A fines de diciembre de 1997, en un encuentro de investigadores sociales del área andina convocado por José Consuegra Higgins, Presidente de la Academia Colombiana de Ciencias Económicas y Rector de la Universidad Simón Bolívar de Barranquilla, Federico Brito Figueroa, historiador recientemente fallecido, puso orgullosamente en mis manos una carta que su ex alumno de la Academia Militar de Venezuela, coronel Hugo Chávez Frías, candidato a la presidencia de su país, le dirigiera a William Clinton, a la sazón titular de la Casa Blanca. Al parecer esa carta nunca ha sido publicada, pese a que -a mi juicio- contiene las coordenadas sustantivas del pensamiento político del líder de la revolución bolivariana sobre las relaciones hemisféricas, particularmente en lo que concierne al proyecto de Washington conocido como Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA). Veamos algunos de los pasajes de esa epístola: "Americanos como somos, usted del norte, yo de trópico, compartimos, señor Presidente, algo más que tan preciado gentilicio: la responsabilidad de contribuir a forjar entre nuestros pueblos relaciones de auténtica cooperación, vale decir, recíprocamente soberanas y por ende, de beneficios mutuos en lo económico, social, político y cultural. 'Creo que el hombre no solo perdurará, sino que prevalecerá', escribió William Faulkner, ese magnífico compatriota suyo. Para que prevalezca el hombre en toda nuestra América y el resto del planeta, señor Presidente, es imprescindible que los países líderes del mundo, el suyo en particular, se comprometan a redefinir el sistema de relaciones internacionales sobre bases de la transparente cooperación, el respeto mutuo y el beneficio recíproco. Tal es la demanda que aquí le hago, recogiendo el sentir de millones de seres humanos que sobrevivimos en este territorio". Ya en alusión directa al proyecto unionista norteamericano le dice: "Los Estados Unidos, para estar a la altura de sus grandes visionarios como Lincoln, Faulkner, Martin Luther King y tantos otros, debe ver con buenos ojos y respetar los procesos integracionistas de nuestro subcontinente, como lo son el Mercosur y la Comunidad Andina de Naciones, en vez de imponer fórmulas particulares de integración, como su concepción del Area de Libre Comercio para las Américas, orientadas fundamentalmente hacia la promoción de sus intereses específicos. El ALCA, señor Presidente, solo será posible con el respeto al desarrollo de los procesos integracionistas que adelantan los países latinoamericanos, garantía de que la voz de EE.UU. no tenderá a enmudecer a América Latina, de que EE.UU. no pretenderá monopolizar el comercio con el subcontinente, sino que por el contrario, respetará el derecho de nuestros pueblos a mantener relaciones económicas, políticas, sociales y culturales soberanas con el resto de la comunidad internacional". El tono áspero no está ausente de la misiva: "Señor Clinton, no venga usted a ofrecer falsos acuerdos a nombre de un 'libre mercado' que por estas latitudes nunca ha sido libre y ahora, con un 80% de pobreza ni siquiera puede llamarse mercado. Permítame sugerirle que revisemos más bien opiniones como las de ese otro compatriota suyo, John Kenneth Galbraith, quien hace poco lanzó esta advertencia: 'El neoliberalismo es suicida'". Especialmente con este último juicio Chávez se revela discípulo de Simón Bolívar quien, en una carta a su amigo Patricio Campbell, escribió: "Los Estados Unidos parecen destinados por la Providencia a plagar de miseria a Hispanoamérica en nombre de la libertad". ¿La demostrada coherencia del mandatario llanero con este orden de ideas no habría tenido algo que ver en la reciente intentona golpista desbaratada por los militares y el pueblo de ese hermano país? Qué lástima que el laureado Federico Brito Figueroa ya no pueda escribir el Tomo VII de su "Historia Económica y Social de Venezuela." * René Báez Tobar. Decano de la Facultad de Economía de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador.