Alianzas adelantadas
14/07/2008
- Opinión
La alianza de Germán Martínez Cázares -PAN- y de Elba Esther gordillo -PANAL-, ampliamente conocida y criticada por el ex presidente del blanquiazul, Manuel Espino Barrientos, se afianza como estrategia político electoral del partido en el poder.
Se trata, ya, de alianzas adelantadas para las llamadas elecciones de medio sexenio, por cierto muy estimadas por los presidentes en turno, puesto que llegados a esa mitad del mandato quieren afianzar toda la fuerza que da el poder, siempre y cuando cuenten con un Congreso a favor.
Se podrá alegar, en contrapartida, que eso históricamente no fue cierto durante los gobiernos priístas. Ante ello es de recordarse que el presidente saliente siempre dejaba un Congreso proclive a él, y se comentaba que así era la costumbre para que le cuidaran las espaldas una vez que estuviera al margen del poder.
Además, quien “palomeaba” la lista de los futuros diputados y senadores no era el candidato presidencial, sino el presidente que al final de su mandato llegaba con tal fuerza, que él mismo hacia la designación de su sucesor. Exclamaba la formula política de la sucesión, que el novelista Luis Spota llamara “Las palabras mayores”.
Para los panistas, el desastre de Vicente Fox Quesada todavía les escuece el alma; en todo su sexenio no pudo remontar un Congreso adverso. Para eso llegó Germán Martínez Cázares a tratar de revertir tal situación y, la verdad sea dicha, es un reto muy difícil, sobre todo cuando el “fuego amigo” es lanzado una y otra vez por el propio ultraderechista Manuel Espino Barrientos.
Rogelio Carbajal, secretario general del Partido Acción Nacional, informó, sin tomar en cuenta los tiempos que ordena la nueva Ley Electoral, que como una parte de la estrategia para 2009, su dirigente nacional, Germán Martínez, negocia ya una alianza con Elba Esther Gordillo y su Partido Nueva Alianza (PANAL).
Tampoco, desde luego, le importó la pugna desatada por las críticas del yunquista Espino Barrientos, quien cuestionó alianzas y concesiones que panistas y gobierno hacen a líderes sindicales y priístas, porque lo que vale es asegurar el Congreso federal para los azules.
La alianza de Germán Martínez Cázares, PAN, y de Elba Esther gordillo, PANAL, no es nada nuevo, puesto que es ampliamente conocida la cercanía de la “maestra”, con el presidente Felipe Calderón Hinojosa, y pese a las criticas del ex dirigente nacional del blanquiazul, Manuel Espino Barrientos, se afianza como estrategia político electoral del partido en el poder.
Rogelio Carbajal, secretario general del Partido Acción Nacional, informó que, como una parte de la estrategia electoral para 2009, su dirigente nacional, Germán Martínez, negocia ya una alianza con Elba Esther Gordillo y su Partido Nueva Alianza, y cuenta con el aval del Comité Ejecutivo Nacional en esa exploración de coaliciones, no sólo con el Panal, sino con otras fuerzas políticas.
Bien cierto. El cometido es lograr un Poder Legislativo acorde con las necesidades, según aseguran apremiantes para las reformas estructurales del Gobierno de Felipe Calderón Hinojosa, pero ello no debe de obnubilar al cabildero “nomber ONE” del calderonismo, violentando los tiempos de la nueva Ley Electoral y atizando el fuego amigo de sus antecesores partidistas.
Se trata, ya, de alianzas adelantadas para las llamadas elecciones de medio sexenio, por cierto muy estimadas por los presidentes en turno, puesto que llegados a esa mitad del mandato quieren afianzar toda la fuerza que da el poder, siempre y cuando cuenten con un Congreso a favor.
Se podrá alegar, en contrapartida, que eso históricamente no fue cierto durante los gobiernos priístas. Ante ello es de recordarse que el presidente saliente siempre dejaba un Congreso proclive a él, y se comentaba que así era la costumbre para que le cuidaran las espaldas una vez que estuviera al margen del poder.
Además, quien “palomeaba” la lista de los futuros diputados y senadores no era el candidato presidencial, sino el presidente que al final de su mandato llegaba con tal fuerza, que él mismo hacia la designación de su sucesor. Exclamaba la formula política de la sucesión, que el novelista Luis Spota llamara “Las palabras mayores”.
Para los panistas, el desastre de Vicente Fox Quesada todavía les escuece el alma; en todo su sexenio no pudo remontar un Congreso adverso. Para eso llegó Germán Martínez Cázares a tratar de revertir tal situación y, la verdad sea dicha, es un reto muy difícil, sobre todo cuando el “fuego amigo” es lanzado una y otra vez por el propio ultraderechista Manuel Espino Barrientos.
Rogelio Carbajal, secretario general del Partido Acción Nacional, informó, sin tomar en cuenta los tiempos que ordena la nueva Ley Electoral, que como una parte de la estrategia para 2009, su dirigente nacional, Germán Martínez, negocia ya una alianza con Elba Esther Gordillo y su Partido Nueva Alianza (PANAL).
Tampoco, desde luego, le importó la pugna desatada por las críticas del yunquista Espino Barrientos, quien cuestionó alianzas y concesiones que panistas y gobierno hacen a líderes sindicales y priístas, porque lo que vale es asegurar el Congreso federal para los azules.
La alianza de Germán Martínez Cázares, PAN, y de Elba Esther gordillo, PANAL, no es nada nuevo, puesto que es ampliamente conocida la cercanía de la “maestra”, con el presidente Felipe Calderón Hinojosa, y pese a las criticas del ex dirigente nacional del blanquiazul, Manuel Espino Barrientos, se afianza como estrategia político electoral del partido en el poder.
Rogelio Carbajal, secretario general del Partido Acción Nacional, informó que, como una parte de la estrategia electoral para 2009, su dirigente nacional, Germán Martínez, negocia ya una alianza con Elba Esther Gordillo y su Partido Nueva Alianza, y cuenta con el aval del Comité Ejecutivo Nacional en esa exploración de coaliciones, no sólo con el Panal, sino con otras fuerzas políticas.
Bien cierto. El cometido es lograr un Poder Legislativo acorde con las necesidades, según aseguran apremiantes para las reformas estructurales del Gobierno de Felipe Calderón Hinojosa, pero ello no debe de obnubilar al cabildero “nomber ONE” del calderonismo, violentando los tiempos de la nueva Ley Electoral y atizando el fuego amigo de sus antecesores partidistas.
- Teodoro Rentería Arróyave es periodista y escritor mexicano.
teodoro@libertas.com.mx
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