Estreno y bloqueo

07/11/2008
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Cuando hay un “miedo pánico” de las consecuencias y coletazos que nos esperan con la crisis económica de Estados Unidos, en Cuba, el ministro de Economía y Planificación, Luis Rodríguez, se ha atrevido a anunciar que el presente año será de crecimiento económico para su país, aunque este segundo semestre se resentirá en comparación con el primero, cuando fue de un 6 por ciento.

Sorprende la afirmación, porque la isla fue azotada por dos huracanes en menos de 15 días, lo que ocasionó más de 500 mil viviendas destruidas, miles de escuelas e instituciones de salud afectadas, un tercio del área cultivada devastada y una severa destrucción de la infraestructura eléctrica y de comunicaciones.

Todo esto encima de la cotidiana realidad que debe enfrentar esa población, sometida a un bloqueo desde hace 50 años que no les ha permitido ni vivir con normalidad, ni alcanzar otro grado de desarrollo, ya que afecta a todos los aspectos de sus vidas.

Las pérdidas causadas por esos meteoros se calculan en más US$5 mil millones, que incluyen vivienda, infraestructura y servicios. El funcionario también advirtió que no se detendrá el desarrollo de los programas sociales, cuya prioridad es la provisión de alimentos, la rehabilitación del sistema energético y la reconstrucción de viviendas.

Un relato hecho circular por Internet, fechado en Miami, reportó los hallazgos de un viaje que llevó a cabo Andrés Gómez, director de Areítodigital, una página web ¡progresista!, de la comunidad cubano-americana, en donde aseguró, entre otras cosas, que “en todos los mercados hay un estricto control de precios de 10 productos básicos… No hay espacio alguno permitido para la especulación ni para los especuladores. El momento es de crisis y toda medida requerida para garantizar la alimentación, tranquilidad y bienestar de la población es imprescindible, y así lo entiende el Gobierno y la inmensa mayoría de la población”.

Este drama que vivió el pueblo cubano fue acompañado de grandes muestras de solidaridad. Más de 64 países ofrecieron ayuda; en contraste, Estados Unidos se negó a acceder a una solicitud hecha por el gobierno cubano para comprar a empresas norteamericanas, con créditos privados, alimentos y materiales para la reconstrucción, situación totalmente coherente con su postura en relación con el bloqueo que mantiene hacia la isla y que, según cálculos, el daño directo acumulado supera los US$93 mil millones.

En 16 resoluciones consecutivas de la Asamblea General de la ONU, la comunidad internacional ha condenado el bloqueo contra la isla y, en la misma secuencia, el gobierno de Estados Unidos ha desacatado la resolución. Este año el resultado fue apabullante: 185 votos a favor de la resolución condenatoria, tres en contra de la resolución (Estados Unidos, Israel y Palau), dos abstenciones y dos países, El Salvador e Iraq, no participaron en la votación.

Informes oficiales norteamericanos han reconocido que de los 20 programas de sanciones aplicados a diferentes países, el caso cubano es el más abarcador jamás impuesto a otro país.

Aunque hay escepticismo sobre la postura del nuevo ocupante de la Casa Blanca respecto de este criminal bloqueo, el país más poderoso del mundo podría mandar una señal de humanidad dirigida al pueblo cubano que ya cargó bastante la procesión de la penitencia, por la osadía de querer mantener su soberanía.

Guatemala, 5 de noviembre de 2008

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