El rancho arde
- Opinión
China se ha convertido en el socio comercial más grande de Panamá, después de EEUU. Ambos países están reduciendo su producción, dejando sin empleo a centenares de miles de trabajadores por mes y sus exportaciones disminuyen rápidamente. Panamá sentirá el golpe de la recesión de manera muy especial por encontrarse muy arriba en la cadena productiva mundial, gracias a su posición geográfica, la operación del Canal y ser intermediaria comercial (Zona Libre de Colón y los servicios bancarios).
Existe la idea equivocada (¿o perversa?) en la Presidencia de la República, que los intereses de sus amigos financistas mejor colocados saldrán bien parados de la crisis. Les importa poco la suerte de los demás panameños que sufrirán el embate de la depresión económica. La masa de trabajadores, de la cual más de la mitad se encuentran en el sector informal, se verán abrumados por la pérdida de los pocos puestos estables que ofrece la economía panameña. Los que logran salvar su empleo verán disminuir sus niveles de vida de manera violenta e, incluso, ya no serán sujetos de crédito.
¿Qué hay que hacer? En más de una ocasión Juan Jované, candidato independiente a la Presidencia de la República, ha planteado la necesidad de comenzar inmediatamente a ejecutar un plan de emergencia que contemple impulsar la producción en los sectores estratégicos del agro y de la manufactura. Además, hay que invertir en obras públicas, especialmente en la construcción de planteles de educación e instalaciones de salud. Este plan de emergencia tiene que estar amarrado a un Plan de Desarrollo Nacional que contemple estrategias a largo plazo (30 años) y mediano plazo (15-20 años) que le permita al país y su gente "navegar" con éxito en las aguas turbulentas de un capitalismo mundial que sufre una crisis profunda.
Hay que sacar de las oficinas públicas a los tecnócratas ineptos que han empobrecido al país con sus improvisaciones reclamando más intervención estatal para sus iniciativas monopolistas que bautizan con nombres ridículos como “mercado libre” y “globalización”. Ellos mismos han prendido las llamas que arden y ahora se niegan a apagarlas.
Toda crisis también representa una oportunidad. Hay que aprovechar la situación actual para cambiar de rumbo en forma rápida y eficaz. En vez de seguir navegando sobre aguas que nos llevarán a una caída mortal, comencemos a remontar la corriente en busca de puertos más seguros donde todos los panameños tendrán oportunidad de desplegar sus potenciales.
Marco A. Gandásegui, hijo
Profesor de la Universidad de Panamá e investigador asociado del CELA)
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