Una fiesta histórica
04/05/2008
- Opinión
La caída de Stroessner en el año 1989, a partir de un golpe de Estado comandado por su consuegro Andrés Rodríguez, dio fin a una larga y triste historia de opresión, dictadura y muerte que se ciño sobre el Paraguay durante 34 años. Durante la dictadura, varios dirigentes sociales y políticos fueron exiliados, muertos y desaparecidos por el dictador Stroessner, y hasta el momento no se pudo conseguir que haya justicia para las victimas, ni posibilidad de devolución del dinero extraído del erario estatal. El hecho significó una verdadera victoria de la sociedad civil, que se reflejo en la algarabía demostrada al día siguiente de la caída de Stroessner. A partir de entonces, la sociedad paraguaya se encaminaba a iniciar una nueva etapa en su proceso de construcción del país. Se creyó que existiría una nueva clase política, que orientaría la instalación de una democracia participativa, que quedarían atrás los problemas de pobreza, falta de fuentes de trabajo, educación, salud, pero después con el correr de los años, se demostró que no cambio absolutamente nada.
Más aún, el proceso se dirigió hacia la consolidación de un grupo poderoso que se apropio del poder cuyos intereses, representados en los partidos tradicionales, como el Partido Colorado y el Liberal, sumió al país en una profunda crisis que tuvo como final la explosión social, conocida como el “Marzo Paraguayo” en 1999. Los movimientos sociales tuvieron un rol fundamental en el enfrentamiento contra lo que podría llamarse un giro hacia un autoritarismo fascista liderado por Lino Oviedo. El movimiento de masa logró detener y echar del gobierno al Presidente Raúl Cubas, socio de Lino Oviedo, quienes debieron salir de Paraguay en forma apresurada, por la presión interna de los demás partidos, movimientos e internacional. Esta vez, el movimiento popular, demostró que puede tumbar gobiernos autoritarios pero no pudo intervenir ni influir en las decisiones de los “políticos profesionales” quienes se abanderaron del triunfo del pueblo y de nuevo se apropiaron del proceso, conduciendo hacia la supuesta unidad nacional, que al final era recuperar la imagen de los partidos tradicionales, bastante desgastada, con figuras antidemocráticas, y ligadas a hechos delictivos y de corrupción.
Después del acontecimiento político más significativo, desde la caída del dictador, se sucedió la elección de Nicanor Duarte Frutos con apenas 37 % de votos en el 2003, donde participaron en forma separada las dos fuerzas políticas de “oposición” el Partido Liberal Radical Auténtico (24%) y Patria Querida (21%), ambas de orientación de derecha. En esta contienda electoral, el Partido UNACE (13%) de Lino Oviedo que estando preso, saco un caudal electoral muy importante. Durante el gobierno de Nicanor no hubo cambio alguno, si con discursos demagógicos, obtenía ventajas para su gobierno. Los diferentes sectores buscaron afanosamente obtener algunas ventajas, sin poder acceder a ellas. Dentro de este marco de “desesperanza”, surgió la figura del Monseñor Fernando Lugo, encabezando una lucha contra la corrupción y falta de transparencia en la designación de los magistrados como también en la administración de la justicia. En el marco de la lucha, un punto importante fue la declaración de Duarte Frutos para convocar a un referéndum que realice enmiendas a la Constitución Nacional para poder presentarse de nuevo para el próximo periodo de elección, que ocurrió hace cuatro días. A partir de entonces, se conformaron varios grupos de resistencia contra la idea de la enmienda constitucional como también contra el autoritarismo y corrupción del gobierno de Nicanor Duarte Frutos.
Hubo varias movilizaciones de los movimientos sociales que reclamaron la vigencia irrestricta de la carta magna, que prohibía al Presidente en ejercicio, asumir otros cargos, como el de presentarse para cargos electivos en las elecciones generales, ser presidente del Partido Colorado, jefe de campaña de Blanca Ovelar en la interna del partido. A la par se daba otro proceso interesante en el espacio de los movimientos sociales y los partidos de oposición (UNACE, PLRA, Patria Querida) ideaban la estrategia de construir una alternativa que aglutinase a todos los sectores. De esta manera surgía la Concertación Nacional, con inclusión de los más diversos sectores e ideas políticas, desde la derecha, pasando por el centro hasta la izquierda. Pero, lastimosamente este proceso se truncó con la decisión del Partido Liberal Radical Auténtico de asumir unilateralmente la posición de presentar a Fernando Lugo como candidato a Presidente y para su Vice-Presidente a Federico Franco, un dirigente liberal.
Con esta decisión desarmó completamente la frágil articulación entre los demás sectores, que desemboco en la salida de UNACE, Patria Querida y de otros sectores progresistas.
En el campo de la izquierda, recién se salía de una situación de reflujo, después de que la mayoría de los dirigentes campesinos fueron imputados y perseguidos por la “justicia” por realizar actos de cierre de rutas, ocupaciones de tierras, reclamos por la vigencia de la democracia. En ese contexto, casi dos mil dirigentes fueron sometidos a enjuiciamientos y por otro lado, alrededor, de 20 campesinos fueron muertos desde que asumió Nicanor Duarte Frutos (2003-2008). Todas las muertes sucedieron a partir de la lucha por obtener un pedazo de tierra y defender el territorio ante la ocupación de los extranjeros y por la expansión del monocultivo de soja con uso intensivo de agrotóxicos.
Dentro de este panorama desalentador, de persecución, inseguridad, alto desempleo, corrupción generalizada, despilfarro de dinero del estado, contaminación, destrucción de los bosques, ventas de tierras a productores sojeros extranjeros, expulsión de campesinos e indígenas de sus tierras y migración forzada, se presenta una alternativa de cambio de rumbo para el pueblo paraguayo. Así, en el marco de una campaña de desprestigio, deslegitimación, mentiras e injurias, Fernando Lugo, con el apoyo de la Alianza Patriótica para el Cambio, Alianza Patriótica Socialista, y otros sectores, se logró un triunfo histórico que cambia radicalmente el escenario político en el país.
Con el computo parcial, Fernando Lugo obtuvo una ventaja del 40%, diez puntos por encima de la candidata del Partido Colorado (30%) quedando relegado a tercer lugar UNACE (22%) y en el cuarto Patria Querida (2,3%) faltando definir los demás lugares para el Movimiento Tekojoja, Partido Movimiento Al Socialismo, Alianza Patriótica Socialista.
Es importante resaltar que no hubo posibilidad de lograr un acuerdo electoral entre los sectores de la izquierda, a pesar, que se realizaron los esfuerzos, pero al final, imprimió más el oportunismo, la poca visión estratégica de construcción de un espacio alternativo progresista, la competencia por los cargos, desencadeno una dispersión del electorado evitando que se pudiera acceder a los diferentes cargos que se presentaron. Por el contrario de acuerdo a los cómputos que cada sector logró acumular, juntando todo, se podría alcanzar otro resultado y la izquierda saldría fortalecida con posibilidad de crecimiento.
Con el triunfo de Lugo, se abre un espacio para la participación de los movimientos sociales, que en otro momento era impensable. De esta manera, la Iniciativa Paraguaya de Integración de los Pueblos, piensa que existiendo una marcada hegemonía de la derecha en la integración del parlamento, las propuestas de cambio que pueda afianzar la democracia real, participativa sin exclusión, posiblemente no pasaría por los legisladores. Eso si logrando, una articulación entre los movimientos sociales, partidos de izquierda, y sectores progresistas podría ser una base importante para apuntalar al gobierno de Lugo, que de existir signos de cumplimiento de sus promesas y acuerdos sobre la Reforma Agraria Integral, recuperación de la soberanía sobre los territorios ocupados y las hidroeléctricas, permitiría un apoyo sustancial del campo popular para concretar las promesas.
Dentro de este escenario político, de grandes contradicciones y posibilidades de ocupar los espacios, apropiados por el poder oligárquico, de contener los procesos antidemocráticos impregnados en los pensamientos de los terratenientes y grupos empresariales agroexportadoras y financieras, secundadas por sectores similares insertas en los países de la región, se hace necesaria, más que nunca que los movimientos sociales de la sociedad civil de América del Sur, puedan estar atento a los acontecimientos por venir y de estrechar esfuerzos en la lucha contra los intentos antidemocráticos. Nosotros como Iniciativa de Integración de los Pueblos, precisamos el aliento de todos los compañeros y compañeras, que están involucrados(as) en una alternativa de integración, basada en la solidaridad, igualdad y fraternidad, que siempre fueron procesos dolorosos y con muchas contradicciones.
Agradecemos a los compañeros y compañeras de la Alianza Social Continental que pudieron acompañarnos en este histórico proceso de cambio y esperamos puedan continuar haciéndolo en los momentos difíciles que vendrán.
Iniciativa Paraguaya de Integración de los Pueblos
Capitulo paraguayo de la Alianza Social Continental
Asunción, 24 de abril de 2008
Más aún, el proceso se dirigió hacia la consolidación de un grupo poderoso que se apropio del poder cuyos intereses, representados en los partidos tradicionales, como el Partido Colorado y el Liberal, sumió al país en una profunda crisis que tuvo como final la explosión social, conocida como el “Marzo Paraguayo” en 1999. Los movimientos sociales tuvieron un rol fundamental en el enfrentamiento contra lo que podría llamarse un giro hacia un autoritarismo fascista liderado por Lino Oviedo. El movimiento de masa logró detener y echar del gobierno al Presidente Raúl Cubas, socio de Lino Oviedo, quienes debieron salir de Paraguay en forma apresurada, por la presión interna de los demás partidos, movimientos e internacional. Esta vez, el movimiento popular, demostró que puede tumbar gobiernos autoritarios pero no pudo intervenir ni influir en las decisiones de los “políticos profesionales” quienes se abanderaron del triunfo del pueblo y de nuevo se apropiaron del proceso, conduciendo hacia la supuesta unidad nacional, que al final era recuperar la imagen de los partidos tradicionales, bastante desgastada, con figuras antidemocráticas, y ligadas a hechos delictivos y de corrupción.
Después del acontecimiento político más significativo, desde la caída del dictador, se sucedió la elección de Nicanor Duarte Frutos con apenas 37 % de votos en el 2003, donde participaron en forma separada las dos fuerzas políticas de “oposición” el Partido Liberal Radical Auténtico (24%) y Patria Querida (21%), ambas de orientación de derecha. En esta contienda electoral, el Partido UNACE (13%) de Lino Oviedo que estando preso, saco un caudal electoral muy importante. Durante el gobierno de Nicanor no hubo cambio alguno, si con discursos demagógicos, obtenía ventajas para su gobierno. Los diferentes sectores buscaron afanosamente obtener algunas ventajas, sin poder acceder a ellas. Dentro de este marco de “desesperanza”, surgió la figura del Monseñor Fernando Lugo, encabezando una lucha contra la corrupción y falta de transparencia en la designación de los magistrados como también en la administración de la justicia. En el marco de la lucha, un punto importante fue la declaración de Duarte Frutos para convocar a un referéndum que realice enmiendas a la Constitución Nacional para poder presentarse de nuevo para el próximo periodo de elección, que ocurrió hace cuatro días. A partir de entonces, se conformaron varios grupos de resistencia contra la idea de la enmienda constitucional como también contra el autoritarismo y corrupción del gobierno de Nicanor Duarte Frutos.
Hubo varias movilizaciones de los movimientos sociales que reclamaron la vigencia irrestricta de la carta magna, que prohibía al Presidente en ejercicio, asumir otros cargos, como el de presentarse para cargos electivos en las elecciones generales, ser presidente del Partido Colorado, jefe de campaña de Blanca Ovelar en la interna del partido. A la par se daba otro proceso interesante en el espacio de los movimientos sociales y los partidos de oposición (UNACE, PLRA, Patria Querida) ideaban la estrategia de construir una alternativa que aglutinase a todos los sectores. De esta manera surgía la Concertación Nacional, con inclusión de los más diversos sectores e ideas políticas, desde la derecha, pasando por el centro hasta la izquierda. Pero, lastimosamente este proceso se truncó con la decisión del Partido Liberal Radical Auténtico de asumir unilateralmente la posición de presentar a Fernando Lugo como candidato a Presidente y para su Vice-Presidente a Federico Franco, un dirigente liberal.
Con esta decisión desarmó completamente la frágil articulación entre los demás sectores, que desemboco en la salida de UNACE, Patria Querida y de otros sectores progresistas.
En el campo de la izquierda, recién se salía de una situación de reflujo, después de que la mayoría de los dirigentes campesinos fueron imputados y perseguidos por la “justicia” por realizar actos de cierre de rutas, ocupaciones de tierras, reclamos por la vigencia de la democracia. En ese contexto, casi dos mil dirigentes fueron sometidos a enjuiciamientos y por otro lado, alrededor, de 20 campesinos fueron muertos desde que asumió Nicanor Duarte Frutos (2003-2008). Todas las muertes sucedieron a partir de la lucha por obtener un pedazo de tierra y defender el territorio ante la ocupación de los extranjeros y por la expansión del monocultivo de soja con uso intensivo de agrotóxicos.
Dentro de este panorama desalentador, de persecución, inseguridad, alto desempleo, corrupción generalizada, despilfarro de dinero del estado, contaminación, destrucción de los bosques, ventas de tierras a productores sojeros extranjeros, expulsión de campesinos e indígenas de sus tierras y migración forzada, se presenta una alternativa de cambio de rumbo para el pueblo paraguayo. Así, en el marco de una campaña de desprestigio, deslegitimación, mentiras e injurias, Fernando Lugo, con el apoyo de la Alianza Patriótica para el Cambio, Alianza Patriótica Socialista, y otros sectores, se logró un triunfo histórico que cambia radicalmente el escenario político en el país.
Con el computo parcial, Fernando Lugo obtuvo una ventaja del 40%, diez puntos por encima de la candidata del Partido Colorado (30%) quedando relegado a tercer lugar UNACE (22%) y en el cuarto Patria Querida (2,3%) faltando definir los demás lugares para el Movimiento Tekojoja, Partido Movimiento Al Socialismo, Alianza Patriótica Socialista.
Es importante resaltar que no hubo posibilidad de lograr un acuerdo electoral entre los sectores de la izquierda, a pesar, que se realizaron los esfuerzos, pero al final, imprimió más el oportunismo, la poca visión estratégica de construcción de un espacio alternativo progresista, la competencia por los cargos, desencadeno una dispersión del electorado evitando que se pudiera acceder a los diferentes cargos que se presentaron. Por el contrario de acuerdo a los cómputos que cada sector logró acumular, juntando todo, se podría alcanzar otro resultado y la izquierda saldría fortalecida con posibilidad de crecimiento.
Con el triunfo de Lugo, se abre un espacio para la participación de los movimientos sociales, que en otro momento era impensable. De esta manera, la Iniciativa Paraguaya de Integración de los Pueblos, piensa que existiendo una marcada hegemonía de la derecha en la integración del parlamento, las propuestas de cambio que pueda afianzar la democracia real, participativa sin exclusión, posiblemente no pasaría por los legisladores. Eso si logrando, una articulación entre los movimientos sociales, partidos de izquierda, y sectores progresistas podría ser una base importante para apuntalar al gobierno de Lugo, que de existir signos de cumplimiento de sus promesas y acuerdos sobre la Reforma Agraria Integral, recuperación de la soberanía sobre los territorios ocupados y las hidroeléctricas, permitiría un apoyo sustancial del campo popular para concretar las promesas.
Dentro de este escenario político, de grandes contradicciones y posibilidades de ocupar los espacios, apropiados por el poder oligárquico, de contener los procesos antidemocráticos impregnados en los pensamientos de los terratenientes y grupos empresariales agroexportadoras y financieras, secundadas por sectores similares insertas en los países de la región, se hace necesaria, más que nunca que los movimientos sociales de la sociedad civil de América del Sur, puedan estar atento a los acontecimientos por venir y de estrechar esfuerzos en la lucha contra los intentos antidemocráticos. Nosotros como Iniciativa de Integración de los Pueblos, precisamos el aliento de todos los compañeros y compañeras, que están involucrados(as) en una alternativa de integración, basada en la solidaridad, igualdad y fraternidad, que siempre fueron procesos dolorosos y con muchas contradicciones.
Agradecemos a los compañeros y compañeras de la Alianza Social Continental que pudieron acompañarnos en este histórico proceso de cambio y esperamos puedan continuar haciéndolo en los momentos difíciles que vendrán.
Iniciativa Paraguaya de Integración de los Pueblos
Capitulo paraguayo de la Alianza Social Continental
Asunción, 24 de abril de 2008
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