Tres proyectos de dudosa transparencia

28/05/2008
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Faltando apenas un año para que termine su período presidencial, el presidente Martín Torrijos se ha propuesto lanzar tres nuevos proyectos de dudosa transparencia. Por un lado, la crisis de los precios de los alimentos en el mercado mundial lo ha motivado para emprender algunos negocios en el sector del agro panameño. Por el otro, la crisis energética (y los elevados precios de la gasolina que importa el país) lo ha entusiasmado para impulsar transacciones financieras que auguran ganancias para algunos sectores. El tercero de los proyectos se refiere al transporte colectivo urbano – versión 2008.

Estos negocios se complementan con la ampliación del Canal de Panamá, la construcción de una cinta costera, la extensión de los corredores Norte y a la ciudad de Colón. No hay que excluir el “boom” de la construcción inmobiliaria ni el llamado turismo del sexo y del juego de azar. Forman parte del paquete la privatización de los servicios de salud, de la educación, de la seguridad social, de las fuentes de agua y de otros recursos que, según la ley, son del pueblo panameño.

Los precios de los alimentos se han disparado en el mercado mundial. Los países que no tienen defensas para protegerse están sufriendo las consecuencias. Entre esos países se encuentran la mayoría de los países africanos y algunos latinoamericanos entre los que se destacan Haití y Panamá. Los precios de los alimentos no suben como consecuencia de una mayor demanda o de una disminución de la producción. En 2008 el mundo produce más arroz que en años anteriores.

Los precios del arroz han crecido como resultado de la monopolización de su distribución mundial por siete grandes empresas que especulan en las bolsas de valores. Panamá quedó atrapada en el juego debido a que siguió las instrucciones del Fondo Monetario Internacional (al igual que Haití y otros países africanos) en la década de 1990. El gobierno panameño cerró los silos (depósitos donde se almacenan los granos) que servían de reservas que regulaban la oferta y la demanda, así como el precio, del arroz.

En vez de rehabilitar los silos para almacenar los excedentes de la producción nacional, el presidente Torrijos comete el error de arrojar más gasolina al fuego de la inflación anunciando que este año le tirará la toalla a los arroceros. ¿Y el próximo año?
Hablando de gasolina, el gobierno nacional armó una falsa alarma en torno a la escasez de energía producida por las represas hidroeléctricas del país. Al mismo tiempo abanica la construcción de represas en cuencas a lo largo y ancho del país, sin planificación u orden. Tiene a la totalidad de las comunidades rurales del país protestando por los proyectos de represas. Las empresas que construyen represas no están pensando en vender energía en el mercado nacional. Todas están pensando en el negocio de la red centroamericana que llevaría electricidad a los mercados del norte.

El tercer proyecto lo sacó calcado de algún proyecto que dejó engavetado la presidenta Mireya Moscoso (1999-2004) cuando hacía sus negocios con el transporte colectivo urbano. Moscoso repartió US$ 30 millones entre los empresarios del transporte y sólo recuperó el 5 por ciento de la inversión. Torrijos planea repartir US$ 60 millones antes de abandonar el palacio presidencial en 2009. ¿Qué porcentaje recuperará el Estado de esta inversión?

Las instancias políticas del país están paralizadas ante la embestida de los empresarios en Palacio. No hay Asamblea de Diputados, Corte Suprema, Contraloría, “sociedad civil”. ¿Se trata del “buen gobierno”?

Panamá, 29 de mayo de 2008.

- Marco A. Gandásegui, hijo (Profesor de la Universidad de Panamá e investigador asociado del CELA)
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