Los prefectos opositores se corren del revocatorio
24/06/2008
- Opinión
El optimismo de los partidarios de la Media Luna en Santa Cruz, Beni, Pando, Tarija y Cochabamba empieza a obnubilarse, tras la decisión asumida por los prefectos de esos departamentos, que quieren hacerle un amague al Referéndum Revocatorio con el adelanto de las elecciones y otras acciones políticas encaminadas a mover el carril legal y constitucional en el cual se mueve el presidente Evo Morales.
La euforia que mostraron estos sectores en los referéndums del 4 de mayo de Santa Cruz, el 1 de junio en Beni y Pando y del 22 de junio en Tarija, contrasta con el tono de voces más discretas con las que ahora aparecen en medios de comunicación, afirmando que el Revocatorio no servirá para resolver la crisis política y que por tanto puede ser una pérdida de tiempo y de recursos para el país.
La última puesta en escena del histrionismo elitista de los autonomistas lo representó el prefecto de Tarija Mario Cossio la noche de este 22 de junio: “Hoy, esta victoria se la debemos solamente al pueblo, el protagonista fundamental de esta victoria para quien debemos expresar nuestra admiración. Esta claro que la disfrutamos también como antes, como una victoria de Bolivia”.
Horas después de la consulta de Tarija, los prefectos de la Media Luna debían definir su posición ante el revocatorio, puesto que la Corte Nacional Electoral activó hace tres semanas, todo el aparato administrativo y logístico para llegar en buenas condiciones al 10 de agosto, fecha del Revocatorio.
Los prefectos están contra el tiempo y reaccionan tardíamente, porque la idea del revocatorio ya se instaló en sectores populares que ven en ese paso, la mejor arma que tiene el gobierno para relegitimarse y bajar la soberbia de los prefectos.
Exitismo desmedido
En base al cabildo del “millón” que se realizó el 15 de diciembre de 2007, los sectores conservadores de Santa Cruz creyeron que era posible convertir la legitimidad social en legalidad política. Estaban seguros que la presión social podía más que el marco
jurídico del estado de derecho que ampara al gobierno.
Hasta cierto momento los referéndums autonómicos funcionaban como carta de negociación para abrir un dialogo en el que el gobierno realice grandes concesiones en torno a la Nueva Constitución y la redistribución del Impuesto Directo a los Hidrocarburos. Por pedido de Evo el vicepresidente Alvaro García Linera realizó notables esfuerzos por encaminar esa mesa de diálogo y no con pocas concesiones como base de los posibles acuerdos.
Una y otra reunión fueron inútiles y los prefectos opositores se pasaban por la espalda cualquier invitación a esa mesa. Esa postura pedante fue digitada por una mano negra que evitó fisuras entre los prefectos opositores y condujo en medio de esa soberbia a una postura más ambiciosa: Esa postura indicaba que cualquier acuerdo con Evo era muy parcial y coyuntural y que por tanto de una vez por todas había que apostar al dar jaque mate el indio. Fichas clave de esa negociación fueron los prefectos de Santa Cruz Ruben Costas y el líder cívico Branco Marinkovic, que conocían la magnitud del apoyofinanciero y logístico interno y externo prometido al plan.
Desde el exterior del país se alentó el jaque mate, porque los sectores duros de Estados Unidos y Europa se habían formado una visión catastrofista de la situación política boliviana. Tenían o aún tienen la sensación de que la caída de Evo solo es cuestión de un último empujón, lo que es poco cierto. Las agencias de noticias –en la intención de ayudar a la derecha criolla- indujeron a esta falsa percepción.
Ahora los prefectos opositores rechazan el revocatorio y plantean elecciones generales. Al hacer eso vuelven a correr el riesgo de apostar a la fuerza que ellos tienen en los medios a través de su poder financiero. Quieren reinstalar la sensación de que el país está al borde del colapso y que la única salida es adelantar las elecciones generales.
Hablan de crisis terminal cuando en Bolivia no hay ni muertos ni heridos y tampoco una situación que pueda ser calificada de crítica.
En definitiva todo indica que los asesores de la Media Luna hicieron malos cálculos políticos. Esos asesores plantearon que a través de una santa alianza entre poder económico y poder mediático, tenían las condiciones para generar el poder político y de ese modo erosionar la base de legitimidad del gobierno. A esos fines se prestaron de manera explicita los canales Unitel , Red Uno y PAT, que son de propiedad de empresarios cruceños, íntimamente ligados a los fines de la Media Luna.
No resultó el plan porque más allá de lo que reflejan los medios interna como externamente, Evo sabe cual es el real grado de apoyo que ha gestado en los dos años y medio de gobierno, sobre todo en el área rural, pero también en las ciudades. El es indígena y conoce la idiosincrasia campesina que se traduce en una actitud paciente en el inicio, pero que puede desembocar en una revuelta incontenible. Por esa razón 6 días atrás expresó su temor “por un levantamiento del pueblo”.
En el frente militar y policial también el gobierno generó ciertas condiciones. La ética y las convicciones que refleja el Presidente han logrado un significativo apoyo de los mandos de las FFAA, que insisten en reconciliarse con el pueblo y que por esa razón una y otra vez le dicen no a los planes conspirativos de la oposición.
Al interior de su equipo de gobierno, Evo ha logrado generar una moral alta que infunde optimismo al colectivo y que más que preocuparse, se ocupa de realizar gestión de gobierno. A eso se debe que todos los días el Presidente está en los rincones más alejados de Bolivia, en grandes concentraciones campesinas entregando apoyo económico en el marco del programa “Evo Cumple”.
En los momentos más críticos del conflicto, incluso algunos de sus ministros le exhortaron avanzar hacia una posición más conciliadora. El mostró que podía ser flexible y seguía apostando al diálogo. Eso avanzó hasta que descubrió que el plan A de la Media Luna era tumbarlo y que ya estaban en el basurero los planes B y C. La extrema derecha autonomista quiso operar igualito que la extrema izquierda infantil del pasado. Se fue por el camino del todo o nada. No aceptó las concesiones que planteo el gobierno a fines de 2007 y creyó tener el físico y las ideas para ganar la batalla.
Algunos intelectuales lo advierten, aunque no lo expresan abiertamente: Este Presidente tiene una moral firme que es característica de los grandes liderazgos. Esa moral que no cede, ni siquiera cuando el barco muestra que la situación es de zozobra. Esa moral genera un grado de movilización y aporte creativo en la gran parte de la estructura gubernamental que se esmera por no defraudar a la población.
Ahora los prefectos opositores están contra la pared y dicen en su fuero interno que de poco sirvió la parafernalia de los referéndums autonómicos. Desacato a la Constitución, gasto de millones de fondos prefecturales que salen de los hidrocarburos y una insubordinación al gobierno y falta de respeto al Presidente nunca antes vista en la historia democrática de Bolivia.
Ahora los movimientos sociales y la ciudadanía retoman la iniciativa política y acusan a los prefectos de cobardes. Afirman que los prefectos opositores se corren del ruedo del 10 de agosto porque saben que perderán.
Si Evo sale airoso de esta batalla, quedará demostrado que la suma de buenas acciones políticas programa), con un buen liderazgo (Evo) y esos dos factores sumados a una movilización intensa de todo el equipo de gobierno (MAS y movimientos sociales) pueden ser útiles para comunicar y gestionar las propuestas de cambio, incluso en el marco del viejo modelo democrático representativo.
“Si ellos son derrotados (los prefectos) será un precedente para que algunos políticos nunca más levanten sus manos contra el pueblo”, declaraba un ciudadano a un programa de Radio Fides, la mañana de este martes, aludiendo al carácter sedicioso de los referéndums autonómicos de los departamentos del oriente del país.
La batalla todavía está en curso, pero cuando menos está más claro cual es el grado de apoyo de los prefectos y el Presidente. Los prefectos se muestran fuertes en las pantallas de la televisión, pero la realidad había sido un poco más compleja y adversa para ellos.
- Grover Cardozo es periodista boliviano.
La euforia que mostraron estos sectores en los referéndums del 4 de mayo de Santa Cruz, el 1 de junio en Beni y Pando y del 22 de junio en Tarija, contrasta con el tono de voces más discretas con las que ahora aparecen en medios de comunicación, afirmando que el Revocatorio no servirá para resolver la crisis política y que por tanto puede ser una pérdida de tiempo y de recursos para el país.
La última puesta en escena del histrionismo elitista de los autonomistas lo representó el prefecto de Tarija Mario Cossio la noche de este 22 de junio: “Hoy, esta victoria se la debemos solamente al pueblo, el protagonista fundamental de esta victoria para quien debemos expresar nuestra admiración. Esta claro que la disfrutamos también como antes, como una victoria de Bolivia”.
Horas después de la consulta de Tarija, los prefectos de la Media Luna debían definir su posición ante el revocatorio, puesto que la Corte Nacional Electoral activó hace tres semanas, todo el aparato administrativo y logístico para llegar en buenas condiciones al 10 de agosto, fecha del Revocatorio.
Los prefectos están contra el tiempo y reaccionan tardíamente, porque la idea del revocatorio ya se instaló en sectores populares que ven en ese paso, la mejor arma que tiene el gobierno para relegitimarse y bajar la soberbia de los prefectos.
Exitismo desmedido
En base al cabildo del “millón” que se realizó el 15 de diciembre de 2007, los sectores conservadores de Santa Cruz creyeron que era posible convertir la legitimidad social en legalidad política. Estaban seguros que la presión social podía más que el marco
jurídico del estado de derecho que ampara al gobierno.
Hasta cierto momento los referéndums autonómicos funcionaban como carta de negociación para abrir un dialogo en el que el gobierno realice grandes concesiones en torno a la Nueva Constitución y la redistribución del Impuesto Directo a los Hidrocarburos. Por pedido de Evo el vicepresidente Alvaro García Linera realizó notables esfuerzos por encaminar esa mesa de diálogo y no con pocas concesiones como base de los posibles acuerdos.
Una y otra reunión fueron inútiles y los prefectos opositores se pasaban por la espalda cualquier invitación a esa mesa. Esa postura pedante fue digitada por una mano negra que evitó fisuras entre los prefectos opositores y condujo en medio de esa soberbia a una postura más ambiciosa: Esa postura indicaba que cualquier acuerdo con Evo era muy parcial y coyuntural y que por tanto de una vez por todas había que apostar al dar jaque mate el indio. Fichas clave de esa negociación fueron los prefectos de Santa Cruz Ruben Costas y el líder cívico Branco Marinkovic, que conocían la magnitud del apoyofinanciero y logístico interno y externo prometido al plan.
Desde el exterior del país se alentó el jaque mate, porque los sectores duros de Estados Unidos y Europa se habían formado una visión catastrofista de la situación política boliviana. Tenían o aún tienen la sensación de que la caída de Evo solo es cuestión de un último empujón, lo que es poco cierto. Las agencias de noticias –en la intención de ayudar a la derecha criolla- indujeron a esta falsa percepción.
Ahora los prefectos opositores rechazan el revocatorio y plantean elecciones generales. Al hacer eso vuelven a correr el riesgo de apostar a la fuerza que ellos tienen en los medios a través de su poder financiero. Quieren reinstalar la sensación de que el país está al borde del colapso y que la única salida es adelantar las elecciones generales.
Hablan de crisis terminal cuando en Bolivia no hay ni muertos ni heridos y tampoco una situación que pueda ser calificada de crítica.
En definitiva todo indica que los asesores de la Media Luna hicieron malos cálculos políticos. Esos asesores plantearon que a través de una santa alianza entre poder económico y poder mediático, tenían las condiciones para generar el poder político y de ese modo erosionar la base de legitimidad del gobierno. A esos fines se prestaron de manera explicita los canales Unitel , Red Uno y PAT, que son de propiedad de empresarios cruceños, íntimamente ligados a los fines de la Media Luna.
No resultó el plan porque más allá de lo que reflejan los medios interna como externamente, Evo sabe cual es el real grado de apoyo que ha gestado en los dos años y medio de gobierno, sobre todo en el área rural, pero también en las ciudades. El es indígena y conoce la idiosincrasia campesina que se traduce en una actitud paciente en el inicio, pero que puede desembocar en una revuelta incontenible. Por esa razón 6 días atrás expresó su temor “por un levantamiento del pueblo”.
En el frente militar y policial también el gobierno generó ciertas condiciones. La ética y las convicciones que refleja el Presidente han logrado un significativo apoyo de los mandos de las FFAA, que insisten en reconciliarse con el pueblo y que por esa razón una y otra vez le dicen no a los planes conspirativos de la oposición.
Al interior de su equipo de gobierno, Evo ha logrado generar una moral alta que infunde optimismo al colectivo y que más que preocuparse, se ocupa de realizar gestión de gobierno. A eso se debe que todos los días el Presidente está en los rincones más alejados de Bolivia, en grandes concentraciones campesinas entregando apoyo económico en el marco del programa “Evo Cumple”.
En los momentos más críticos del conflicto, incluso algunos de sus ministros le exhortaron avanzar hacia una posición más conciliadora. El mostró que podía ser flexible y seguía apostando al diálogo. Eso avanzó hasta que descubrió que el plan A de la Media Luna era tumbarlo y que ya estaban en el basurero los planes B y C. La extrema derecha autonomista quiso operar igualito que la extrema izquierda infantil del pasado. Se fue por el camino del todo o nada. No aceptó las concesiones que planteo el gobierno a fines de 2007 y creyó tener el físico y las ideas para ganar la batalla.
Algunos intelectuales lo advierten, aunque no lo expresan abiertamente: Este Presidente tiene una moral firme que es característica de los grandes liderazgos. Esa moral que no cede, ni siquiera cuando el barco muestra que la situación es de zozobra. Esa moral genera un grado de movilización y aporte creativo en la gran parte de la estructura gubernamental que se esmera por no defraudar a la población.
Ahora los prefectos opositores están contra la pared y dicen en su fuero interno que de poco sirvió la parafernalia de los referéndums autonómicos. Desacato a la Constitución, gasto de millones de fondos prefecturales que salen de los hidrocarburos y una insubordinación al gobierno y falta de respeto al Presidente nunca antes vista en la historia democrática de Bolivia.
Ahora los movimientos sociales y la ciudadanía retoman la iniciativa política y acusan a los prefectos de cobardes. Afirman que los prefectos opositores se corren del ruedo del 10 de agosto porque saben que perderán.
Si Evo sale airoso de esta batalla, quedará demostrado que la suma de buenas acciones políticas programa), con un buen liderazgo (Evo) y esos dos factores sumados a una movilización intensa de todo el equipo de gobierno (MAS y movimientos sociales) pueden ser útiles para comunicar y gestionar las propuestas de cambio, incluso en el marco del viejo modelo democrático representativo.
“Si ellos son derrotados (los prefectos) será un precedente para que algunos políticos nunca más levanten sus manos contra el pueblo”, declaraba un ciudadano a un programa de Radio Fides, la mañana de este martes, aludiendo al carácter sedicioso de los referéndums autonómicos de los departamentos del oriente del país.
La batalla todavía está en curso, pero cuando menos está más claro cual es el grado de apoyo de los prefectos y el Presidente. Los prefectos se muestran fuertes en las pantallas de la televisión, pero la realidad había sido un poco más compleja y adversa para ellos.
- Grover Cardozo es periodista boliviano.
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