Táctica equivocada está derrotando a Clinton
11/03/2008
- Opinión
Barack Obama ha sorprendido a todos los expertos en la campaña del Partido Demócrata hacia la presidencia de EEUU. Ha derrotado en primarias claves a la candidata Hillary Clinton, quien se creía imbatible hace apenas unos meses atrás. Según los análisis del proceso electoral norteamericano hay dos factores que pueden explicar este fenómeno. Por un lado, la escasa participación de los norteamericanos en los procesos electorales tiende a limitar las expectativas (sólo el 50 por ciento de los ciudadanos con derecho a votar acude a las urnas). A su vez, las personas que participan en los concursos electorales se concentran en los estratos más altos de la sociedad.
Clinton concentró su campaña, en un principio, en la movilización de los estratos más bajos pensando que ya había asegurado las capas altas y medias. Su táctica no le produjo los resultados esperados. Los trabajadores no se han entusiasmado con la campaña. A su vez, el voto afro-nortemaericano se fue con Obama. El discurso de Obama, en cambio, se prendió de los estratos medios y ricos del electorado norteamericano.
Según la profesora Theda Scokpol de la Universidad de Harvard, en la actualidad, la participación política en EEUU se ha vuelto “oligárquica”. El nuevo estilo de liderazgo político enfatiza la “expertise” de los dirigentes, la organización centralizada tipo “gerencia a distancia” y con representantes de las elites que se convierten en voceros de los ciudadanos.
Esta realidad se refleja en la forma sistemática en que Obama atrae cada vez más el apoyo de los estratos más altos, incluyendo las capas medias profesionalizadas. En cambio, el discurso de Clinton se comprometió con los estratos más bajos de los trabajadores, granjeros y otros sectores populares que no se entusiasman con los procesos electorales.
Skocpol señala que en EEUU la desigualdad tiende a crecer. “Los avances realizados en materia de participación se concentra en los estratos más altos. Los sectores con menos educación e ingresos, según Skocpol, han visto disminuir el número de asociaciones que comparten sus valores o que defienden sus intereses”.
En el pasado, las organizaciones sindicales se encargaban de politizar a sus miembros. En los últimos 30 años los sindicatos han perdido la mitad de su membresía. En la década de 1970, el 27 por ciento de los trabajadores estaba sindicalizado. En la actualidad, sólo el 13.5 por ciento de los trabajadores está afiliado a una organización sindical. Clinton está perdiendo en los Estados donde la presencia de estas organizaciones ha disminuido.
Skocpol piensa que en la medida en que la gente sube en la escala social se activa políticamente y es atraída por los partidos políticos. Las personas que se encuentran en la base de la estructura social son políticamente pasivas.
La profesora de la Universidad de Harvard señala que los partidos políticos han sido secuestrados por una clase de profesionales, financiados por los sectores más afluentes del país. El debilitamiento de la democracia es el producto de la transformación de los partidos políticos en empresas con su nueva clase de gerentes. El partido corporativo ahora tiene jefes muy educados y versados que responden a sus accionistas con triunfos electorales. Las derrotas son el producto de campañas de mercadeo electoral fracasadas y los jefes corporativos son destituidos.
Skocpol concluye que hay una relación directa entre lo que percibe como una tendencia hacia la disminución de la democracia y el incremento de la desigualdad económica en EEUU. Las redes de las viejas bases demócratas (sindicatos, clubes y logias) se han debilitado y, en muchos casos, han desaparecido. Hillary Clinton leyó mal el mensaje y orientó su campaña por el camino equivocado.
- Marco A. Gandásegui, hijo, es profesor de la Universidad de Panamá e investigador asociado del CELA.
Clinton concentró su campaña, en un principio, en la movilización de los estratos más bajos pensando que ya había asegurado las capas altas y medias. Su táctica no le produjo los resultados esperados. Los trabajadores no se han entusiasmado con la campaña. A su vez, el voto afro-nortemaericano se fue con Obama. El discurso de Obama, en cambio, se prendió de los estratos medios y ricos del electorado norteamericano.
Según la profesora Theda Scokpol de la Universidad de Harvard, en la actualidad, la participación política en EEUU se ha vuelto “oligárquica”. El nuevo estilo de liderazgo político enfatiza la “expertise” de los dirigentes, la organización centralizada tipo “gerencia a distancia” y con representantes de las elites que se convierten en voceros de los ciudadanos.
Esta realidad se refleja en la forma sistemática en que Obama atrae cada vez más el apoyo de los estratos más altos, incluyendo las capas medias profesionalizadas. En cambio, el discurso de Clinton se comprometió con los estratos más bajos de los trabajadores, granjeros y otros sectores populares que no se entusiasman con los procesos electorales.
Skocpol señala que en EEUU la desigualdad tiende a crecer. “Los avances realizados en materia de participación se concentra en los estratos más altos. Los sectores con menos educación e ingresos, según Skocpol, han visto disminuir el número de asociaciones que comparten sus valores o que defienden sus intereses”.
En el pasado, las organizaciones sindicales se encargaban de politizar a sus miembros. En los últimos 30 años los sindicatos han perdido la mitad de su membresía. En la década de 1970, el 27 por ciento de los trabajadores estaba sindicalizado. En la actualidad, sólo el 13.5 por ciento de los trabajadores está afiliado a una organización sindical. Clinton está perdiendo en los Estados donde la presencia de estas organizaciones ha disminuido.
Skocpol piensa que en la medida en que la gente sube en la escala social se activa políticamente y es atraída por los partidos políticos. Las personas que se encuentran en la base de la estructura social son políticamente pasivas.
La profesora de la Universidad de Harvard señala que los partidos políticos han sido secuestrados por una clase de profesionales, financiados por los sectores más afluentes del país. El debilitamiento de la democracia es el producto de la transformación de los partidos políticos en empresas con su nueva clase de gerentes. El partido corporativo ahora tiene jefes muy educados y versados que responden a sus accionistas con triunfos electorales. Las derrotas son el producto de campañas de mercadeo electoral fracasadas y los jefes corporativos son destituidos.
Skocpol concluye que hay una relación directa entre lo que percibe como una tendencia hacia la disminución de la democracia y el incremento de la desigualdad económica en EEUU. Las redes de las viejas bases demócratas (sindicatos, clubes y logias) se han debilitado y, en muchos casos, han desaparecido. Hillary Clinton leyó mal el mensaje y orientó su campaña por el camino equivocado.
- Marco A. Gandásegui, hijo, es profesor de la Universidad de Panamá e investigador asociado del CELA.
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