Las asimetrías dentro del Bloque Regional

Paraguay, Lugo y el MERCOSUR

03/08/2008
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Luego de los rumores de que Paraguay dejaría de conformar el bloque, el futuro canciller Hamed desmintió esa posibilidad. No obstante, exigió mayores beneficios para el país como miembro pleno.

El país guaraní exige mejores y mayores beneficios de los que recibe actualmente por ser miembro pleno del Mercado Común del Sur (Mercosur). Tanto Paraguay como Uruguay, coinciden en que ambas naciones no observan mejorías derivadas de la integración regional en lo que respecta a sus situaciones particulares y en que se encuentran en desventaja respecto de países como Argentina y Brasil.

Durante los últimos cinco años, los reclamos al gobierno del actual presidente paraguayo, Nicanor Duarte Frutos fue de los gremios de la industria y la producción agrícola-ganadera fueron incesantes. Estos se sustentaban -y aún se sustentan- en el disgusto provocado en estos sectores por las medidas arancelarias dictadas por Argentina y Brasil y se consideran una de las razones por las que se esbozó el posible retiro de Paraguay del bloque.

Lejos quedaron los momentos de conformidad propios del 26 de marzo de 1991, cuando en la ciudad paraguaya de Asunción, los primeros mandatarios de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay se reunieron y plasmaron la creación del Mercosur.

Precisamente, ese mismo país, cuna del Tratado, en la actualidad, es el protagonista de un descontento que azota al bloque principalmente con los países más chicos.

La situación continental y paraguaya, particularmente, es muy diferente al contexto que se vivía en los años noventa. En aquella época, las políticas de cada uno de los presidentes de los países miembros (Carlos Saúl Menem, Argentina; Fernando Collor de Mello, Brasil, Andrés Rodríguez, Paraguay; y Luis Alberto Lacalle, Uruguay), se centraban en el extremo liberalismo, generando que dichos territorios quedasen en manos de las potencias mundiales y exponiendo la soberanía nacional y regional.

Sin embargo, en la actualidad, el Mercosur -más desarrollado, afianzado y con diferentes perspectivas que las de su comienzo derivado de la coyuntura continental y mundial- se halla presidido por figuras que no sólo ven en el bloque una salida de integración económica sino que sus intereses van más allá de lo primeramente establecido en el Tratado de Asunción.

De esta manera, las políticas han cambiado dando lugar a la aparición de la “integración” en términos de solidaridad mutua, intercambio cultural, libre circulación de personas, derechos humanos, entre otras características que conforman al bloque actual.

No obstante, sería equivocado desmentir la relevancia que aún conserva el aspecto comercial y la rentabilidad del mercado entre los países que lo integran ya sea de manera plena o como miembro partícipe.

En este sentido, Paraguay, luego de la ruptura que generó el ingreso de Fernando Lugo a la presidencia (al cual, recientemente, el Vaticano le concedió la nulidad de su cargo clerical que le prohibía desarrollar la función presidencial) tras más de 60 años de hegemonía del partido conservador Colorado, pretende que el Mercosur le brinde mayores réditos económicos.

El ex obispo Lugo, presentado por muchos analistas como un líder que pretende seguir los pasos de Venezuela, Cuba y Bolivia en cuanto a reformas estructurales políticas, económicas y sociales, a pesar de haber desmentido el retiro de Paraguay del bloque, coincide con las autoridades uruguayas en que ambos países necesitan de un incremento de beneficios.

El canciller de Relaciones Exteriores, Alejandro Hamed Franco afirmó ante los rumores de una posible renuncia de Paraguay al bloque que, a pesar de que el Mercosur posee demasiadas cuestiones sin resolver y pendientes, la integración regional es un proceso “irreversible”.

No obstante, Hamed, cuestionado por los sectores conservadores y, sobre todo, por la colectividad judía paraguaya por su origen sirio y por cumplir funciones públicas en El Líbano, recalcó que hay decisiones del bloque que no favorecen al país guaraní.

A su vez, subrayó que la solución no se halla en el retiro sino que dichas cuestiones serán protagonistas de futuros diálogos y negociaciones “de igual a igual” con Argentina y Brasil, principalmente, con el fin de revertirlas. “Hay que tener paciencia en el Mercosur. La Unión Europea, por ejemplo, es hoy un bloque fuerte luego de 50 años de discusiones”, amplió Hamed.

El recientemente elegido canciller de diplomacia por el presidente Lugo, es el centro de las críticas de los políticos colorados, liberales, patriaqueridistas, que, a pesar de las diferencias ideológicas, se unieron para desafiar a Lugo por la conformación del nuevo gabinete, con la excepción de -aunque parezca extraño- Lino Oviedo y Nicanor Duarte Frutos, quienes defendieron la autoridad del ex obispo.

A pesar de los ataques en contra de la persona y las virtudes de Hamed, el futuro funcionario paraguayo demostró una postura firme en cuanto a las políticas que guiarán su accionar en el gobierno de Lugo. Principalmente, destacó que trabajará por una mayor igualdad y equidad dentro del Mercosur y también fuera de él, para obtener beneficios internacionales no sólo para Paraguay sino que también para los demás socios del Mercosur.

Hamed, a su vez, demostró sus fuertes convicciones, respaldando a Uruguay y aclarando, una y otra vez, que tratará de luchar para que los socios principales del bloque -Brasil y Argentina- “no se constituyan en una fuerza hegemónica inalterable”, sino que el poder y las ganancias sean equivalentes para cada uno de los miembros.

Una de las principales cuestiones de las que el futuro canciller es responsable, es la referida a la administración conjunta -con las autoridades brasileñas y argentinas- de las reservas hidroeléctricas Itaipú y Yacyretá, ubicadas sobre el río Paraná, que serán tratadas de inmediato con el propósito de una mejor y más rentable gestión. "La cancillería se hará cargo del manejo de ambas usinas. Así lo ordenó el presidente Lugo", aclaró Hamed.

El flamante presidente por la Alianza Patriótica para el Cambio (APC), siguiendo con el propósito de rectificar el retiro de Paraguay del Mercosur, se reunió con la presidenta argentina, Cristina Fernández, en la Casa Rosada, Buenos Aires. La charla fue considerada por el nuevo jefe de Gabinete argentino, Sergio Massa, como “muy importante” para el bloque.

Durante la reunión, uno de los tópicos considerados por Lugo y Fernández fue el referido al ente binacional de la represa Yaciretá. Ambos coincidieron en establecer medidas tendientes a solucionar cuestiones que afectan a la misma.

A pesar de afirmaciones de algunos medios paraguayos, tales como “Mucha gente que no quiere ver la realidad, obscurecida por la ideología, se ha negado a admitir que Mercosur no le conviene al Paraguay y que se ganaría mucho abandonando una promesa incumplida por otras alternativas más eficaces”, publicada en la página web oficial del diario guaraní La Nación, continuar con el proceso de integración propuesto por el Mercosur sería lo más benéfico para cada uno de sus socios.

Sería equivocado no aceptar que existen asimetrías entre países como Brasil y Argentina en desmedro de Paraguay y Uruguay. No obstante, un desmembramiento del bloque rompería con años de trabajo conjunto y dejaría en extrema fragilidad y exposición a la región de intereses voraces foráneos que pretenden la desunión de los Estados sudamericanos.

Remediar las diferencias procurando el bienestar y la conformidad de cada una de las naciones partícipes del Mercosur, es el remedio ideal para proseguir en el proceso de integración priorizando los intereses regionales pero, también, los particulares.
 

 

Fuente: Agencia Periodística del MERCOSUR (APM), Facultad de Periodismo y Comunicación Social, Universidad Nacional de la Plata,  Argentina.  

 

http://www.prensamercosur.com.ar

 

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