La hora de la verdad para el café de Colombia en 2008
23/07/2008
- Opinión
Está cercana la hora de la cosecha cafetera grande, que puede recolectar más de 7 millones de sacos en la mayoría de los departamentos del país donde la producción de la rubiácea es la principal actividad agrícola. No solamente en ellos, cuando se habla a escala nacional del agro, la caficultura sigue siendo el primer renglón del sector, tanto que, si se excluyera de la contabilidad agropecuaria para el primer trimestre de 2008, el crecimiento general sería nulo.
La recolección de esta cosecha está precedida por declaraciones que presagian una calamidad si se mantiene la tendencia de revaluación de la tasa de cambio del peso por el dólar. Las autoridades gremiales, en cabeza de la Federación de Cafeteros, han hecho peticiones al respecto, solicitando la intervención del gobierno; “es la solución de fondo”, ha manifestado el gerente general, Gabriel Silva, al demandar un control al ingreso de dólares incluyendo a las inversiones extranjeras atraídas por los “estímulos” del gobierno, “porque convierte en insostenible el modelo” de persistirse en tan generosos incentivos.
Silva ha advertido que -de no modificarse esa política- correrían graves riesgos más de dos millones y medio de empleos (entre directos e indirectos) que dependen del café. Según las cuentas oficiales en el último año el comportamiento del dólar le ha restado en sus ingresos a los 550.000 hogares caficultores más de 200.000 millones de pesos. A dicha reducción debe agregarse el incremento de los costos, que se calcula en los últimos doce meses en un 70%, y que ha subido el importe de producción de una carga de café a más de $460.000, cifra que en los últimos cuatro meses no han podido recibir los productores. La operación se está haciendo a pérdida.
En la zona cafetera ha ocasionado malestar el escaso apoyo que el gobierno está prestando al problema. Inicialmente entregó $40.000 millones para apoyar con $240 por árbol a quienes emprendieran la renovación de sus cultivos, que en departamentos como Antioquia no se entregaron por dicho valor y que escasamente alcanzaría para financiar la transformación de sólo la quinta parte de las hectáreas sembradas. Hace poco, al apuntalar a todos los sectores exportadores en este trance, entregó para los cafeteros $50.000 millones que repartidos por hectárea le significaría a cada productor una suma que en nada le resarciría las pérdidas ya tenidas ni tampoco le reportaría recoger la cosecha con ganancia.
El asunto tiende a agravarse. El inicio de la cosecha brasilera se ha venido anunciando como el de mayor volumen en los últimos cinco años. Brasil puede aportar más de 40 millones de sacos, 8 de la variedad robusta y el resto de la arábica, que significa casi la tercera parte de la producción mundial para el periodo 2008-2009 aforada en total en 140 millones de sacos, una cantidad muy superior a la de 2007-2008 de 122 millones. El crecimiento brasilero será de 35% comparado con la zafra anterior. Las estimaciones se han hecho por distintas fuentes, incluyendo el Departamento de Agricultura de Estados Unidos en mayo pasado, las cuales conjeturan que los inventarios finales en manos de los países exportadores crecerán de 12 millones de sacos a 17 millones, cambiando la curva decreciente de los últimos años. Los créditos para el almacenaje y cosecha en Brasil pasarán de 850 millones de dólares, un 10% más que el periodo anterior, para atender los 2,29 millones de hectáreas que se colectarán.
Esos cómputos ya han empezado a incidir, aún sin que Brasil entre en acción, en la cotización internacional. Desde el 2 de julio, cuando se pagó en 1,63 dólar la libra en la Bolsa de New York había bajado a 1,49 el 17 de julio; catorce centavos en igual número de días calendario. Pese a que Silva insiste en que la crisis actual del café “es de rentabilidad y no de precios”, estos también podrían decaer y se entraría al peor de los mundos; baja tasa de cambio y bajo precio en el mercado mundial. Para los próximos días se celebrarán algunos eventos que abordarán esta problemática. Se realizará una nueva junta de Unidad Cafetera en Manizales el 25 de julio y también se ha hablado de un Consejo Comunitario, con Presidente a bordo, para los próximos días. Los cafeteros esperan respuestas institucionales, de lo contrario “podría hacerse sentir la voz del pueblo y eso es cuando se convierte en un problema social”, acotó el propio Silva. Llegará la hora de la verdad del café en 2008, ojalá sea en beneficio de la inmensa mayoría minifundista que lo produce.
Publicado La Tarde, Pereira, 22 de julio de 2008
La recolección de esta cosecha está precedida por declaraciones que presagian una calamidad si se mantiene la tendencia de revaluación de la tasa de cambio del peso por el dólar. Las autoridades gremiales, en cabeza de la Federación de Cafeteros, han hecho peticiones al respecto, solicitando la intervención del gobierno; “es la solución de fondo”, ha manifestado el gerente general, Gabriel Silva, al demandar un control al ingreso de dólares incluyendo a las inversiones extranjeras atraídas por los “estímulos” del gobierno, “porque convierte en insostenible el modelo” de persistirse en tan generosos incentivos.
Silva ha advertido que -de no modificarse esa política- correrían graves riesgos más de dos millones y medio de empleos (entre directos e indirectos) que dependen del café. Según las cuentas oficiales en el último año el comportamiento del dólar le ha restado en sus ingresos a los 550.000 hogares caficultores más de 200.000 millones de pesos. A dicha reducción debe agregarse el incremento de los costos, que se calcula en los últimos doce meses en un 70%, y que ha subido el importe de producción de una carga de café a más de $460.000, cifra que en los últimos cuatro meses no han podido recibir los productores. La operación se está haciendo a pérdida.
En la zona cafetera ha ocasionado malestar el escaso apoyo que el gobierno está prestando al problema. Inicialmente entregó $40.000 millones para apoyar con $240 por árbol a quienes emprendieran la renovación de sus cultivos, que en departamentos como Antioquia no se entregaron por dicho valor y que escasamente alcanzaría para financiar la transformación de sólo la quinta parte de las hectáreas sembradas. Hace poco, al apuntalar a todos los sectores exportadores en este trance, entregó para los cafeteros $50.000 millones que repartidos por hectárea le significaría a cada productor una suma que en nada le resarciría las pérdidas ya tenidas ni tampoco le reportaría recoger la cosecha con ganancia.
El asunto tiende a agravarse. El inicio de la cosecha brasilera se ha venido anunciando como el de mayor volumen en los últimos cinco años. Brasil puede aportar más de 40 millones de sacos, 8 de la variedad robusta y el resto de la arábica, que significa casi la tercera parte de la producción mundial para el periodo 2008-2009 aforada en total en 140 millones de sacos, una cantidad muy superior a la de 2007-2008 de 122 millones. El crecimiento brasilero será de 35% comparado con la zafra anterior. Las estimaciones se han hecho por distintas fuentes, incluyendo el Departamento de Agricultura de Estados Unidos en mayo pasado, las cuales conjeturan que los inventarios finales en manos de los países exportadores crecerán de 12 millones de sacos a 17 millones, cambiando la curva decreciente de los últimos años. Los créditos para el almacenaje y cosecha en Brasil pasarán de 850 millones de dólares, un 10% más que el periodo anterior, para atender los 2,29 millones de hectáreas que se colectarán.
Esos cómputos ya han empezado a incidir, aún sin que Brasil entre en acción, en la cotización internacional. Desde el 2 de julio, cuando se pagó en 1,63 dólar la libra en la Bolsa de New York había bajado a 1,49 el 17 de julio; catorce centavos en igual número de días calendario. Pese a que Silva insiste en que la crisis actual del café “es de rentabilidad y no de precios”, estos también podrían decaer y se entraría al peor de los mundos; baja tasa de cambio y bajo precio en el mercado mundial. Para los próximos días se celebrarán algunos eventos que abordarán esta problemática. Se realizará una nueva junta de Unidad Cafetera en Manizales el 25 de julio y también se ha hablado de un Consejo Comunitario, con Presidente a bordo, para los próximos días. Los cafeteros esperan respuestas institucionales, de lo contrario “podría hacerse sentir la voz del pueblo y eso es cuando se convierte en un problema social”, acotó el propio Silva. Llegará la hora de la verdad del café en 2008, ojalá sea en beneficio de la inmensa mayoría minifundista que lo produce.
Publicado La Tarde, Pereira, 22 de julio de 2008
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