Cartas abiertas

La ofensiva de los cobardes

12/01/2009
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Recen por el NO en las iglesias. Acusen a los defensores del SI por ateos y demonios. Griten que peligra la fe si se aprueba la nueva Constitución. Cualquier argumento es válido para oponerse al cambio. No es una novedad. Lo hicieron en Chile, contra el presidente Salvador Allende. También en Nicaragua atacando al Frente Sandinista. En 1952, en las calles de La Paz gritaban “Cristo Rey” para condenar la Revolución Nacional. En todos los casos, es una conducta cobarde.

La cobardía consiste en usar un argumento en el que no creen ellos mismos. Para poner un ejemplo: ¿por qué no rezaron por los masacrados en Porvenir?, ¿qué oraciones musitaron por los cientos de muertos en Gaza? No hay sinceridad en el uso de la religión, como argumento contra la nueva Constitución Política del Estado. ¡Qué lástima que permitan tal abuso e incluso lo patrocinen, quienes debieran ser guardianes de su decoro!

Las sinrazones del NO

Uno a uno, quienes participaron en las negociaciones para introducir ajustes y hasta modificaciones en el texto de la nueva CPE, han defeccionado. Cuando aceptaron el texto revisado y aprobaron la convocatoria a referendo simultáneo para dirimir el artículo 398 y para aprobar su vigencia, anunciaron que harían campaña por el SI. No era creíble pero, lo menos que se esperaba, es que mantuvieran coherencia con su aceptación y el voto positivo que dieron en el Congreso Nacional.

Los mismos actores de la revisión, son los detractores de sus actos. De donde se deduce que no tienen objeciones a la Constitución, sino al proceso de cambio. Es decir, no es que consideren que, el texto de la Carta Magna, debe ser distinto. No. Se trata, simplemente, de oponerse a cualquier cambio. Que este país siga siendo pobre para beneficio de las transnacionales. Al fin y al cabo, ¿acaso no sueñan en terminar sus días en Miami?

Las sólidas razones del SI

Por sabido, el carácter incluyente de la nueva CPE, resulta innecesario justificarlo. Sin embargo, es necesario insistir en otras razones: la garantía de los derechos fundamentales, la protección de la vida y su proyección, el respeto a las opciones de la persona, el reconocimiento de la comunidad como factor básico de nuestra sociedad, la participación de todos en la toma de decisiones, cuando éstas tienen gran importancia.

La nueva Constitución ha destacado algunos derechos sobre el conjunto. El derecho a la vida y el trabajo, a la salud y la educación, a la vivienda y los servicios básicos. Estos son derechos que están inscritos en la Constitución vigente, pero se diluyen en el conjunto. La consecuencia ha sido, en todos los tiempos, que grandes sectores de la población carecen de estos derechos; la explicación es que no contamos con los recursos económicos que hacen falta para garantizarlos. Pero este gobierno ha dicho: debemos crear las condiciones para que todas las bolivianas y los bolivianos, tengan garantizado el goce de estos derechos. Que nunca más haya desempleados, desnutridos, analfabetos o desprotegidos.

La protección de la vida es fundamental. Tanto así que, en la Asamblea Constituyente, se discutió largamente el tema del aborto. Hay muchos argumentos a favor de éste, si se toma en cuenta el peligro que corren miles de mujeres que abortan en forma clandestina. Sin embargo, se impuso el criterio de defender la vida desde su concepción y, al mismo tiempo, combatir las prácticas deshonestas de curanderos y falsos médicos que practican el aborto en condiciones antihigiénicas.

Una segunda condición esencial, es garantizar la vida de los recién nacidos. Bolivia tiene un índice elevado de mortalidad infantil. Es tarea ineludible combatir ese daño social con medidas que son obligación del Estado y que nunca, hasta ahora, se han tomado en cuenta.
Por supuesto que, el derecho a la vida está ligado íntimamente con el derecho al trabajo. Es una tarea de toda la sociedad y una obligación del Estado garantizarlo.

Como debe garantizar, y lo está haciendo, la educación y la salud. Haber desterrado el analfabetismo, atender a la salud de todos los bolivianos con la solidaria cooperación de médicos cubanos y venezolanos, son incontrastables.

Estas son verdades y la verdad es una razón sólida. Pero, por supuesto, la oposición acudirá a engaños y mentiras para sostener su rechazo. Es, por donde se lo mire, una cobardía. Pero, como hemos visto, es una cobardía repetida desde muchos años atrás y en latitudes diferentes de nuestro mundo.

- Antonio Peredo Leigue es senador del Movimiento al Socialismo (MAS) de Bolivia.
 

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