacional con la aplicación de una justicia ejemplar y la puesta en marcha de políticas serias de reparación consecuentes con los daños infringidos, tanto a individuos como a colectivos.

Las organizaciones reconocen como imperiosa necesidad que el Estado asuma la obligación que tiene de reparar no sólo casos particulares, sino también colectivos cuyos derechos fundamentales han sido vulnerados, en tanto que muchos individuos son victimizados en razón de sus afiliaciones políticas o por pertenecer a sindicatos y gremios organizados. Igualmente es prioritario que todo acto de reparación que se asuma, se configure dentro un modelo de aplicación de justicia eficaz que garantice la no repetición de los crímenes y que los responsables materiales e intelectuales de masacres, genocidios, desplazamientos, ejecuciones extrajudiciales, violaciones y desapariciones forzadas sean investigados y sancionados teniendo en cuenta la gravedad jurídica que internacionalmente se impone a crímenes de lesa humanidad. No es factible entonces, y con la aplicación de una justicia ejemplarizante.

Este Encuentro nacional, pluralista y multitudinario es de suma importancia para el país y para la sociedad que ha pretendido cerrar los ojos ante la tragedia que a diario viven millones de compatriotas. “Con este Encuentro queremos decirle en el último día a las autoridades, a la Fiscalía General de la Nación, a la Procuraduría y a la Defensoría del Pueblo, que la victimización continúa siendo una constante en cientos de municipios colombianos, que el paramilitarismo no se ha desmovilizado, que el proceso de judicialización no marcha, la impunidad sigue campante en el país, no hay perspectivas serias y ciertas para una reparación integral, y por eso vamos a plantear una serie de casos que está viviendo la gente en las regiones, y queremos que estas denuncias no sólo sean atendidas por las autoridades competentes sino que lleguen a toda la comunidad nacional e internacional”, declaró en rueda de prensa Jairo Ramírez, director del Comité Permanente de los Derechos Humanos.

Es la primera vez en Colombia, que logran confluir víctimas de tantas organizaciones sociales, que se reúnen de modo proactivo tanto víctimas de crímenes de Estado, como víctimas de organizaciones paramilitares y guerrilleras. Al Encuentro han asistido víctimas y organizaciones de lucha contra el secuestro y por el Acuerdo Humanitario, de comunidades indígenas, organizaciones de mujeres, de campesinos, víctimas de la masacre del Salado, San Onofre, Mapiripán, del Magdalena Medio, Putumayo, Arauca, Nororiente Antioqueño, Cundinamarca, víctimas del movimiento sindical, del genocidio contra la Unión Patriótica, del Catatumbo, y de muchas otras regiones del país. “Se trata precisamente de hacer un examen de toda esta situación que hay de violencia y de vulneración de derechos humanos, para que desde un espacio construido por las víctimas se presenten estrategias para que el país pueda concretar de una vez por todas la recuperación de la memoria histórica, la verdad, la justicia, la reparación y los mecanismos para la no repetición” señaló Ramírez.

El columnista y defensor de derechos humanos, Iván Cepeda Castro, declaró que el Encuentro ha sido todo un éxito. “Es el evento más representativo en materia de organizaciones y sectores de víctimas y organizaciones que se ha realizado en Colombia, con el cual pretendemos elevar la voz, y a través de propuestas muy puntuales hacerle llegar un mensaje al Presidente de la República en el que le vamos a demostrar que el paramilitarismo contrariamente a lo que el afirma si existe, que las declaraciones y los testimonios que tenemos de múltiples regiones nos indican que las comunidades están siendo agredidas por estos grupos, que el conflicto armado también existe y que las que están acá, presentes con sus ideas y sus valerosas luchas, son precisamente las víctimas de este conflicto”. Según Cepeda, el gobierno carece de políticas serias para atender a la comunidad victimizada del país. “Es increíble que una persona tenga que recorrer a pie el país para ser escuchada, por eso y en reconocimiento a la valerosa actitud del profesor Moncayo, el Encuentro le hará llegar un mensaje de apoyo y solidaridad. El valeroso gesto del profesor, le ha hecho recordar al país, la importancia de las víctimas para que sean parte de la agenda del gobierno, porque su imagen dolorosa y negada, transite en el imaginario de todos los ciudadanos y se realice finalmente el acuerdo humanitario”.

Cepeda también informó que el sábado 28, al finalizar el Encuentro, se hará entrega de una carta que todo el evento le suscribe a las cortes en reconocimiento al solidario y valiente respaldo que han manifestado hacia las víctimas. “A la Corte Constitucional en reconocimiento por la sentencia C-370 y por haber fallado tutelas como la T-025 de 2005 en favor de los desplazados. A la Corte Suprema de Justicia por sus investigaciones contra más de 30 parlamentarios y por su papel destacado en el esclarecimiento del fenómenos de la llamada parapolítica y por la sentencia en la que limita sus amplios beneficios y define claramente la naturaleza del delito político”. El objetivo con este acto de reconocimiento público, es también llamar al país para que se una a respaldar a las Cortes en su lucha contra la impunidad y porque se reconozcan los derechos de las víctimas sobre las imposiciones de los victimarios.

Por su parte Pedro Santana, presidente de la Corporación Viva la Ciudadanía, sostuvo que uno de los objetivos de este Encuentro es manifestar la solidaridad y el respaldo de las organizaciones participantes a la Corte Constitucional, por su fallo del 18 de mayo del 2006; a la Honorable Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia por la sentencia de segunda instancia que rechaza la pretensión del gobierno de invadir el fuero y la independencia de la rama jurisdiccional. “Este encuentro quiere respaldar a estos dos organismos que en buena hora sacaron la cara por las víctimas y se colocaron en la ruta de construcción de la verdad, la justicia y la reparación con no repetición”.

La líder indígena Carmen Ramírez de la comunidad Wayuu declaró, que tras un arduo trabajo de organización de mujeres y víctimas del conflicto que azota sus regiones, la situación de vulnerabilidad es cada día más elevada. Los criminales no les perdonan su entereza y valor a la hora de confrontar sus métodos bárbaros ni su firmeza para declararse pueblos en paz.

“La situación de los pueblos Wayuu ha sido invisibilizada por el mismo Estado, por eso consideramos de suma importancia contar con estos espacios para levantar la voz, para decir una vez más que renunciamos de una vez por todas y para siempre al miedo, a la intimidación. Muchos de nuestros compañeros han sido asesinados, y eso la opinión pública no lo conoce; más de 200 indígenas de nuestra comunidad han sido desaparecidos o masacrados, muchos han tenido que desplazarse hacia Venezuela a falta de garantías para el desarrollo de sus actividades”. La indígena denunció a la Fiscalía por haberlo expuesto en busca de establecer un proceso transparente de denuncia en el proceso de justicia y paz, que en últimas sólo ha servido para dejar a la población desprovista de garantías y protección. “Las mujeres estamos amenazadas, toda mi familia lo está y nos resistimos a vivir un día más en la violencia. En días pasados llegó a Maicao un carro con individuos fuertemente armados. Se estacionaron frente a una ranchería y delante de todo el mundo asesinaron a unos muchachos. El fin era intimidarnos y silenciarnos”. El pueblo Wayuu no se rinde ni se deja vencer por el miedo o las dificultades, asegura su líder, y por eso dice que están dispuestos a seguir hasta el final con su lucha hasta que se reconozcan sus derechos, se respeten su normas jurídicas tal como lo establecieron en días pasados en la Declaración de Maicao, y se les repare conforme a sus propias leyes. “No nos detendrán, vamos a seguir adelante para encontrar a todos nuestros desaparecidos, y no vamos a seguir sufriendo en el silencio y el abandono. La representante a la Cámara por los pueblos indígenas, Orsinia Polanco definió el Encuentro como un mensaje masivo para el gobierno y para todo el país, en el que se reafirma la unidad de las víctimas en rechazo a las medidas que adopta el gobierno en beneficio de los victimarios. “Este Encuentro es muy importante para las comunidades indígenas porque con él, estamos defendiendo la autonomía de las comunidades indígenas, y nos estamos declarando como una opción real de poder porque somos los únicos capaces de conciliar en medio de tanta turbulencia nacional; el pueblo indígena ha sido el único en Colombia que ha conocido el sabor de la paz”.

El Encuentro de Víctimas concluirá el sábado al medio día con la realización de una gran Audiencia Pública en la que se presentará el documento jurídicopolítico del Encuentro, se expondrán casos representativos desde la óptica de cada sector y hará entrega de las conclusiones, propuestas y mecanismos de reparación integral individual y colectiva a las entidades encargadas de administrar justicia.

Testimonios

Blanca Nieves Meneses


Vengo de la Dorada Putumayo. Para pedir el favor que nos colaboren para poder encontrar a todas las víctimas que tenemos perdidas. Yo tengo 4 hijas que fueron desaparecidas en el 2001. Nelcy Milena Galárraga, Mónica Liliana Galárraga, María Nelly Ramírez Meneses, también es hija mía, y Jenny Patricia Galárraga. A todas me las sacaron el 1 de enero a las seis y media de la tarde. Nos llevaron hacia un cruce y ahí llegaron ellos y me bajaron a mí y hablaron un rato. Estaban los comandantes “el alacrán” el comandante Raúl, el “comandante el blanco” y “el mocho”; ellos cogieron a mis hijas y las desaparecieron. Hoy les pido que por favor me digan donde están; si en verdad me las tiraron al río o si las tienen por ahí que hagan el favor de avisarme donde están para irlas a sacar. Yo por ellas no pido cárcel ni nada, lo único que les pido es el favor que a todas las familias de las víctimas que hay en el Putumayo, en La Dorada y en todas partes, nos avisen en donde se encuentran.

También le digo al señor Presidente que esperaba hoy día encontrarme aquí con él para pedirle el favor que nos ayude, que no nos abandone y que no nos ataque más con esos grupos que andan por ahí, que recojan a toda esa gente y nos dejen vivir en paz como vivíamos hace cincuenta y cinco años, comiendo del plátano, del pescado, de la yuca del arroz y no vivíamos una violencia como la que vivimos ahora. Le pido que hagan justicia, que nos ayude a recuperar todos los cadáveres que no nos quieren entregar; hay muchas comunidades que saben donde están sepultados y no nos quieren avisar, y si no que ellos mismos nos manden un mensaje, yo tengo celular, que me llamen por favor y me ayuden a salvar a mis niñas, que me digan donde están para poderlas enterrar. Le pido el favor a ese comando que se llevó a mis hijas que haga el favor y me las entregue y también pido por toda la gente del Putumayo, que por favor entreguen a las víctimas, que digan dónde están, habemos muchas viudas que estamos sufriendo, yo también perdí a mi esposo a quien mataron hace 17 años unos grupos que llegaron al Putumayo, porque aquí también venían muchos soldados atropellando a la gente, la mataban y la vestían de guerrilleros, y la verdad es que en el Putumayo nosotros no hemos sido guerrilleros, a mi me han señalado de guerrillera y yo nunca he sido guerrillera, tengo mi frente en limpio gracia a Dios, he vivido en Putumayo siempre, trabajé, quedé viuda, saqué a mis hijas adelante, les enseñé a trabajar y estudiaron hasta cuando se las llevaron y yo quedé con los niños huérfanos. Por eso hoy le pido al país que me ayude, que los que se las llevaron por favor me devuelvan a mis hijas que esta depresión que me está matando es muy dura. Y habló por todas las personas del Putumayo, a quienes nos han hecho tanto daño, tanto los soldados como el grupo de paramilitares. A los señores del ejército por favor, que si los mandan a esa región es para que vayan a cuidarnos y no a quitarnos lo poquito que tenemos, porque ellos llegan y se comen las gallinas, quitan los plátanos, todo se lo llevan, yo perdí mi casa, pero principalmente a mis cuatro hijas. Por favor señor Presidente no los manden a destruirnos, más bien lo invitó a que venga al Putumayo y nos de la cara, queremos verlo y conversar con usted.

 Luis Napoleón

Quiero felicitar a los organizadores de este magno evento porque nos brinda la oportunidad de hacer públicas nuestras denuncias; ojala la prensa mañana no distorsione el mensaje que tenemos para dar, que no haya recortes ni ediciones arbitrarias para que podamos volver a creer en la prensa como un medio que se identifica con los dolores de las personas que hemos sido víctimas de crímenes de Estado. Quiero denunciar públicamente la situación por la que estamos atravesando. Nosotros fuimos víctimas de la muerte de nuestro hijo que estudiaba filosofía con énfasis en política en la universidad Libre de Colombia. Fue acallado junto con otros tres estudiantes universitarios porque en este país pensar es un delito. No identificarse con las políticas del gobierno es un delito, entonces hay que mandarlos a callar a como de lugar. Nosotros fuimos víctimas de un complot, que le costó la vida a nuestro hijo de la peor forma imaginable, pero desafortunadamente la misma prensa se encargó de distorsionar la verdadera razón por la cual nuestro hijo fue asesinado y pretendieron presentarlo ante el país como un miliciano. En este país todo se oculta y los medios de comunicación están al lado del gobierno. Por eso consideramos de suma importancia que se desarrollen eventos convocados por las víctimas para las víctimas porque para poder sanar nuestro dolor, debemos empezar por hablar y por escucharnos los unos a los otros. Nosotros hemos sido perseguidos por organismos oscuros del Estado, hemos padecido el miedo, el silencio y el obligado aislamiento; por ello valoramos tanto el apoyo que brindan las organizaciones sociales y sabemos de la enorme necesidad que tienen las víctimas de ser escuchadas; las víctimas no podemos seguir siendo revictimizadas, y no podemos seguir ocultando la situación por la que estamos atravesando porque al hacerlo estamos avalando el crimen, el mensaje de los violentos y llagando para siempre y sin remedio nuestro corazón.

Fuente: Semanario Virtual Caja de Herramientas Viva la Ciudadanía

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