Una huelga decisiva

15/02/2008
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La huelga magisterial de los próximos días no será una huelga más en la historia del sindicalismo puertorriqueño. Este conflicto podría decidir cuál va a ser el escenario sindical de los próximos años. Dos fuerzas están en juego: el interés burocrático-autoritario de las uniones que entienden el sindicalismo como un negocio lucrativo y las organizaciones democráticas que les responden a las asambleas de sus matrículas. Dos tipos de dirigentes sindicales radicalmente distintos buscan prevalecer en esta contienda. Rafael Feliciano y Ricardo Santos, por un lado, dirigentes de la FMPR y de la UTIER, fueron electos por sus matrículas, tienen sueldos equivalentes a sus representados, y sus términos como presidentes están limitados por los reglamentos de sus organizaciones. Ambos presidieron asambleas masivas, democráticas y militantes, que aprobaron un voto de huelga. Las dos organizaciones han recibido de forma sistemática y continua la agresión del gobierno-patrono. Ninguna de estas dos poderosas uniones ha recibido el apoyo de las organizaciones que ven el sindicalismo como un negocio.

Por otro lado, un coro de voces sindicales se ha unido al gobierno condenando la huelga magisterial. ¿Consultaron a sus matrículas? ¿Qué asambleas celebraron Federico Torres Montalvo o Fernando Juarbe para tomar decisiones tan arriesgadas de oposición a una huelga tan importante? ¿A quién representa José Rodríguez Báez, un dirigente en ruinas, que permitió la privatización de los hospitales públicos durante el gobierno de Rosselló, sin dar una sola batalla, y llevó a la UNTS a su desaparición? Las voces opuestas a la FMPR, en su mayoría, son sólo eso, voces de figuras aisladas, algunas de ellas completamente desacreditadas. Mientras la UTIER y la FMPR lucharon contra el IVU durante el cierre gubernamental, Federico Torres Montalvo y Lole Rodríguez Báez apoyaron vergonzosamente al gobierno de Acevedo Vilá en su agresión contributiva. Respaldaron una rebaja de 7% a todos los asalariados de Puerto Rico. Rafael Feliciano y Ricardo Santos, por el contrario, representaron mucho más que sus matrículas: representaron al pueblo trabajador.

No puede olvidarse un aspecto clave de la lucha magisterial: se dará contra el gobierno patronal de mayor desprestigio histórico en la época del Estado Libre Asociado. La combatividad sindical de la FMPR se enfrenta a un gobierno dirigido por un partido colonial en acentuado declive histórico, sin un proyecto político capaz de imantar la imaginación popular, y con una lista, única en la historia de Puerto Rico, de asalto al bolsillo de las masas asalariadas y marginadas. Además, Acevedo Vilá ha sido tan torpe que ha politizado el conflicto con la alianza, cuajada en La Fortaleza, entre la SEIU y la Asociación de Maestros. Como resultado de esta glotonería político-sindical, protagonizada por un partido en crisis y una Asociación de Maestros patronal y desprestigiada, la burguesía local irá a la huelga más dividida que el movimiento obrero. En la base laboral no hay grandes divisiones. La división aflora en la cumbre, donde habitan funcionarios con sueldos de grandes ejecutivos, con puestos vitalicios, alejados del sudor diario del mundo laboral. ¿A quién le cabe en la cabeza que el PNP verá con buenos ojos la imposición de la Asociación de Maestros, un viejo brazo del PPD, como representante del magisterio mediante una medida de abierta represión política? La politización de la huelga, con la proclamada alianza, debilitará más todavía a un ya debilitado gobierno. ¿La SEIU perdió memoria del resultado de la votación que liquidó los vínculos de la FMPR con la AFT? La FMPR, ya lo hemos dicho, es una espina dura que puede romper cualquier gaznate glotón e irreflexivo.

Algunos sectores del independentismo han criticado a la FMPR por acudir a la corte federal. Esta acción les ha bastado para retirar el apoyo a la huelga, valiéndose de un enunciado lamentable: ninguna lucha sindical está por encima de la independencia nacional. La independencia, según esta visión, responde a un nivel abstracto superior a la vida social concreta de las clases sociales. Este tipo de enunciado se apoya, a su vez, en una concepción específica del Estado. Se trata de una versión más de la tradicional concepción burguesa que sitúa al Estado por encima de los conflictos sociales. Con ella un sector del independentismo se ha metido en un callejón sin salida. Esta posición contrasta con la del Partido Independentista que ha rescatado su vieja consigna militante, arriba los de abajo, para salir a la calle en apoyo del magisterio.

La dominación colonial en Puerto Rico no puede verse como algo exterior a las relaciones de producción y circulación de la riqueza. Mucho menos debe reducirse a la visión simple del poder de un Estado sobre otro. La relación de opresión nacional se ha articulado principalmente a través de las relaciones de producción inherentes al capital. Es una relación muy compleja que se ha profundizado a lo largo de la historia con el mismo desarrollo de las relaciones salariales. Opera desde el interior de estas relaciones, tanto en la producción como en el consumo personal. En el complicado movimiento histórico de las categorías mercantiles, ya sea en los niveles de producción o de circulación, se encuentra la matriz del coloniaje que sufre Puerto Rico.

Por consiguiente, al plantear que ninguna lucha sindical está por encima de la cuestión nacional, un sector del independentismo se ha desplazado, tal vez sin saberlo, hacia una posición colonial coherente con una fracción de la burguesía intermediaria local. Esta posición, si no se corrige a tiempo, desvinculará todavía más a ese sector del independentismo del espacio decisivo de la lucha anticolonial: las relaciones sociales de producción y circulación, cuya jerarquía expresa la dominación sólida de las grandes compañías multinacionales. El Estado, como sistema complejo y cruzado por relaciones sociales conflictivas, tiene como objetivo garantizar la reproducción de tales intereses dominantes. En Puerto Rico todos los tribunales tienen un carácter colonial. Un sindicato, como representante de una matrícula políticamente heterogénea, ya que no es un partido, tiene derecho a recurrir a todos los medios necesarios para su defensa, más aún si está acosado por el gobierno en su función patronal directa.

El reduccionismo conservador del enunciado discutido contrasta con la complejidad de otro enunciado propuesto por la FMPR: las condiciones de trabajo del magisterio tienen una relación de equivalencia con las condiciones de educación de la juventud del país. Esta fórmula tiene la fuerza de postular la coincidencia de la lucha magisterial con los intereses de la mayoría de la población. El conflicto actual tendrá un efecto profundo sobre el Estado porque tal Estado no está por encima de la sociedad. Ese Estado, con sus formas de opresión, garantiza la reproducción del coloniaje. Un aspecto principal de la lucha magisterial se relaciona con la independencia organizativa que expresa este sindicato con respecto al Estado. El actual gobierno no está en conflicto solamente con la FMPR, sino con la independencia de criterio y acción del magisterio del sector público. Quiere quebrantar esa militancia destruyendo la organización que le da vida, sustituyéndola con otra organización dependiente y dócil. Los que se oponen a esta huelga deben reflexionar sobre las consecuencias de una derrota de la FMPR. Están a tiempo para colocarse del lado de la democracia y en contra de un gobierno que ha demostrado ser inescrupulosamente antiobrero. Ayer se luchó contra la privatización de la Telefónica. Hoy luchamos contra la privatización de la escuela pública. Hay una diferencia clave: en el actual Comité Amplio de Organizaciones Sociales y Sindicales no participarán los que ayer sabotearon y ayudaron a derrotar a los trabajadores telefónicos. La FMPR ganará la huelga, sin duda, si logra vincular su fuerza organizada con el descontento profundo que se siente en el país. Hasta el momento, pisan sólido en esta dirección.

Fuente: Claridad http://claridadpuertorico.com/
https://www.alainet.org/es/active/22210

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