Los hematomas del ex canciller y el clima de miedo
04/01/2008
- Opinión
Desde los rumores cargados de especulaciones hasta la conferencia de prensa, donde el ex canciller Milton Jiménez Puerto reconoce de forma humilde en público, el error cometido, queda en el aire no la imprudencia del ex canciller sino el salvajismo del trató conferido por los elementos del Ministerio de Seguridad.
La golpiza propinada por agentes de la Policía de Tránsito al ex canciller Milton Jiménez, la noche del 30 de diciembre, ha causado estupor dado el grado de salvajismo aplicado y la investidura del cargo del funcionario, el cual ha renunciado a su puesto de forma gallarda. No obstante en sus declaraciones deja entrever la frustración que le ha causado el proceder de los agentes y la manipulación que se efectuó con la grabación efectuada, la que ha dejado a Honduras una vez sumida en la reputación de un país donde el estado de ley no es aplicado, y en caso de serlo se convierte en un grave bumerán.
No es nada nuevo en el reino de la impunidad, donde las Fuerzas Armadas y los grupos asignados al Ministerio de Seguridad poseen poderes especiales sobre la vida y derechos básicos de los ciudadanos. La memoria colectiva señala como en nombre de la democracia y la libertad se han cometido un sinnúmero de ignominias, que hasta la fecha nunca han sido juzgadas, mientras en los tribunales nacionales los asesinos pueden darse el lujo de burlarse de los que han pretendido defender los derechos humanos.
El altercado y golpiza propinada al canciller, el que tan "convenientemente" fue grabado con un teléfono de la Alcaldía Municipal de Tegucigalpa (supuestamente el #9990-0005) nos deja en el aire la sensación que la lucha interna entre la elite de poder del país ha llegado a extremos inconcebibles, la cual deja mucho que pensar sobre el respeto a los derechos humanos de los ciudadanos.
Nos preguntamos como es posible que los elementos del Ministerio de Seguridad no hayan reconocido a Milton Jiménez, del cual han visto su imagen difundida en forma constante durante los últimos dos años. ¿Acaso será posible que no lo hayan reconocido? o de forma ominosa procedieron a darle una lección sobre el respeto a la vida en Honduras y la necesidad de aplicar procedimientos violentos para hacer cumplir las leyes.
El escándalo y la forma como fue manejado por supuesto que traerá consecuencias reales, mas allá de los bochinches electorales y las luchas internas entre señores feudales. Los portales de periódicos y agencias de noticias internacionales no revelan las luchas intestinas que se viven en el país, sino como un funcionario investido de canciller fue atacado violentamente por los supuestos encargados de velar por el orden.
El premio Nóbel nigeriano Wole Soyinka dictó una serie de conferencias hace unos años sobre el "Clima de Miedo" que se ha instaurado en el planeta, el cual es utilizado como una forma de coerción de parte de las elites de poder para manipular a las masas y mantenerlas sujetas a sus designios. Si Milton Jiménez Puerto, Canciller de la República le confieren ese trato, podemos conjeturar sobre que le pude suceder al ciudadano corriente en un país de insumisos.
El acontecimiento puede tener lecturas múltiples, pero prima la del salvajismo que suele imperar desde los centros de poder encargados de vigilar por el cumplimiento de las leyes. Lo acontecido a Milton Jiménez demuestra como en Honduras se puede hablar más de humanos derechos que de derechos humanos.
La Ceiba, Atlántida 4 de enero del 2007
Fuente: Organización Fraternal Negra Hondureña, OFRANEH
La golpiza propinada por agentes de la Policía de Tránsito al ex canciller Milton Jiménez, la noche del 30 de diciembre, ha causado estupor dado el grado de salvajismo aplicado y la investidura del cargo del funcionario, el cual ha renunciado a su puesto de forma gallarda. No obstante en sus declaraciones deja entrever la frustración que le ha causado el proceder de los agentes y la manipulación que se efectuó con la grabación efectuada, la que ha dejado a Honduras una vez sumida en la reputación de un país donde el estado de ley no es aplicado, y en caso de serlo se convierte en un grave bumerán.
No es nada nuevo en el reino de la impunidad, donde las Fuerzas Armadas y los grupos asignados al Ministerio de Seguridad poseen poderes especiales sobre la vida y derechos básicos de los ciudadanos. La memoria colectiva señala como en nombre de la democracia y la libertad se han cometido un sinnúmero de ignominias, que hasta la fecha nunca han sido juzgadas, mientras en los tribunales nacionales los asesinos pueden darse el lujo de burlarse de los que han pretendido defender los derechos humanos.
El altercado y golpiza propinada al canciller, el que tan "convenientemente" fue grabado con un teléfono de la Alcaldía Municipal de Tegucigalpa (supuestamente el #9990-0005) nos deja en el aire la sensación que la lucha interna entre la elite de poder del país ha llegado a extremos inconcebibles, la cual deja mucho que pensar sobre el respeto a los derechos humanos de los ciudadanos.
Nos preguntamos como es posible que los elementos del Ministerio de Seguridad no hayan reconocido a Milton Jiménez, del cual han visto su imagen difundida en forma constante durante los últimos dos años. ¿Acaso será posible que no lo hayan reconocido? o de forma ominosa procedieron a darle una lección sobre el respeto a la vida en Honduras y la necesidad de aplicar procedimientos violentos para hacer cumplir las leyes.
El escándalo y la forma como fue manejado por supuesto que traerá consecuencias reales, mas allá de los bochinches electorales y las luchas internas entre señores feudales. Los portales de periódicos y agencias de noticias internacionales no revelan las luchas intestinas que se viven en el país, sino como un funcionario investido de canciller fue atacado violentamente por los supuestos encargados de velar por el orden.
El premio Nóbel nigeriano Wole Soyinka dictó una serie de conferencias hace unos años sobre el "Clima de Miedo" que se ha instaurado en el planeta, el cual es utilizado como una forma de coerción de parte de las elites de poder para manipular a las masas y mantenerlas sujetas a sus designios. Si Milton Jiménez Puerto, Canciller de la República le confieren ese trato, podemos conjeturar sobre que le pude suceder al ciudadano corriente en un país de insumisos.
El acontecimiento puede tener lecturas múltiples, pero prima la del salvajismo que suele imperar desde los centros de poder encargados de vigilar por el cumplimiento de las leyes. Lo acontecido a Milton Jiménez demuestra como en Honduras se puede hablar más de humanos derechos que de derechos humanos.
La Ceiba, Atlántida 4 de enero del 2007
Fuente: Organización Fraternal Negra Hondureña, OFRANEH
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