El frente norte y ese otro Lugo

31/01/2008
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En General Resquín, departamento de San Pedro, en el sufrido y combativo norte, la Alianza Patriótica Socialista-Partido de Unidad Popular y Fernando Lugo -despojado de su multicolor y sobrio uniforme de la APC- abrieron un nuevo frente con miras a las elecciones del 2008.

Un Fernando Lugo distinto, por lo menos al que solemos ver y oír en los medios. Sin ese tono moderado, ambiguo, de los discursos con sello de Alianza Patriótica para el Cambio. Con un acento más radical, con índice acusador levantado, anti-imperialista, "sorprendió gratamente" -como diría un amigo- a varios de los presentes en el tinglado municipal del distrito de General Resquín, en San Pedro, norte del país -tierra de mucha significación para Lugo-, donde el ex obispo de esa diócesis participó del lanzamiento de las candidaturas de la Alianza Socialista-Partido de Unidad Popular (AS-PUP).

La pertinaz lluvia no impidió que unas 3.000 personas se reunieran para el evento en el que la AS-PUP, conformada por partidos y movimientos de izquierda, con un fuerte componente de organizaciones campesinas, presentó las candidaturas de los históricos dirigentes campesinos Belarmino Balbuena, para el Senado, y Elvio Benítez, para la diputación por San Pedro, así como la de Ananías Maidana, del Partido Comunista, a diputado por Central, entre las principales. En la oportunidad se oficializó también el apoyo a Fernando Lugo y se rubricó un pacto político de confluencia en dos puntos fundamentales: la reivindicación de la soberanía –en especial la energética, cimiento de la campaña de Lugo, y piedra en el zapato de Lula- y el compromiso de una reforma agraria integral.

Talones firmes

Palabras como "socialismo" y "revolución" estuvieron rondando entre frase y frase en el discurso de Lugo de esa tarde. "Peikuaa, Fernando Lugo ndaipytaryrymoai ojapohagua la reforma agraria ko Paraguaype (Sepan, a Fernando Lugo no le temblarán los talones para hacer la reforma agraria en el Paraguay)", exclamó con elocuencia Lugo, arrancando aplausos, vítores y estruendo de bombos.

Minutos antes, en su discurso, Belarmino Balbuena había puesto también sobre la mesa algunas de las cartas en juego en el acuerdo: "Anike o calcula, anike o tenta ojapo impugnación hikuai... (Que no calculen, que no tienten hacer una impugnación ellos...)", señaló en tono amenazante el dirigente campesino, ante la intención del coloradismo de impugnar a Lugo, lanzando la advertencia de que las masas saldrán a las rutas si es necesario.

Lugo devolvió el gesto afirmando que "aquí en Resquín, no es la firma de un escrito más lo que hemos hecho. Ustedes son los testigos de que la reforma agraria y la recuperación de la soberanía cultural, soberanía política, soberanía económica, social e hidroeléctrica va a ser la realidad para nosotros, porque todos haremos juntos el gobierno de participación ciudadana". Habló además de la recuperación de las tierras mal habidas y de la lucha contra el latifundio. "No seremos tembiguai de nadie. Desde el 15 de agosto, el Paraguay no esta en venta lo mita", agregó haciendo referencia a las intenciones de Oviedo y Ovelar de buscar "arreglos amistosos" con el Brasil sobre el tema Itaipú.

Balbuena y Benítez hicieron hincapié en el poder de movilización de la organización campesina, que sustenta hoy a la Alianza Socialista en gran medida, y que fue crucial para enfrentar los últimos intentos de privatización y el tratamiento de la "ley antiterrorista". "Ñande ndajapoimoai la ñande arma más importante (Nosotros no dejaremos nuestra arma más importante...), más estratégica, que es la movilización, porque pea ha'e el factor determinante para un cambio, en la situación política, social y cultural de nuestro pueblo", agregó Balbuena.

Lugo remató la tarde con: "La moral revolucionaria ani ñanderesari, lo mita...(No nos olvidemos de la moral revolucionaria, compañeros..)", hurgando con sus palabras en un pasado que lo ligó a las luchas campesinas en la época de la dictadura.
Muchos hubieran pagado para ver la cara de su compañero de fórmula, Federico Franco, esa tarde.

Y.. ¿cómo hacemos?

Casi un misterio descifrar cual será la fórmula para conjugar posturas diametralmente distintas, como la óptica liberal y la de izquierda con respecto al tema de la tierra o las privatizaciones, por ejemplo. Al parecer, buena parte de esta batalla se dará en el Congreso, si prosperan las candidaturas que están surgiendo desde los sectores progresistas.

Sin embargo, la variedad le está agregando también interés al proceso que se está gestando tras la figura Lugo, que, más allá de representar un cambio radical, es en parte la expresión de un pueblo que ya no puede seguir soportando la misma mentira de hace seis décadas. Si bien las críticas se dan sobre su alianza con sectores conservadores y gente que podría representar el continuismo, también se vislumbra la apertura de Lugo hacia los sectores alineados en la izquierda y los movimientos sociales, que no es menos. En este sentido, su discurso del domingo puede ser leído en parte como una incógnita, como también una señal.

"Pasa poco, pero pasa, compadre...", nos podría cantar Silvio Rodríguez en este momento. Y podríamos cantar que antes que poco, está pasando bastante, compadre... está pasando...
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