La región andina se desintegra
- Opinión
Para nadie es un secreto que el ánimo integracionista en los andes anda de capa caída por estos días, y que este no es un fenómeno nuevo, desde el surgimiento del Pacto Andino y su evolución hacia la Comunidad Andina de Naciones, el camino de la integración ha estado plagado de contradicciones, intereses particulares y falta un sentido de unidad y coordinación que asombran.
Sin embargo, el contexto político de los últimos años, afectó el avance integrador a niveles nunca antes vistos: el abandono de Venezuela de la CAN, por inocultables motivaciones políticas, el estancamiento de las negociaciones sobre integración comercial, el endurecimiento del movimiento migratorio, y especialmente la molestia y el recelo entre los vecinos, han convertido la Comunidad Andina en una serie de indicativas desarticuladas y sin importancia para ninguno de los actores.
Pero si hay uno al que le guste menos el tema de la integración andina es al gobierno colombiano, desde el inicio, la labor en términos de la comunidad era buscar los espacios para la ruptura: fue uno de los pocos países de la región que aceptó entrar a negociar el ALCA cuando esta era la estrategia comercial norteamericana, y luego fue quedándose absolutamente solo en la postura incondicional de las exigencias norteamericanas sobre el tratado.
Luego en el TLC andino, Estados Unidos dijo: juntos, pero no revueltos. Y Colombia y Perú aceptaron, mientras Bolivia y Ecuador se mantuvieron al margen, con lo cual al TLC andino le quedaron por fuera la mitad de los andes. Luego las tensiones diplomáticas, las acusaciones, los ataques, los chantajes y las mentiras se convirtieron en el denominador común de las relaciones, llevando incluso al entorpecimiento del comercio regular, especialmente de Colombia con Ecuador y Venezuela.
Por eso la “cumbre” de Lima era una reunión más en el intrincado proceso de unir cinco países más parecidos en historia, cultura y economía que los 15 que inicialmente conformaron la Unión Europea. Con un detalle adicional: Colombia ha servido como cuña para impedir la consolidación del bloque como una instancia política que haga contrapeso a los intereses norteamericanos, Colombia es la cuña que impide realmente el avance de la comunidad, y eso ha sido así desde que Álvaro Uribe es presidente del país, rompiendo una tradición diplomática de 3 décadas en la cual la prioridad estuvo parcialmente centrada en la integración andina.
La cumbre de Lima fue cubierta más por el morbo de los medios que esperaban una enfrentamiento abierto por cuenta de la “revelación” por parte del INTERPOL de que los computadores de Raúl Reyes no habían sido manipulados, que realmente por las decisiones de importancia estratégica para la integración que surgieran de esta reunión. Esto solo muestra que la comunidad andina ya no le interesa a nadie: ni a Chávez que busca un espacio de influencia política más amplio en la región y que claramente tiene reservas con el gobierno colombiano, ni a Correa preocupado por enfrentar la andanada de ataques que le envían desde Colombia y cuyo proceso social está enfrentando fuertes resistencias internas, ni a Bolivia que actualmente lucha por su unidad, y mucho menos al Perú con un Alan García que a pesar de haber vuelto con la máscara neoliberal, sigue siendo tan impopular y cuestionado como cuando dejó la presidencia y era el férreo dirigente del APRA.
Y Colombia sigue mirando con ceguera y miopía como única opción comercial real a los Estados Unidos, su oposición a avanzar en la búsqueda de un arancel externo común que obviamente limita los alcances de los TLC que Colombia piensa firmar con EEUU y con la UE, la ruptura de las estrategias comerciales con un país andino como Bolivia, y la certeza de que toda la estrategia comercial colombiana obedece claramente los intereses de las multinacionales europeas y norteamericanas.
Entre tanto, y con la invaluable colaboración de Washington, la región amenaza con convertirse en un polvorín en el cual ya se habla de movimientos independentistas, guerras internacionales, y bloqueos comerciales…hoy más que nunca la Comunidad Andina se parece más a la de la excelente película La Comunidad de Alex de la Iglesia, que a la solidaria y armónica confederación de los pueblos que expresan los principios fundacionales de la CAN.
- Jairo Bautista, Docente e investigador universitario.
Fuente: Semanario Virtual Caja de Herramientas
Corporación Viva la Ciudadanía. www.vivalaciudadania.org
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