La esclavitud del siglo XXI

Regresión de los derechos laborales

07/04/2008
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Managua

Se desarrolla en estos días en Managua el Foro Internacional “La esclavitud del siglo XXI – Desafíos de las organizaciones sociales frente a la regresión de los derechos humanos laborales”, impulsado por las organizaciones que conforman la Campaña Regional contra la Flexibilidad Laboral.

Sirel conversó con Ariane Grau Crespo, coordinadora regional de la Campaña, para hacer un análisis de la situación laboral en Centroamérica y conocer los objetivos de este importante foro internacional.

 “La fase actual del capitalismo neoliberal, a nivel global, tiene como motor principal de avance, reproducción y supervivencia la eliminación de los derechos laborales. En la misma medida, intensidad y proporción en que se otorgan, profundizan y respaldan los privilegios para las empresas, se disminuyen, deterioran y eliminan las regulaciones que protegen los derechos de las personas trabajadoras”.

Con estas palabras se abre el documento introductorio al Foro. Y trayendo el tema a la región, agrega: “En la Centroamérica del siglo XXI, la clase trabajadora enfrenta este proceso de pérdidas múltiples: de derechos, de empleos, de organizaciones y hasta de vidas. En las últimas décadas la regresión es innegable. Hay un asalto cotidiano a los derechos de las personas trabajadoras, acompañado por impunidad para quienes incumplen las leyes, legalización de las violaciones y persecución y criminalización para quienes las defienden”.
 
-¿Cuáles son los objetivos de este foro internacional que se está desarrollando en Managua?

-Es una convocatoria que se enmarca en la Campaña Regional contra la Flexibilidad Laboral y que ha sido co auspiciado por diferentes organizaciones, como la Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH), la Plataforma Interamericana de Derechos Humanos, Democracia y Desarrollo (PIDHDD) y el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO).

Es un foro público que va a tener tres momentos. El primero es de diagnostico e intercambio de experiencias de lucha y problemáticas existentes en la región, mientras que el segundo momento tiene que ver con las denuncias de lo que estamos viviendo, no tanto como situación de cada país, sino como un fenómeno global. El propio lema del foro es un llamado de alerta a que hay un proceso de pérdida de derechos laborales, pensado y articulado desde las grandes políticas internacionales, las grandes instituciones financieras internacionales, pasando por los Estados y sus poderes, y terminando con las grandes empresas, tanto transnacionales como locales.

Se trata de hacer visible este engranaje de violaciones de derechos, que no es un tema de voluntad individual, sino efecto de una complicidad de todos los poderes con la pérdida y eliminación de derechos para que el sistema global capitalista avance, aumentando ganancias y competitividad, pero eliminando derechos de las personas trabajadoras, lo que comporta pérdida de libertad y un rápido acercamiento a situaciones de esclavitud.

Hay también un tercer momento en la campaña que es de fortalecimiento de este esfuerzo de coordinación y articulación multisectorial y regional, tratando también de juntar esfuerzos con otras redes que están trabajando en pro de los derechos de los trabajadores y trabajadoras en América Latina.

-¿Qué cambios hubo en el fenómeno de la flexibilidad laboral en Centroamérica desde que arrancó la campaña?

-En estos años hubo un avance de hecho de la flexibilidad laboral. Cuando empezamos la campaña nos preocupábamos porque defender los derechos nos costaba el empleo, mientras que hoy defender los derechos nos cuesta la vida. En el último año el tema principal de la campaña ha sido denunciar los asesinatos de dirigentes sindicales, como es el caso de los dirigentes bananeros en Guatemala o en el sector de la construcción en Panamá. La situación para las y los trabajadores ha empeorado, aunque se haya logrado crear mayor conciencia en ellos y trabajar algunos temas de manera conjunta a nivel centroamericano. Tampoco vemos cambios en la voluntad política de las instituciones. Los gobiernos siguen firmando Tratados de Libre Comercio (TLC) y ahora  estamos en un proceso de negociación de un Acuerdo de Asociación (AdA) con la Unión Europea, siempre basados en un modelo de libre comercio y en una política neoliberal que, ya hemos comprobado, genera desempleo, procesos de violación de los derechos laborales y favorecen a las grandes transnacionales.

-¿Cómo se ha ido modificando la campaña en estos años?

-Empezamos con unas 40 organizaciones y ahora somos 73; hemos crecido mucho. En este foro estarán representadas unas 50 organizaciones muy diversificadas entre ellas. Es una acumulación continua de experiencias y de procesos de resistencia, de denuncias y de propuestas que intentan aportar algo importante para que se revierta este modelo.

-El Foro se va a enfocar mucho en el tema de Flexibilidad y Mujeres. ¿Cuál es la situación?

-Ha sido uno de los ejes de la campaña, porque la flexibilidad laboral se ha vendido como una oportunidad para las mujeres. Es algo muy engañoso, porque esta flexibilidad no está pensada para las mujeres, sino desde la perspectiva de los empresarios que se quieren aprovechar de la necesidad de trabajo de las mujeres, que en las mayorías de los casos están solas y tienen que buscar como alimentar a sus hijos. Las mujeres pierden dos veces en este proceso, porque cuando las condiciones laborales se deterioran, aumentan las horas de trabajo, y hay que recordar que las mujeres tienen después un trabajo domestico muy agotador para atender a sus familias. Al final, las mujeres o se quedan en estas situaciones de explotación o son expulsadas del mercado laboral.

 

-El derecho a la organización sindical de las y los trabajadores y a la negociación colectiva, quizás ha sido uno de los más afectados por la flexibilidad laboral. ¿Es así?

-Ese es el tema en toda Centroamérica. En mi intervención inicial dije justamente que el más afectado es el derecho a la organización, porque es el que permite defender todos los demás derechos. Cuando tenemos que enfrentarnos a una lógica que percibe los derechos como una barrera para sus intereses, sabemos que lo primero que hay que eliminar es el derecho a la organización. Como decía antes, estos procesos represivos contra las organizaciones sindicales han ido mucho más allá de las amenazas y estrategias para que los trabajadores no se organicen, sino que tenemos muchos casos de violencias y asesinatos. También en el tema de la negociación colectiva podríamos hablar, por ejemplo, de los fallos judiciales que en Costa Rica han declarado inconstitucional este tipo de negociación. En toda la región los Estados las están obstaculizando. Los derechos colectivos siguen siendo el blanco de todo este sistema que impulsa la flexibilidad en Centroamérica. Es por eso que como campaña seguimos impulsando estos temas, tratando de seguir fortaleciendo los procesos de intercambios entre organizaciones regionales y buscando estrategias para hacerle frente a esta situación.

Fuente: Servicio Informativo de la Regional Latinoamericana  (SIREL) de
https://www.alainet.org/es/active/23321
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