Licencia Ambiental en el Bloque 31: decepción y tristeza
05/11/2007
- Opinión
Con decepción y tristeza recibimos la noticia de que el 18 de octubre de 2007, el Ministerio del Ambiente del Ecuador otorgó licencia ambiental a PETROBRAS para el proyecto de desarrollo y producción de los campos Nenke y Apaika en el Boque 31.
Decepción, porque los campos cuyo desarrollo se autoriza están dentro del Parque Nacional Yasuní, en un área contigua a la Zona Intangible Tagaeri-Taromenane y al bloque petrolero ITT, en aquella región que por su importancia ecológica y cultural fue declarada Reserva de la Biósfera por la UNESCO en 1989.
La región del Yasuní , a la que el Presidente Rafael Correa se refirió como “una zona ecológica altamente sensible” cuando tres semanas antes, ante la ONU en Nueva York, promovía el “modelo Yasuní-ITT que impulsa el gobierno ecuatoriano” que supuestamente “se basa sobretodo en el reconocimiento de los valores de uso y servicio, de los valores no crematísticos de la seguridad ambiental y el mantenimiento de la diversidad planetaria” y que implica, también supuestamente, que “Por primera vez un país petrolero, el Ecuador, donde un tercio de los recursos del Estado dependen de la explotación de dicho recurso, renuncia a estos ingresos por el bienestar de toda la humanidad e invita al mundo a sumarse a este esfuerzo a través de una justa compensación, para que juntos sentemos las bases de una civilización más humana y más justa”.
Con la Licencia Ambiental en el Bloque 31, ese importante discurso ante la ONU quedó sencillamente en eso, en un discurso. Nadie sensatamente creerá en un Gobierno que propone mantener el crudo del ITT en tierra para proteger el patrimonio natural y cultural del Yasuní, cuando simultáneamente autoriza que se intensifique la explotación petrolera en el bloque contiguo, dentro del mismo Yasuní.
Tristeza, en primer lugar por los Pueblos Ocultos del Yasuní: Tagaeris, Taromenane y otros que eventualmente recorren esa extensa región, ven reducirse drásticamente sus posibilidades de sobrevivencia cuando se intensifica la actividad petrolera en los bosques y humedales por los que transitan ancestralmente. De nada sirven las Medidas Provisionales de la Comisión Interamericana, ni la delimitación de la Zona Intangible, ni la nueva Política Pública sobre Pueblos Aislados, ni cuanta medida de papel se tome para protegerlos, si el Gobierno sigue autorizando nuevos proyectos petroleros en la región del Yasuní en donde habitan.
Tristeza, además, por todos aquellos hombres y mujeres honestos y bien intencionados que, creyendo en una propuesta innovadora, audaz y oportuna como la de mantener la reserva petrolera del ITT en el subsuelo para salvar el Yasuní, comprometieron su esfuerzo, su prestigio, su experiencia en impulsar esa propuesta y con el otorgamiento de la licencia ambiental en el Bloque 31 se quedaron, olímpicamente, sin piso. Lástima por el Vicepresidente que expuso la propuesta en eventos tan mediáticos como el concierto impulsado por Al Gore contra el cambio climático. Por la Canciller y su equipo de coordinación del “Modelo ITT-Yasuní”, por el Ministro de Petróleo, por el de Patrimonio Natural y Cultural. Por los funcionarios que una semana antes viajaron a Washington DC. para comprometer a nombre del Ecuador, ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, el cumplimiento de un Plan de Protección de los Pueblos Ocultos del Yasuní. ¿Habrán sabido que el Gobierno se alistaba a dar la Licencia Ambiental a PETROBRAS? ¿Se habrá coordinado con ellos?
Qué pena por los jóvenes de la campaña “Yasuní depende de ti”que recorrieron el país levantando simpatías de la gente de la calle para la propuesta. Y qué pena con la cooperación internacional; los noruegos, la fundación de Bill Clinton y todos quienes se seguían sumando a la iniciativa. Qué pena por el mentalizador de la iniciativa, Alberto Acosta.
El Gobierno, al otorgar la Licencia Ambiental en el Bloque 31 no fue consecuente ni con su propia propuesta, ni con su propio discurso, ni con su propia gente, ni con las expectativas que levantó a nivel nacional e internacional. Rafael Correa no dijo lo que pensaba ni hizo lo que decía.
Quito, 04 de noviembre de 2007
Decepción, porque los campos cuyo desarrollo se autoriza están dentro del Parque Nacional Yasuní, en un área contigua a la Zona Intangible Tagaeri-Taromenane y al bloque petrolero ITT, en aquella región que por su importancia ecológica y cultural fue declarada Reserva de la Biósfera por la UNESCO en 1989.
La región del Yasuní , a la que el Presidente Rafael Correa se refirió como “una zona ecológica altamente sensible” cuando tres semanas antes, ante la ONU en Nueva York, promovía el “modelo Yasuní-ITT que impulsa el gobierno ecuatoriano” que supuestamente “se basa sobretodo en el reconocimiento de los valores de uso y servicio, de los valores no crematísticos de la seguridad ambiental y el mantenimiento de la diversidad planetaria” y que implica, también supuestamente, que “Por primera vez un país petrolero, el Ecuador, donde un tercio de los recursos del Estado dependen de la explotación de dicho recurso, renuncia a estos ingresos por el bienestar de toda la humanidad e invita al mundo a sumarse a este esfuerzo a través de una justa compensación, para que juntos sentemos las bases de una civilización más humana y más justa”.
Con la Licencia Ambiental en el Bloque 31, ese importante discurso ante la ONU quedó sencillamente en eso, en un discurso. Nadie sensatamente creerá en un Gobierno que propone mantener el crudo del ITT en tierra para proteger el patrimonio natural y cultural del Yasuní, cuando simultáneamente autoriza que se intensifique la explotación petrolera en el bloque contiguo, dentro del mismo Yasuní.
Tristeza, en primer lugar por los Pueblos Ocultos del Yasuní: Tagaeris, Taromenane y otros que eventualmente recorren esa extensa región, ven reducirse drásticamente sus posibilidades de sobrevivencia cuando se intensifica la actividad petrolera en los bosques y humedales por los que transitan ancestralmente. De nada sirven las Medidas Provisionales de la Comisión Interamericana, ni la delimitación de la Zona Intangible, ni la nueva Política Pública sobre Pueblos Aislados, ni cuanta medida de papel se tome para protegerlos, si el Gobierno sigue autorizando nuevos proyectos petroleros en la región del Yasuní en donde habitan.
Tristeza, además, por todos aquellos hombres y mujeres honestos y bien intencionados que, creyendo en una propuesta innovadora, audaz y oportuna como la de mantener la reserva petrolera del ITT en el subsuelo para salvar el Yasuní, comprometieron su esfuerzo, su prestigio, su experiencia en impulsar esa propuesta y con el otorgamiento de la licencia ambiental en el Bloque 31 se quedaron, olímpicamente, sin piso. Lástima por el Vicepresidente que expuso la propuesta en eventos tan mediáticos como el concierto impulsado por Al Gore contra el cambio climático. Por la Canciller y su equipo de coordinación del “Modelo ITT-Yasuní”, por el Ministro de Petróleo, por el de Patrimonio Natural y Cultural. Por los funcionarios que una semana antes viajaron a Washington DC. para comprometer a nombre del Ecuador, ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, el cumplimiento de un Plan de Protección de los Pueblos Ocultos del Yasuní. ¿Habrán sabido que el Gobierno se alistaba a dar la Licencia Ambiental a PETROBRAS? ¿Se habrá coordinado con ellos?
Qué pena por los jóvenes de la campaña “Yasuní depende de ti”que recorrieron el país levantando simpatías de la gente de la calle para la propuesta. Y qué pena con la cooperación internacional; los noruegos, la fundación de Bill Clinton y todos quienes se seguían sumando a la iniciativa. Qué pena por el mentalizador de la iniciativa, Alberto Acosta.
El Gobierno, al otorgar la Licencia Ambiental en el Bloque 31 no fue consecuente ni con su propia propuesta, ni con su propio discurso, ni con su propia gente, ni con las expectativas que levantó a nivel nacional e internacional. Rafael Correa no dijo lo que pensaba ni hizo lo que decía.
Quito, 04 de noviembre de 2007
https://www.alainet.org/es/active/20512
Del mismo autor
- Los aportes de la sentencia del Caso Sarayaku al <i>corpus iuris</I> de los derechos indígenas 25/07/2013
- Importancia de la sentencia del Caso Sarayaku para los derechos indígenas en las Américas 26/07/2012
- El caso Sarayaku pone a prueba la democracia y el Estado de Derechos 25/06/2012
- La compleja actitud del Gobierno frente al Sistema Interamericano de Derechos Humanos 09/11/2011
- La liberación de los líderes Shuar y sus implicaciones para el Ecuador de hoy 08/02/2011
- Organizaciones indígenas en indagación previa por el delito de terrorismo 01/07/2010
- Algunos puntos clave sobre la consulta pre legislativa 17/05/2010
- El cierre de La Voz de Arutam y la crisis del Estado de Derecho y Justicia 07/01/2010
- Terror amazónico 13/08/2009
- Gobierno y movimiento indígena: obstáculos para un acuerdo 28/07/2009