La lección del comandante

21/02/2008
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18 de febrero del 2008, Fidel Castro Ruz, después de haber conducido exitosamente la revolución socialista en Cuba, decide dar una ejemplar lección de desprendimiento incondicional a todo el mundo especialmente a los políticos, ideólogos y gobernantes del capitalismo, neoliberal y globalizador, al renunciar públicamente a la presidencia del Concejo de Estado y a la Presidencia de la República de Cuba. No cabe duda que esta lección está siendo reconocida no sólo por el pueblo cubano, también lo hacen diversos actores sociales progresistas como políticos, artistas, estudiantes, escritores, obreros, campesinos e intelectuales del planeta que abogan por un mundo más justo y humano, más aún cuando los enemigos ideológicos y políticos de él y del socialismo, encabezados por Estados Unidos, creían que el Comandante de América Latina iba a dejar el poder únicamente cuando ellos lo asesinaban o cuando dejaba de existir.

En este contexto el júbilo o la alegría de los enemigos del socialismo y en particular de Fidel, está fracasando rápidamente como fracasó los 600 intentos de atentar contra su vida, cuando perciben que su renuncia no afecta, en lo absoluto, al proceso socialista iniciado hace 49 años. Al contrario tienen que resignarse a la continuidad histórica del socialismo en cuba, sistema social superior y esperanzador para todos los pueblos oprimidos del mundo. La versión respecto a que la salida de Fidel de la presidencia de Cuba significa la denominada “transición democrática”, “retorno a la democracia”, “recuperación de la libertad”, no son más que vanos deseos que sólo caben en las mentes de los fieles representantes del imperio del norte, de Bush y de sus lacayos mediáticos de América Latina y del mundo en general.

¿De qué democracia nos hablan en el capitalismo cuando en la mayoría de naciones, bajo la férula de este sistema, dicha democracia a sido reducida sólo al sufragio universal cada 5 ó 6 años y a fines estéticos del sistema; mientras, permanentemente, se condena al hambre a millones de seres humanos, se impone constituciones y leyes que favorecen más a pequeños grupos de poder económico que a las grandes masas de seres humanos? ¿De que democracia nos hablan en el capitalismo cuando hoy mismo aquí en Perú se está imponiendo una serie de leyes y decretos que limitan o niegan los derechos y las libertades del pueblo a protestar en contra del libre saqueo de las transnacionales? Y ¿De qué libertad nos hablan cuando en este mismo contexto la libertad ha sido reducida sólo al aspecto económico y bajo este concepto las trasnacionales y los grupos de poder económico actúan pisoteando la libre determinación, dignidad y soberanía de los pueblos, con la etiqueta de globalización y libertad económica? ¿acaso añoran esa democracia que Cuba vivía en la feroz dictadura de Fulgencio Batista a la que Castro derrota exitosamente, mediante su revolución? o ¿Aquella democracia en la que cuba y los pueblos subdesarrollados, incluido el Perú, constituyan el patio trasero de los Estados Unidos? Si no viviéramos en esta realidad tal vez no seriamos concientes ni testigos de lo que en el contexto capitalista se entiende por “democracia” y “libertad”.

El asunto de los cambios en Cuba, después de la salida de Castro, no es tan sencillo como muchos ideólogos, chamanes y agoreros del capitalismo y sus iconos mediáticos quieren hacer creer a los pueblos. Pues, en este caso, se da lo mismo que en los países donde existe elecciones cada cinco años. Los 49 años de revolución socialista ha servido para la construcción de una base económica y una súper- estructura bajo la ideología socialista. Esto quiere decir que en cuba, a diferencia de lo que sucede en los países de sistema capitalista, se ha internalizado en la conciencia del pueblo, un pensamiento y una moral socialista, que hoy en día forma parte de su práctica social. La educación formal que se otorga en los centros de enseñanza cubanos, desde la inicial hasta la superior tiene como columna vertebral a la filosofía marxista y al método dialéctico, con lo cual se ha construido un pueblo que acciona y piensa bajo una concepción científica del mundo. Por lo tanto cambiar esa base y esa superestructura no es tarea fácil, talvez tendría que pasar otros 50 años para lograrlo o, en todo caso, a Mister Bush y sus incondicionales se le ocurra invadir la Isla como lo ha hecho en Irak, Kuwait, y otras débiles naciones y así imponer su “democracia” y su “libertad”. Salvando las distancias, hacer realidad los llamados “cambios en Cuba” o mejor dicho hacer transformaciones estructurales, implica casi lo mismo que realizar transformaciones sociales en países de sistema capitalista: Pues, en estos países, al estructurarse desde el siglo XVIII, bajo la ideología liberal, cristiana y el método pseudo-científico estructural funcionalista, no es tarea fácil realizar tales transformaciones sociales, por mas que cada cinco años existan elecciones, lo único que se hace es maquillar y reciclar al sistema imperante, es decir, hacer cambios para que nada cambie. Quieran o no reconocer los agoreros imperialistas del capitalismo, las verdaderas transformaciones sociales, estructurales y súper-estructurales únicamente se logra con revolución. NO Existe otra alternativa. Así, del capitalismo se pasará al socialismo únicamente con revolución y del socialismo al capitalismo, como es el caso de Cuba, también se pasará cuando se produzca una revolución capitalista. Por lo tanto los famosos “cambios en Cuba” después de la salida de Castro del poder, no es más que una utopía de los enemigos de los pueblos que está muy lejos de ser realidad.

Decimos que Fidel Castro acaba de dar una lección al mundo, especialmente a sus enemigos políticos e ideológicos, al haberlo preparado a su pueblo para el momento de su renuncia al poder, de tal forma que hoy los cubanos celebran y festejan esa decisión y lo que es más lo consideran “su comandante por siempre”. De esta manera Fidel sale del poder por la puerta grande. El mundo sabe que los que sí realmente fueron dictadores, al servicio del capitalismo, jamás salieron por la puerta grande, al contrario terminaron su dictadura de la peor manera: asesinados, encarcelados, corridos, exiliados, procesados, despreciados por los pueblos, etc. Pinochet, Strossner, Videla, Fujimori, entre otros, que fueron simples peones del imperio norteamericano han terminado de esta manera.

Finalmente, Tanto los políticos de derecha como los ideólogos del neoliberalismo y los medios de comunicación del mundo y del Perú en particular, en lugar de preocuparse por la libertad y la democracia en Cuba deben preocuparse porque se logre, en sus respectivas naciones, lo que Cuba a logrado a través de su revolución: ser la potencia en medicina, en deporte, en agricultura y haber desterrado el analfabetismo. Del mismo modo Cuba ha logrado reducir al mínimo la brecha existente entre ricos y pobres, mientras que en los países del mundo capitalista sucede lo contrario: la distancia entre ricos y pobres es cada vez más grande y más generalizada, se puede decir que es astronómica, al igual que la deuda externa que países subdesarrollados como el Perú, mantienen con los países desarrollados. Hoy Cuba se ha trazado como meta lograr en 10 ó 15 años, ser el país más culto del planeta, mientras que en nuestro país, donde supuestamente la “democracia” y la “libertad” abundan, estamos demostrando al mundo que en el aspecto cultural, moral y educativo ocupamos los últimos lugares. Por otro lado, sabido es que Cuba viene soportando el Bloqueo económico de los Estados Unidos, prácticamente desde que se inició la revolución; sin embargo este pequeño país ha demostrado que no solo con Estados Unidos se puede realizar intercambio comercial firmar TLCs, etc., pues, también existen otras naciones como China, Japón, Rusia, Alemania, Francia, países del oriente, etc., con las cuales se puede comercializar y además en mejores términos y condiciones, porque estos países sí pueden tener mayor sentido de equidad y de justicia social.

- Avelino Zamora Lingán es sociólogo.
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