La movilización popular fue la clave en el retorno de Chávez
15/04/2002
- Opinión
A las 2:30 de la madrugada del domingo, 14 de abril de 2002, el presidente
venezolano, Hugo Chávez, regresó al Palacio de Miraflores después de un
intento frustrado de golpe cívico-militar. Chávez había sido arrestado por
el Ejército de Venezuela el viernes, 12 de abril, y enviado a una guarnición
militar situada sobre una isla costera. Las fuerzas armadas inmediatamente
nombraron a un empresario petrolero, Pedro Carmona, como nuevo mandatario.
La caída de Chávez sorprendió a la opinión pública latinoamericana. El Grupo
de Río condenó el golpe e hizo un llamado a la OEA para tomar acción. Sin
embargo, el gobierno del presidente Bush asumió una postura diferente. Desde
su elección a la Presidencia de su país, Chávez ha sido mal visto por la
política exterior norteamericana. Washington ya lo había descalificado. La
reacción inmediata de la Casa Blanca fue responsabilizar al propio mandatario
de su caída.
¿Quiénes dieron el golpe?
El golpe contra Chávez fue ejecutado por un sector del Ejército de Venezuela,
bajo la dirección de un selecto grupo de conspiradores, vinculados a la
derecha empresarial del país bolivariano, que respondía a la dirección de una
bien aceitada maquinaria encabezada por el subsecretario de Estado
norteamericano, Otto Reich. El golpe fue ejecutado en el contexto de una
movilización gigantesca realizada en las calles de Caracas, compuesta de
sectores medios y populares descontentos con la política económica de Chávez.
La combinación de las capas medias movilizadas y un Ejército fracturado fue
tomado como señal propicia para desatar el golpe. Los sectores empresariales
que le dieron su respaldo al golpe responden a la derecha neo-liberal
venezolana cuyo único respaldo ideológico proviene de los textos
fundamentalistas que leen los funcionarios del Banco Mundial, el FMI y
algunos centros de inteligencia.
¿Cómo regresó Chávez al poder?
La conspiración aparentemente no tomó en cuenta varios otros factores que
impidieron que los golpistas tuvieran éxito. En primer lugar, los golpistas
pensaron que las fuerzas armadas reprimirían al pueblo venezolano si salía a
la calle a protestar. En segundo lugar, los golpistas calcularon que la
institución militar venezolana se colocaría detrás de sus altos mandos. En
tercer lugar, creyeron que los gobiernos latinoamericanos se someterían a los
dictados de la política exterior de Washington.
Las previsiones de los golpistas se esfumaron con una rapidez sorprendente.
El pueblo venezolano se tomó las calles de ciudades y pueblos sin
resistencia. Ocupó los medios de comunicación y otros centros estratégicos
sin que las fuerzas del “orden” se lo impidiera. A su vez, los gobiernos de
los países de la región condenaron lo que fue calificado como golpe militar.
Por último, el Ejército de Venezuela se dividió y la mayoría de los
regimientos se pronunciaron contrarios a los planes de crear un “gobierno
transitorio” que disolvió todas las instituciones políticas del país
(incluyendo la Asamblea y la Corte Suprema de Justicia).
Los efectos del golpe y el contragolpe sobre la región
El golpe militar contra Chávez habría significado un realineamiento político
inmediatoa escala regional. En apenas 24 horas de vida el gobierno golpista
hizo importantes anuncios. El presidente golpista, Carmona, suspendió las
exportaciones de petróleo a Cuba. Al mismo tiempo, el nuevo gobierno
militante de Caracas preparaba una política que convertiría a Venezuela en
parte activa en el conflicto interno que desgarra a Colombia. Venezuela, en
alianza con EEUU, también desarrollaría una campaña de apoyo a los gobiernos
con políticas neo-liberales. Además, le brindaría ayuda a los candidatos
neo-liberales en elecciones próximas, especialmente en Brasil.
La crisis venezolana y Panamá
Los medios de comunicación y la mayoría de los partidos políticos panameños
celebraron prematuramente la noticia del golpe contra el presidente Chávez.
La presidenta Mireya Moscoso, incluso, después de un consejo de gabinete
extraordinario anunció, sin razón aparente, que Panamá no le daría asilo a
Chávez. Los análisis de los políticos panameños, y de sus medios de
comunicación, tenían muy en cuenta las consecuencias de la caída de Chávez.
Aún cuando podría haber significado cosechas inesperadas para los
“politiqueros del patio”, para Panamá, en su conjunto, el golpe habría tenido
consecuencias negativas. En términos inmediatos, los efectos políticos sobre
Panamá serían militares y económicos.
El Plan Colombia y la intervención militar
El gobierno transitorio que se anunciaba para Venezuela tenía la intención de
convertirse en un actor activo en el conflicto interno de Colombia. El
significado político de este reacomodo habría tenido consecuencias nefastas
para Panamá. La ampliación de la guerra ejercería presión sobre Panamá para
prestar su territorio a las aventuras militaristas de EEUU. A su vez, es
probable que generaría un movimiento de los efectivos insurgentes del oriente
de Colombia hacia el norte, cerca de la frontera con Panamá.
La consolidación de Chávez en Venezuela le garantiza a la región un mayor
grado de estabilidad política. A Panamá le representa poder contener en
forma más eficaz los problemas fronterizos. Además, Panamá continuará
aprovechando las ventajas que representa el acuerdo que le permite adquirir
petróleo a precios de descuento.
La política neoliberal
El gobierno de Carmona, sin controles de tipo alguno, pretendía convertirse
en un agente del neoliberalismo en la región. En el caso de Panamá, es
probable que contribuiría a financiar las campañas presidenciales de los
candidatos neoliberales que se perfilan para el torneo electoral de 2004. En
las próximas elecciones se preparan candidatos neoliberales tanto de las
filas oficialistas (Alberto Vallarino) como desde la oposición (que pugnan
por desplazar a Martín Torrijos). El flujo de petrodólares hacia Panamá
habría hecho de las elecciones panameñas una caricatura.
Los “bigotes” de Chávez
El retorno de Chávez no es una garantía que podrá gobernar a favor de los
intereses de los venezolanos. Seguirá enfrentando una fuerte oposición,
tanto interna como de EEUU. Sus voceros anunciaron en la madrugada del 14 de
abril que los “chavistas” veían su retorno triunfal con “humildad”. Ha
sonado la hora para redoblar el trabajo y dejar las fiestas para otra
ocasión.
El gobierno norteamericano en 1973 le preparó, meses antes, un ensayo de
golpe al gobierno de Salvador Allende, conocido con el nombre de “Tacnazo”.
Igualmente, en Panamá, EEUU organizó en 1989 un ensayo previo a la invasión
militar con el golpe del mayor Grimaldi. Los venezolanos tienen que tener
mucho cuidado que el fenómeno “Carmona” no sea sólo un globo de prueba para
identificar quienes son los actores claves en el escenario político de ese
país.
Panamá, 16 de abril de 2002
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