PANAMAX 2007

20/08/2007
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  • Opinión
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“La República de Panamá no tendrá ejército …”, dice el texto de nuestra Constitución Política en su artículo 310. Como se sabe, el papel aguanta todo lo que le pongan. PANAMAX-2007 son maniobras militares comandadas por el comando SUR de los Estados Unidos de América. Esta invasión que se realiza anualmente en Panamá viola flagrantemente la Constitución y toda la soberanía nacional y popular.

¿Qué tienen que decir las sopotocientas fundaciones de la “suciedad civil” que asfixian a Panamá sobre este vulgar intervencionismo? Estamos seguros que no escucharemos decir ni “pío” a todos los idólatras del sistema –políticos, jerarcas religiosos y fundaciones- que siempre miran y siempre caminan hacia donde señala el patrón mayor, en este caso, el Comando Sur de los Estados Unidos de Norteamérica.
Para la “suciedad civil” y los sistémicos, guardar silencio, es muy rentable. No se le vaya a ocurrir a alguien cerrar la llave de los fondos, provenientes de la ACP, AID, Banco Mundial, Unión Europea, destinados a proyectos distractivos para la “libertad”, la “alianza”, la “ciudadanía”, “derechos humanos”, “reforestación” y “protección de cuencas”.

Si el texto constitucional es claro, ¿Con la venia de quiénes, año tras año, somos invadidos por el Comando Sur de USA y 20 ejércitos de 20 gobiernos clientes y serviles de la política militar norteamericanas en el Continente?

Es una gran mentira que PANAMAX-2007 busca la “seguridad” y “protección del canal”. Los norteamericanos –y nosotros también- saben perfectamente, que su presencia en nuestro suelo y en nuestras aguas, constituye, además de una agresión a la nacionalidad panameña, una abierta provocación y desafío a los diferentes pueblos del mundo que han sufrido y sufren las agresiones del ejército norteamericano.
Las maniobras militares de PANAMAX-2007 comandadas por el Comando Sur hacen más vulnerable el país entero y nos sitúa como blanco de ataques. Las maniobras constituyen en sí, un auténtico ataque y atentado terrorista, de propios y extraños, al clamor nacional establecido en la Constitución Política de la República de Panamá.

El Comando Sur es responsable de múltiples golpes de estados a la golpeada y saqueada América latina. Patrocinador de los ejércitos encargados de realizar esos mismos golpes de estado. El Comando Sur es responsable de miles y miles de asesinatos que han ensangrentado a miles y miles de familias a lo largo de todo el Continente.

Con sede en Panamá, el Comando Sur y la nefasta “ Escuela de las Américas ”, penetró, entrenó, armó y adoctrinó a la crema y nata de los militares de los ejércitos de América latina. El espionaje, la tortura, la intriga y hasta las “revoluciones” militares controladas formaron parte del recetario que arrinconó a los pueblos del Continente en la persecución, la muerte y la desesperanza.

El papel de los militares “YES MAN” en todo este laberinto sucio y tenebroso está más que bien representado por hombres de la calaña de Manuel Antonio Noriega: agente de la CIA, ficha norteamericana en temas de tráfico de droga, armas y política regional. Más tarde, prisionero de guerra de la criminal invasión de 1989 a Panamá. Los mismos que educaron, financiaron, entrenaron, armaron, derrocaron y encarcelaron a Noriega, ahora lo ponen en libertad y lo siguen usando como ficha de control social y político en Panamá.

Como a toda oscuridad le llega su luz, los pueblos reaccionan contra la muerte ofreciendo sus vidas –tampoco tienen otra alternativa- para iluminar los oscuros senderos impuestos por el imperio y sus lacayos internos. Esta es la historia que se teje tras los miles de “desaparecidos”, asesinados y masacrados en miles de comunidades negras, indígenas, campesinas y barrios populares de las ciudades latinoamericanas. Se trata de gente sencilla a quienes les debemos los pequeños espacios de libertad conquistados que, cotidianamente, nos disputa la oligarquía en nombre de la democracia restringida que nos asfixia y mantiene en la miseria.

Los empobrecidos y sus reclamos de justicia, tierra y libertad resultan incómodos para los poderes políticos, militares y religiosos . Los señores del poder piensan que, desapareciendo y matando a los empobrecidos pueden garantizar eternamente sus privilegios de abundancia y concentración de las riquezas que pertenecen a toda la sociedad. Como si realmente se les pudiera silenciar y desaparecer, los poderes –políticos, militares y religiosos- matan y rematan, una y otra vez, de una y mil formas, pero la vida, necia, nace y renace, una y otra vez, resucitando siempre, y por los siglos de los siglos.

Con la complicidad de los lacayos de la oligarquía panameña -fielmente unida en sus negocios y sus partidos políticos-, PANAMAX – 2007: presencia en Panamá del Comando Sur y de sus ejércitos clientes en el Continente, viola, de manera crasa, la Constitución y la Dignidad de los desaparecidos y asesinados en todo el Continente.

Héctor Endara Hill
Colectivo Panamá Profundo. 

http://www.panamaprofundo.org/boletin/palabra/panamax-2007.htm


https://www.alainet.org/es/active/19171
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