Hacerse el agredido, para tener permiso de agredir, tirar la piedra y esconder la mano....
16/08/2007
- Opinión
Salpicados por los conflictos de interés que tienen con el trámite del TLC; la utilización de recursos de Taiwán para financiar gastos del Ministerio de Relaciones Exteriores; la denuncia del Presidente de ese país en el sentido de que China le había dado más de cuatrocientos millones de dólares a Costa Rica a cambio del establecimiento de relaciones diplomáticas; el ofrecimiento hecho a los Alcaldes de cincuenta millones de dólares de ese “fondo” para que apoyen el Sí en el Referéndum; el silencio ante los cuestionamientos que se les formulan en torno a la adquisición de la Parcela del Jobo; el uso de recursos públicos para favorecer la campaña del Sí; el manejo politizado del sistema cambiario, la economía y la deuda externa, la politización de las entregas de ayudas sociales para los más pobres; la anarquía reinante en la contratación del personal del servicio exterior; el contubernio dictatorial entre las cámaras patronales, sus medios y los gobernantes para silenciar la oposición política; el establecimiento de relaciones de poder totalitarias, donde prevalece la sumisión en la toma de decisiones de las instituciones, antes que las razones constitucionales y legales; la pérdida de derechos laborales de los trabajadores como mecanismos de compensación para alcanzar “competitividad”… ¡Todo obra de los Arias para “desgracia” Patria!
Y como de tirar la piedra y esconder la mano es el asunto, ante tanta evidencia de irregularidades, antes que rendir cuentas y debatir, día a día se les observa, como expertos demagogos que son, distribuir culpas entre una oposición sometida totalitariamente al veto de la palabra, para explicar sus verdades … A veces, ante tanta evidencia, siendo los arrogantes y vanidosos que son, también se les observa perturbados por “tanta agresión”… Pero, por más que lo intentan, el drama no les funciona, el desencajado y la falta de ideas es tan grande “como las piedras que lanzan”. ¡Hay de los delirios psicológicos y sus compulsivas palabras discordantes, cuando invocan al “diablo que los protege” y a los “suicidios como arma de convencimiento”!
Incluso la desfachatada argumentación de la amenaza comunista, cuando llenan el país de medidas dictatoriales y totalitarismo estalinista, para silenciar a la oposición, haciendo gala falsa de la defensa de democracia y sus instituciones, de por si viciadas por sus intereses, hacen de sus encadenamientos televisivos publicitarios y “dizque noticiosos” testimonios recurrentes de sus egoísmos, compromisos y mentiras con los grandes empresarios nacionales y las transnacionales.
¡Y que decir de los borrachos, borracheras y agresores de madres, en tiempos de necesidad demagógica, cuando tan siquiera pudieron construir sus propios símbolos e invadidos por la arrogancia y poder dictatorial se robaron el corazón …!
Hacerse el agredido, para tener permiso de agredir, tirar la piedra y esconder la mano.... ¡Esa es la estrategia de los pobrecitos Arias en esta su exacerbación dictatorial, donde la codicia de los negocios los impulsa a descalificar a toda organización o persona que no se adapte al ordenamiento idiologizado de su Partido Neoliberal Único!
Los Arias jugando de “niños buenos”, tirando una piedra por aquí y otra por allá, pero seguido y tupido (como dicen en mi pueblo) están comprometiendo el futuro de ciudadanos de bien, personas llenas de espíritu democrático genuino, haciéndolos sentirse “despatriados”… Están sumergiendo a los y las costarricenses en una guerra psicológica sucia, donde prevalecen consignas anti-democráticas para descalificar, antes que el debate de las ideas, lo que ha derivado en no pocas ocasiones en la barbarie de los “pleitos callejeros”, al mejor estilo de tiempos de los Tinoco. ¡Con su propaganda telecina y su estrategia de descalificación están “tiñendo de amarillismo totalitario” una lucha electoral que debió y debe ser respetuosa, equitativa y pacífica!
Exaltar las pasiones anticomunistas, como mecanismo para despertar entusiasmo electoral entre sus círculos neoliberales-derechistas, está caldeando los límites de la cordura ideológica de quienes siendo demócratas convencidos se sienten agredidos en sus derechos de trato justo, libertad y justicia, en razón de las limitaciones dictatoriales existentes, para impedir la expresión de las ideas y ejercer el derecho de respuesta.
Señores Arias y miembros de su Partido Único Neoliberal, aprendan de nuestros abuelos y bisabuelos, y campesinos de hoy… ¡Solo usaban y usan el canfín para prender el fuego, no para hacer más grande el poder de las llamas!
Costa Rica, está siendo arrasada por la propaganda oficial hacia la idea de la “confrontación necesaria”, como mecanismo para decidir acerca del tipo de país que queremos; hecho que unido al compromiso de los Arias de gobernar sin equidad y justicia es sinónimo de más combustible para la hoguera en que nos encontramos. Hacer comunistas, despatriados y sometidos a poderes extraños, como estrategia de campaña, constituye arma de doble filo, por cuanto le permite a los otros trasladar culpas y responsabilidades de sus actos. ¡Cosa que también hacen los Arias al tirar las piedras y reportarse como heridos!
Ante esta gestión despótica, dictatorial y totalitaria de los Arias, desde los Poderes del Estado, sus instituciones, las Cámaras Patronales y sus medios de comunicación el Partido Único Neoliberal, no hace otra cosa más que promover odios y revanchas. Acusar sin permitir al acusado defenderse constituye un reto a la persona o grupo ofendido y su dignidad que puede ser el detonante que desencadene la disolución social.
Hacerse el agredido, para tener permiso de agredir, tirar la piedra y esconder la mano.... haciéndose la víctima en nada ayuda a revertir la situación de inequidad e injusticia que viven la mitad de los y las costarricenses que aceptamos el Referéndum, como mecanismo para decidir acerca del tipo de país que queremos para las presentes y futuras generaciones.
Y como de tirar la piedra y esconder la mano es el asunto, ante tanta evidencia de irregularidades, antes que rendir cuentas y debatir, día a día se les observa, como expertos demagogos que son, distribuir culpas entre una oposición sometida totalitariamente al veto de la palabra, para explicar sus verdades … A veces, ante tanta evidencia, siendo los arrogantes y vanidosos que son, también se les observa perturbados por “tanta agresión”… Pero, por más que lo intentan, el drama no les funciona, el desencajado y la falta de ideas es tan grande “como las piedras que lanzan”. ¡Hay de los delirios psicológicos y sus compulsivas palabras discordantes, cuando invocan al “diablo que los protege” y a los “suicidios como arma de convencimiento”!
Incluso la desfachatada argumentación de la amenaza comunista, cuando llenan el país de medidas dictatoriales y totalitarismo estalinista, para silenciar a la oposición, haciendo gala falsa de la defensa de democracia y sus instituciones, de por si viciadas por sus intereses, hacen de sus encadenamientos televisivos publicitarios y “dizque noticiosos” testimonios recurrentes de sus egoísmos, compromisos y mentiras con los grandes empresarios nacionales y las transnacionales.
¡Y que decir de los borrachos, borracheras y agresores de madres, en tiempos de necesidad demagógica, cuando tan siquiera pudieron construir sus propios símbolos e invadidos por la arrogancia y poder dictatorial se robaron el corazón …!
Hacerse el agredido, para tener permiso de agredir, tirar la piedra y esconder la mano.... ¡Esa es la estrategia de los pobrecitos Arias en esta su exacerbación dictatorial, donde la codicia de los negocios los impulsa a descalificar a toda organización o persona que no se adapte al ordenamiento idiologizado de su Partido Neoliberal Único!
Los Arias jugando de “niños buenos”, tirando una piedra por aquí y otra por allá, pero seguido y tupido (como dicen en mi pueblo) están comprometiendo el futuro de ciudadanos de bien, personas llenas de espíritu democrático genuino, haciéndolos sentirse “despatriados”… Están sumergiendo a los y las costarricenses en una guerra psicológica sucia, donde prevalecen consignas anti-democráticas para descalificar, antes que el debate de las ideas, lo que ha derivado en no pocas ocasiones en la barbarie de los “pleitos callejeros”, al mejor estilo de tiempos de los Tinoco. ¡Con su propaganda telecina y su estrategia de descalificación están “tiñendo de amarillismo totalitario” una lucha electoral que debió y debe ser respetuosa, equitativa y pacífica!
Exaltar las pasiones anticomunistas, como mecanismo para despertar entusiasmo electoral entre sus círculos neoliberales-derechistas, está caldeando los límites de la cordura ideológica de quienes siendo demócratas convencidos se sienten agredidos en sus derechos de trato justo, libertad y justicia, en razón de las limitaciones dictatoriales existentes, para impedir la expresión de las ideas y ejercer el derecho de respuesta.
Señores Arias y miembros de su Partido Único Neoliberal, aprendan de nuestros abuelos y bisabuelos, y campesinos de hoy… ¡Solo usaban y usan el canfín para prender el fuego, no para hacer más grande el poder de las llamas!
Costa Rica, está siendo arrasada por la propaganda oficial hacia la idea de la “confrontación necesaria”, como mecanismo para decidir acerca del tipo de país que queremos; hecho que unido al compromiso de los Arias de gobernar sin equidad y justicia es sinónimo de más combustible para la hoguera en que nos encontramos. Hacer comunistas, despatriados y sometidos a poderes extraños, como estrategia de campaña, constituye arma de doble filo, por cuanto le permite a los otros trasladar culpas y responsabilidades de sus actos. ¡Cosa que también hacen los Arias al tirar las piedras y reportarse como heridos!
Ante esta gestión despótica, dictatorial y totalitaria de los Arias, desde los Poderes del Estado, sus instituciones, las Cámaras Patronales y sus medios de comunicación el Partido Único Neoliberal, no hace otra cosa más que promover odios y revanchas. Acusar sin permitir al acusado defenderse constituye un reto a la persona o grupo ofendido y su dignidad que puede ser el detonante que desencadene la disolución social.
Hacerse el agredido, para tener permiso de agredir, tirar la piedra y esconder la mano.... haciéndose la víctima en nada ayuda a revertir la situación de inequidad e injusticia que viven la mitad de los y las costarricenses que aceptamos el Referéndum, como mecanismo para decidir acerca del tipo de país que queremos para las presentes y futuras generaciones.
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