SIPP

21/03/2009
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Como es costumbre en el continente, cuando un gobierno nacionalista y soberano, empieza a “fastidiar” la estructura de poder de los privilegios, los propietarios de los medios (que son ricos pelucones privilegiados) hacen aparecer a la S.I.P. (Sociedad Interamericana de Propietarios de Periódicos, le falta una “P”) el gendarme defensor de esos privilegios a confabularse con la prensa interesada a descalificar al gobernante: lo hicieron con Arbenz (Guatemala), Caamaño (Dominicana),  Allende (Chile), Fidel (Cuba), y siguen y seguirán haciéndolo con Chávez, Evo, Correa, Ortega, Lugo y los que sigan asumiendo defensa real de su soberanía.

Los patriarcas financieros pelucones y aún los banqueros y dueños de grandes aparatos productivos, en la generalidad de los países, son los dueños de la prensa: los Miró Quesada (Perú), los Santos (Colombia), los Aguirre (México), los Mantilla (Ecuador) son algunos de los gerentes propietarios de la SIPP. Con excepciones, esos gerentes ni siquiera por deporte han escrito nada pero son los que “reclaman la libertad de prensa”.

Sin embargo convivieron satisfechos con los Trujillo, Castillo Armas, Batista, Somoza, Pérez Jiménez, Stroessner, Videla, Banzer, Duvalier, Noriega, Fujimori, Pinochet, porque les respetaban sus privilegios y los de sus pares empresarios poderosos que tenía intocados sus mecanismos de enriquecimiento.

Entre los principios fundamentales de la SIPP está el de “Defender los intereses de la prensa” y si la prensa de ellos son empresas poderosas y de allí una de sus contradicciones funestas porque no defienden a la profesión, al gremio, a los cultores de una rama fundamental de la literatura: lo que defienden son sus negocios, muchos de ellos corruptos, expoliadores, totalmente adversos al idealismo de los grandes genios que ejercieron alguna vez el periodismo, desde próceres como Montalvo, Martí, políticos como, Mariátegui, Haya de la Torre, Rómulo Gallegos, Velasco Ibarra, Rodrigo Borja,  o literatos puros como Borges, Fuentes, Asturias y un largo etcétera, que llega a la cumbre con Alejo Carpentier, Juan Rulfo, García Márquez, Carlos Fuentes, Julio Cortázar y en nuestro medio, Joaquín Gallegos, Benjamín Carrión, Pedro Jorge Vera, Alejandro Carrión, por citar pocos.
 
Muchos de estos, que a veces se morían de hambre por falta de trabajo, fueron maltratados por la censura de los patriarcas dueños de los medios, porque no comulgaban con ideas que ellos querían difundir y, entonces, no contaba la cacareada “libertad de prensa”.
 
Este año en Paraguay la SIPP acaba de reunirse y, como es simplemente lógico, entre sus dardos no faltaron los alusivos al Ecuador, a Correa, que manifiesta su “agresión” a la libertad de prensa por las respuestas frontales y sarcásticas a los políticos de oposición que se escudan en el periodismo o testaferros de los grandes empresarios que defienden a sus empresas periodísticas (bancos incluidos), porque este régimen de la Revolución Ciudadana está poniendo orden en la casa sin respetar privilegios.
 
Esos periodiqueros (algunos también politiqueros) no dejan pasar un día ni una oportunidad para insultar, agredir, descalificar, mentir y calumniar al Presidente y sus colaboradores, acusándolos de dictadores, de prepotentes, de corruptos pero sin precisar los fundamentos para esas aseveraciones.
 
Consideran un atentado contra la libertad de prensa que los llamen pitufos, pequeños de cuerpo y alma, gordito(a)s horroroso(a)s o que pongan en evidencia su mediocridad y que la colectividad no les crea.
 
La SIPP propugnó en 1994 un “Acuerdo Chapultepec” para que los países del continente declinaran la soberanía de sus naciones ante el poder omnímodo e imperialista de su estructura empresarial. Por eso su solapada y falaz contradicción insalvable con los gobernantes de países soberanos.-

- Alfredo Vera,  escritor, periodista ecuatoriano, ex ministro de Educación

http://alfredovera-ecuador.blogspot.com

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