Duarte, cuando regreses otra vez…!
- Opinión
Cuando llegaste al país por primera vez, el 15 de marzo de 1844, que viste la bandera tricolor que ideaste, ondear sin penas, serena e imponente, seguro que tu cuerpo se llenó de la satisfacción de haber cumplido. De haber logrado tus sueños a pesar de los sacrificios y tomentos.
Pero pronto te desterrarían por ser puro como el cristal y por no transigir en tus ideas libertarias, ni plegarte al poder y a las fuerzas del atraso.
Cuando
Cuando regreses esta vez, prepárate. No habrá motivos para sentirte satisfecho, ni razones para sonreír, si no, la triste sensación de la derrota, la impotencia y el desencanto; pero peor: la amarga estocada de la traición.
Sí, cuando regreses esta vez, verás gobernando a los mismos que te expulsaron, con otros nombres; verás a los que asesinaron a María Trinidad Sánchez y que vendieron
Cuando regreses otra vez, verás las mismas familias disfrutando de las tierras, de las riquezas de todos.
Cuando regreses otra vez, verás a los niños, tus hijos, los hijos de todos tus hijos, sin escuelas, sin hospitales. Verás las madres sin consuelo; verás los jóvenes muertos en las esquinas; verás los padres desesperados sin sustentos; verás al campesino sin tierra y al obrero sin trabajo; verás los ríos secándose lentamente como un atardecer infinito de muerte y desconsuelo.
Cuando regreses otra vez, no verás ya tu bandera, ya no está. En su lugar, colocaron un trapo en blanco, de un artificial plástico, donde escribir sus indultos e impunidades.
Cuando regreses otra vez, no verás un país, si no un paisaje, que sobrevive porque se aferra a duras penas, del ideal que le dejaste, y que recuerda.
Cuando regreses otra vez, no verás
Eso sí, cuando regreses otra vez, te verás en todas partes. Te verás en calles y avenidas, estatuas y en los retratos de muchas paredes. Te verás donde te han colocado los que te adversaron para recordar que te fuiste. Hoy mismo tus enemigos fueron a tu tumba para cerciorarse de que seguías muerto, te llevaron flores, te mencionaron y se ufanaron de tu nombre.
Pero, si buscas bien, te verás también en los corazones de la gente de a pie, de los descalzos. Donde a pesar de que te han querido arrancar a toda costa, te guardan celosamente para ver si un día regresas con tus sueños, tu fe inquebrantable y tu segura determinación de terminar lo que empezaste.
Cuando regreses otra vez, y te decidas a volver a lograr tus sueños, ve directo al centro, camina sin desvelo por los caminos de caliche; métete en los callejones de los barrios marginados, visita las ciénagas, las escuelitas sin luz, visita los sembradíos y las fábricas.
Cuando regreses otra vez, súbete en una “voladora” ve a las canchas de básquetbol, al play, a las terrazas y a los colmadones, visita las iglesias y los templos, los cibercafés, recorre
Cuando regreses otra vez, vuelve con tu prédica sencilla, con tus parábolas; vuelve con tus ideales y con tu proyecto de nación y no desmalles.
Duarte…cuando regreses otra vez, búscanos, que aunque parecemos pocos, no lo somos.
- Hecmilio Galván es coordinador Nacional de La Multitud, www.lamultitud.net
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