El gran poeta alemán Goethe, escribió una obra fundamental que penetra en los comportamientos humanos, como lo es el deseo de poseer aquello que no les pertenece. El Dr. Fausto es víctima de su propia debilidad y ambición, y no vacila para lograr sus deseos en vender su Alma al diablo, sin importarle las consecuencias, sabiendo que en algún momento tendrá que pagar su deuda. Así es que termina perdiendo todo y condenando su Ser, destruyendo su vida y todo lo que más amaba. Creo que es un buen ejemplo de lo que ocurre en nuestro país. Muchos males que sufre la Argentina no hubiesen ocurrido sin las complicidades y traiciones internas, de aquellos que vendieron su alma y entregaron el país a la voracidad de las fuerzas del sistema de dominación. Nadie entra en la casa de uno si no se le abre la puerta; salvo que sean asaltantes y entren por la violencia; o cómplices que entren ocultos en las sombras para saquearnos. Como el Dr. Fausto, hay quienes están dispuestos a vender su alma; tal vez pensando que es el camino para alcanzar los deseos reprimidos y ejercer el poder; poseer riquezas, prestigio y reconocimiento de los poderosos, que les tiran las migajas que sobran en sus mesas. El precio de vender el Alma es muy alto; el comprador es implacable y paciente para cobrar y devorar a sus víctimas. El gaucho Martín Fierro, decía: "El diablo, sabe por diablo, pero más sabe por viejo"; espera el momento oportuno para pasar la factura y cobrar su cuenta; más los intereses indexados. La condena de vender el Alma es la destrucción de todo lo que se ama; la pérdida de la conciencia y la dignidad. ¿Vale el precio?. Ustedes saben que muchos legisladores/as, que ocupan bancas en el Parlamento, fueron cómplices de llevar al país al actual estado de postración. Basta señalar algunos hechos concretos; las leyes de impunidad, las privatizaciones, la complicidad para evitar el juicio a la Corte Suprema de Justicia; la derogación de la ley de Subversión Económica, exigida por el FMI., o el ingreso de tropas extranjeras, que sostienen la hipótesis de conflicto, el "enemigo es el pueblo"; y continúan las negociaciones secretas para imponer el ALCA y entregar el país a los EE.UU. De acuerdo al Art. 29 de la Constitución Nacional, esto es: "Traición a la Patria" y como tal serán juzgados tarde o temprano. Cada uno/a deberá dar cuenta de sus actos, de sus comportamientos; el pueblo sabrá si vendieron su Alma. El pueblo sabrá si se condenaron a sí mismos. Algunos legisladores/as tuvieron la entereza y la ética de no dejarse dominar por el poder; de no vender sus Almas; de renunciar a sus propios intereses personales y partidarios para servir y acompañar las necesidades del pueblo y construir nuevos espacios de participación y solidaridad. Esos compatriotas nos honran. Ninguno/a puede ignorar el sufrimiento y las angustias que vive nuestro pueblo en cada rincón de la Patria; ninguno/a puede ignorar el aumento de la pobreza, cuyos niveles crecen cada día alcanzando cifras escalofriantes. Nadie puede ignorar la muerte diaria de niños por hambre y enfermedades evitables. Nuestro pueblo está castigado y marginado por las políticas implementadas por los gobiernos que se sucedieron, y la entrega del patrimonio nacional a manos de las corporaciones internacionales, el FMI y del gobierno de los EE.UU. lo que nos está llevando a la pérdida de la soberanía nacional. Es triste el papel de los gobernantes, sometidos y sin ideas propias. Perdieron el rumbo correcto, perdieron el sentido de la libertad, de la soberanía nacional, de la ética que debe tener toda práctica política, en la búsqueda del bien común de todo el pueblo. Es preocupante que la mayoría de ustedes, legisladores/as de la Nación, no tengan el coraje de participar junto al pueblo, que dicen representar, en las marchas y movilizaciones reclamando sus derechos. Quisiera recordárselas: Los reclamos que hacen a la dignidad de la persona y del pueblo por Trabajo, Salud y Educación. Por políticas sociales, frente a un Estado que ha renunciado a sus obligaciones fundamentales de servir al Pueblo y no a los grandes intereses económicos. El Pueblo reclama dignidad y trabajo y no mendicidad de planes que nada cambian, y que por el contrario denigran y ofenden a hombres y mujeres que quieren ser útiles a sus semejantes, a sus familias, al país. Son millones de compatriotas los que hoy viven en la marginalidad y luchan por su vida, amenazada por las políticas y el saqueo sin piedad, que con total impunidad realizan los centros del poder de la dominación. Un clamor profundo surge del pueblo, y se ha manifestado en la rebelión social, en la resistencia no violenta, expresada en miles de manifestaciones en todo el país, que con firmeza les ha dicho ¡BASTA! Y por eso reclama "QUE SE VAYAN TODOS". Es un reclamo legítimo, una necesidad urgente, una exigencia, antes que sea tarde. Es necesario sumar voluntades para volver a FUNDAR UNA NUEVA REPUBLICA. Es necesario que escuchen la VOZ DEL PUEBLO para construir nuevas bases sociales , políticas, económicas y culturales, recuperar valores éticos hoy ausentes. Es necesario convocar a todos los sectores sociales, mujeres y hombres dispuestos a asumir la responsabilidad histórica de sentar las bases de un Nuevo Contrato Social para construir el país que necesitamos, sin exclusiones, un País para todos, no para unos pocos. La necesidad de convocar a una CONVENCIÓN CONSTITUYENTE, con mandato de decidir los cambios que el pueblo reclama. El llamado a elecciones en marzo del 2003, realizado por el Presidente Provisional de la Nación; es para que nada cambie, solo sirve para que el sistema actual continúe destrozando el país y repartirse los despojos de la República Y esta situación no se resuelve con la represión contra el pueblo, que ya ha costado muertos y heridos. No se resuelve penalizando y reprimiendo la pobreza y las protestas sociales. El país está sumergido en la violencia estructural y social, por lo tanto; la reforma debe ser profunda en todos sus niveles. El sistema actual de representación "democrática" ha demostrado su total fracaso y ha colapsado. Debemos construir una "Democracias Participativa". Terminar con las listas electorales "sábanas", que han llevado a ocupar bancas en el Parlamento a quienes, no tienen responsabilidad ciudadana, y usufructúan los recursos para sus propios intereses. Es necesario implementar los instrumentos legales para el "Control de Gestión" de las funciones del gobierno, en todas sus instancias, a través de la participación ciudadana. Establecer bases institucionales para la lucha contra la corrupción, con la inhabilitación de por vida de los corruptos para ejercer cualquier cargo público en el país con las sanciones jurídicas correspondientes. Y la revocatoria de los mandatos a través de plebiscitos y consultas populares de quienes no cumplen las funciones que les fueron delegadas. Lo que acabo de señalar está a la vista; y es fruto de aquellos que vendieron su Alma al diablo; de aquellos que no quieren escuchar la voz del Pueblo, y tratan de evitar el juicio político a la Corte Suprema de Justicia, para continuar con la impunidad. Son aquellos que quieren continuar usufructuando los recursos del Estado y que en las internas buscan sancionar la "Ley de Lemas". Que no vuelva a suceder lo de la Constituyente del año 1994 donde, "entre gallos y medianoche", se negoció sólo para facilitar la re- elección de un presidente, que ha dañado profundamente las bases del país y que entregó el patrimonio del pueblo y la soberanía. Ustedes, legisladores/as, a quien el pueblo les otorgó el mandato, no tuvieron el coraje, hasta el día de hoy, de reglamentar y poner en vigencia la "Consulta Popular y el Plebiscito", a pesar de ser parte de nuestra Constitución Nacional. Da mucha tristeza e indignación. No tuvieron la voluntad política de investigar la injusta e inmoral "deuda externa", que hoy condiciona el desarrollo del país. No puedo dejar de recordar al hermano y compañero de lucha, Monseñor Jaime de Nevares, quien fuera Obispo de Neuquén, quien asumió la responsabilidad de ser miembro constituyente en 1994, pero renunció para no traicionar el mandato del pueblo. Le pregunté las razones de su renuncia y me dijo: "Eso fue como fumar un cigarrillo encendido por las dos puntas". Sabía de las complicidades y traiciones. Compatriotas legisladores/as, la situación del pueblo es más dura que mis palabras. Espero que esta reflexión ayude a la toma de decisiones. Solo me resta decirles NO VENDAN SUS ALMAS; TENGAN EL CORAJE DE LUCHAR POR UNA NUEVA ARGENTINA. SI LA VENDEN, EL PUEBLO LES RECLAMARÁ POR SUS CONDUCTAS. No olviden que en la vida de los pueblos hay procesos irreversibles. Estamos viviendo uno de esos momentos históricos. Reciban el Fraterno saludo de Paz y Bien Adolfo Pérez Esquivel
Premio Nobel de la Paz Buenos Aires, 1 de Septiembre del 2002