Mandato del artículo 139 inciso 4) de la Constitución Política

El mensaje del Presidente Arias el 1º de Mayo

03/05/2008
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Conforme con la normativa del artículo 139 inciso 4) de la Constitución Política advertimos que constituye un deber por parte del Presidente de la República "…presentar a la Asamblea Legislativa, al iniciarse el primer período anual de sesiones, un mensaje escrito relativo a los diversos asuntos de la Administración y al estado político de la República, y en el cual deberá además, proponer las medidas que juzgue de importancia para la buena marcha del Gobierno, y el progreso y bienestar de la Nación…"

Así, en el contexto referido, don Oscar Arias no cumplió con su deber constitucional como es evidente por los alcances y contenidos de su informe escrito, pues sólo se refirió a algunos temas propios de interés del Poder Ejecutivo y dejó de lado todo lo concerniente a la Administración Pública en general.

Producto de tal circunstancia fue omiso su mensaje además acerca de las medidas y propuestas de carácter integral para la buena marcha del Gobierno y se limitó a puntualizar algunos cuantos temas como relativos al progreso y bienestar de la Nación. La casa que dijo "… que empezamos a construir para el pueblo de Costa Rica…" pareciera tener las mismas deficiencias de algunas soluciones habitacionales que se han dado.

Al Presidente Arias y a sus más de mil asesores se les olvidó que el Presidente de la República es Jefe de Estado al cual corresponde coordinar la labor del Estado como un todo y no tan solo de una de sus partes: el Poder Ejecutivo. Su obligación por tanto es presentar ante la Asamblea Legislativa un mensaje escrito de carácter político e integral de la Administración como lo señala la Constitución Política más que un informe de labores como expresó, listado de algunos hechos o actividades. Es evidente que el Presidente Arias no cumplió en tal sentido, pues en sus propias palabras dijo haber "….cumplido con la tradición de entregar a esta Asamblea Legislativa un informe de labores…" por demás, de solo una de las partes invisibilizando al resto de la Administración.

Dijo además que debía "… cumplir también con mi deber constitucional de hablar sobre el estado político de la República…" y señalar las urgentes medidas para asegurar las buena marcha y bienestar de la Nación.

Con tal propósito, se quejó que "…fúnebres pronósticos económicos amenazan en el horizonte…" y su correlación con el hambre sobre los más pobres de la Tierra. Otra queja fue que el "… el precio del petróleo alcanza límites inimaginables y la solución de algunos países industrializados es producir combustible con los alimentos que faltan en otras partes del mundo..."

Por otra parte, alertó que "…la economía más poderosa del orbe entra en recesión, lo que implica un decrecimiento de los flujos de inversión extranjera en casi cualquier país, y una disminución del número de turistas que cruzan las fronteras… y finalmente señaló que "…el planeta se deteriora rápidamente, y el calentamiento global afecta con mayor crudeza a quienes menos tienen…"

Dijo algo cierto: no es posible negar que estos hechos impactan a Costa Rica y va a ser o ya está ocurriendo. No creo que nadie haya negado algo así, lo que parece preocuparle mucho al señor Presidente.

Pero lo que si es cierto también es que además de hechos externos como los que refiere don Oscar, no menos cierto es que hay otros hechos y circunstancias de orden interno que igualmente tendrán incidencia por acción o por omisión para enfrentar los tiempos difíciles.

Para abordar la época de vacas flacas que dijo, su propuesta fue la siguiente: primero, "…mantener nuestra inversión social con énfasis en educación y ciencia y tecnología…"; segundo, "…impulsar la producción nacional, abocándonos a la creación de más empleos y combatiendo al mismo tiempo el aumento en el costo de la vida…"; tercero, "… dar una mayor lucha contra la delincuencia y las drogas…" y por último; "…reforzar nuestra política exterior…" y con las figuras de corte literario de las que tanto gusta, dijo que "…estas son las cuatro paredes de la casa que hemos empezado a construir para el pueblo de Costa Rica…".

De tal relación constituye sin duda alguna como el mayor fracaso de don Oscar Arias en calidad de Presidente, abandonar una de sus promesas de campaña: elevar del 6% al 8% del producto interno bruto el presupuesto para Educación.

Recientemente en forma pública dijo refiriéndose a ese tema que para tal finalidad es "…prerrequisito la obligación de otorgarle mayores recursos al Gobierno…", lo cual dicho en términos populares significa que "…no se puede hacer chocolate sin cacao…"

Un hecho así evidentemente lo conocía don Oscar Arias desde que la Sala Constitucional le ungió con la investidura de candidato y quien, como es él una persona instruida, no podría dejar pasar por inadvertida esa circunstancia.

Pero fue más poderosa la demagogia electorera que la sensatez y de ahí su oferta, como igual han sido las viejas razones de conducta de descalificación política a la segunda fracción legislativa con mayor número de diputados y diputadas en la Asamblea Legislativa. No se diga nada de su explicito menosprecio para el líder político del Partido Acción Ciudadana contra quien dijo no perder más el tiempo dándole respuestas a "sus majaderías".

Ahora según su mensaje, "…llegó la hora de ver quiénes aprovecharán la ocasión para construir y quiénes para destruir; quiénes buscarán acuerdos y quiénes sembrarán discordias; quiénes propondrán ideas y quiénes las rechazarán sin proponer ideas nuevas. Los ojos y las esperanzas de los costarricenses están sobre nosotros..." ¿Seguirá Oscar Arias sembrando discordias pese al reclamo de muchos sectores, o por el contrario, será fiel hasta el final a sus contribuyentes de campaña política y a sus grupos de interés económico? Ojala que esas palabras las haya dicho frente a un espejo viéndose a la cara.

Para impulsar la producción nacional don Oscar Arias ya no habla del TLC con los Estados Unidos de América como la fuente mágica de crecimiento y desarrollo, de combate a la pobreza con la generación de miles de empleos, ni otras maravillas. ¿Recuerdan aquellas palabras del Presidente de la República en propaganda diaria en los albores del Referéndum como apología al SÍ? ¿Se acuerdan cuando dijo que con el TLC en adelante, quienes andaban en bicicleta viajarían en motocicletas BMW, y que quienes tenían un pinche Hunday tendrían a futuro un Mercedes Benz, todo por sortilegio maravilloso del libre comercio y del TLC en particular?.

Habla de impulsar la producción nacional, pero no tan eufórico ahora con el TLC. Pero no dice el Presidente Arias cómo lo piensa hacer en adelante, toda vez que no hay políticas definidas para aplicar a los diferentes sectores de la producción nacional. Basta con recordar, a propósito de la crisis alimentaria mundial a la cual con estupor se refirió el Presidente, que muy recientemente el Ing. Flores, Ministro de Agricultura habló de la necesidad de ampliar las zonas de cultivo de arroz. De inmediato, como un resorte de caja de sorpresas saltó Amparo Pacheco, Viceministra de Comercio Exterior quien con vehemencia se opuso a esa propuesta en aras del libre comercio y la globalización. Otra más que suma a Eduardo Lizano y Alberto Di Mare (qdDg) en las políticas del desmantelamiento de la producción de granos básicos en este país, sin menospreciar otros tantos más.

De los altos precios del petróleo igualmente habló. Y al hablar del petróleo entendemos que se refería por igual a la producción de energía eléctrica la cual no citó textualmente.

Pero no dijo nada de una política para el ahorro de combustibles en general reduciendo la importación de vehículos, nuevos y viejos, habida cuenta del creciente consumo de hidrocarburos para estos fines. Tampoco explicó por qué este Gobierno trasladó el diseño de la política de energía eléctrica a un órgano regulador de tarifas como es la ARESEP y sustrajo la misma del Ministerio de Energía.

Sobre el tema de seguridad ciudadana, evidentemente sigue la confusión de dos cosas: la seguridad ciudadana de las calles, esa que para la señora Ministra de Seguridad doña Jeanina Del Vecchio no es más que una exagerada percepción de la realidad, y la seguridad nacional, que relacionada con la misma Ministra según lo denunciado por el periódico LA NACION, ha tenido nexos con una extranjera que por su gestión vino al país, con la cual trabajó como asesora, se hospedó en su casa y con quien desarrolló actividades comerciales, persona la cual ha sido vinculada con grupos de la mafia internacional. Ante las dudas, por más vanas explicaciones, lo propio debió ser su remoción del cargo como sucedió recientemente con su predecesor pero evitar deteriorar alianzas políticas relativas al TLC y la Agenda de Implementación. Como que la salsa que es buena para el ganso, ahora no ha sido para la señora Del Vecchio con todas esas sombras.

¿Y el resto de la Administración Pública? ¿Existirá aún el complejo conjunto de entidades descentralizadas y empresa comerciales propiedad del Estado? Pareciera que no existen ni siquiera en el imaginario del señor Presidente de la República, sus Ministros Rectores y Asesores. Muchas preguntas por hacer, a manera de ejercicio sin ser exhaustivo: ¿Hacia dónde va el Instituto de Desarrollo Agrario (IDA)? ¿Y qué será del Consejo Nacional de la Producción (CNP), de muy reciente crisis interna por causa del favoritismo de nombramientos políticos y no de personas idóneas? ¿Y el Instituto Nacional de Vivienda y Urbanismo (INVU), que cedió espacio y vigencia a merced de la creación de un Banco Hipotecario de la Vivienda (BANHIVI) que ahora se dedica a propiciar sin ton ni son la construcción y erradicación de tugurios y que ha sido cuna de un "Ministro de los Pobres"? ¿No tenía acaso el Instituto Mixto de Ayuda Social (IMAS) la finalidad de asistir a las clases más desposeídas? ¿Y qué ha ocurrido en el Instituto Costarricense de Pesca (INCOPECA) que tres años después de promulgada la Ley de Pesca y Acuicultura no ha sido capaz de gestar la reglamentación de esa Ley para proteger en forma más efectiva las riquezas marinas como tampoco se sabe que haya hecho algo para propiciar los controles satelitales que la Ley ordena para evitar la pesca ilegal del atún, la masacre de los tiburones y los demás actos ilegales que ocurren en nuestra Zona Económica Exclusiva? La crisis alimentaria da opciones valiosas a los productos del mar como un medio para combatir el hambre: ¿dónde está la política de este Gobierno para explotar adecuadamente nuestras riquezas marinas e impulsar la constitución de una flota pesquera nacional que aumente la riqueza del país y no la mengua de sus recursos indiscriminadamente por extranjeros? Del Instituto Nacional de Seguros (INS) aparte de su apertura al monopolio para satisfacer intereses extranjeros y unos cuantos nacionales, ¿alguien podría explicar por qué se hacen nombramientos de personas no calificadas? ¿Y en el Servicio Exterior?

Con la muestra, es evidente que el mensaje del Presidente Arias del pasado 1 de mayo del año en curso ante la Asamblea Legislativa no fue más allá que un cumplido de estilo, pero no un análisis de fondo sobre el país, la labor de gobierno y sus entidades descentralizadas, planes a futuro y políticas institucionales. Nos quedó debiendo señor Presidente… y no se perturbe, pues no me afana ningún interés destructivo sino todo lo contrario: como dice usted, de la oposición hubiera esperado que le exigiera que cumpla con su papel y que lo haga conforme con los cánones constitucionales.

- Milton Ruiz Guzmán es abogado y asesor Parlamentario.
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