Calderón favorece a los sátrapas de siempre

11/06/2009
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Supuestamente, de manera objetiva y sin interés de por medio, se decidió que la tan traída y llevada nueva refinería se instalará en Tula, Hidalgo, pese a que ya existe una en esa entidad, la cual, sin duda quedará en desuso para dar paso a la que según se afirma, será una de las mejores del mundo.

Para quienes poco conocemos del tema, resulta inexplicable la decisión; sí en Tula ya hay una refinería, por qué no mantenerla y mejorarla, situando la nueva en otra parte de la República, básicamente para impulsar la economía en regiones marginadas por el gobierno; aunque analizando con toda objetividad, los habitantes de la zona de los atlantes para nada se han beneficiado con dicha refinería, o por lo menos ha sido modesto el avance, situación que evidencia la putrefacción imperante en Petróleos Mexicanos, así como la mezquindad de un nefario sindicato.

México reclama no sólo una refinería, sino dos o más, mismas que bien pudieron haberse erigido con las ganancias obtenidas del petróleo durante la época de bonanza; pero para nadie es secreto, mandatarios abyectos llenaron sus alforjas de oro. Un caso reciente lo constituye Vicente Fox, junto con su esposita y familia de ésta.

Aquí cabe apuntar, casi al finalizar la administración foxista, tuve una gratísima entrevista con el entonces secretario de Hacienda Francisco Gil Díaz, a quien le pregunté por qué durante todo el sexenio me persiguieron sin tregua, violentando flagrantemente la ley, haciéndome presa de una auditoría encarnizada; tales revisiones a lo sumo toman seis meses, no obstante, en mi caso fueron más de dos años. Gil Díaz me explicó con gran valor, que se vio presionado por quien fungía como secretario de Seguridad Pública federal; dicho sujeto sistemáticamente le hablaba para pedirle revisara mis cuentas bancarias, así como la de mi esposa, hijos y madre; definitivamente le agradecí al funcionario su información. Por otro lado, tocamos también el tópico de los impresionantes porcentajes por la venta del petróleo y me dijo: “lamentablemente Fox gastó el 70% de los miles de millones de dólares que ingresaron”, agregando, en un gesto de innegable patriotismo, que guardó (Gil Díaz) el restante 30%; tachó al hombre de las botas de manirroto, aunque el adjetivo correcto sería vil ladrón; obviamente el exgerente de Coca-Cola tiene ese dinero en el extranjero, es más, hace poco supe de buena fuente que uno de los inversionistas más perjudicados por el fraude de Stanford, fue precisamente el guanajuatense, lo grave es que no fue su dinero, sino el perteneciente al pueblo mexicano, circunstancia por demás condenable.

Retomando el asunto de la refinería, Felipe Calderón designó a Jesús Reyes Heroles, director de Petróleos Mexicanos, individuo sin la más mínima experiencia en la materia, empero ¿eso qué importa? Reyes Heroles es hijo de un personaje que se hizo fama de intelectual, quien irrefutablemente estuvo al servicio de políticos corruptos como Luis Echeverría y José López Portillo. Reyes Heroles asegura que las emisiones contaminantes se reducirán ostensiblemente con la nueva refinería, lo cual en verdad nos parece imposible, lo cierto es que la contaminación se incrementará con o sin la nueva refinería y enfermedades epidémicas no faltarán, demostrando una vez más la irresponsabilidad de los hombres del poder.

Tal como hemos señalado, no sólo era conveniente una refinería, sino varias, tal vez no tan grandes, pero sí estratégicamente ubicadas; aparentemente, la tesis de Calderón iba en ese sentido; el engaño se hallaba en que el michoacano pretendía entregárselas a sus amigos y compromisos, incuestionablemente era la mejor forma de privatizar Pemex; la clave estaba en la obtención de créditos; nadie en absoluto puede negarlo, hay suficientes recursos monetarios en el planeta para construir una buena cantidad de refinerías, los créditos serían factibles, empero nunca se buscó el beneficio nacional, sino el de grupo.

Calderón, bien sabemos no ganó las elecciones, tampoco el terrible Peje, ambos hicieron trampa, por ende, lo debido jurídicamente era anular los comicios sucios y nombrar un presidente interino, quien debía convocar a elecciones extraordinarias; no se realizó así y Calderón, como en su momento Carlos Salinas de Gortari, ha sido un presidente impuesto, con sinnúmero de compromisos, favoreciendo a los sátrapas de siempre, a ingentes e insaciables empresarios y a voraces banqueros, inequívocamente para ellos estaba destinada la concesión en lo tocante a las refinerías, hecho que logró evitarse; sin embargo, el peligro sigue latente.

En síntesis, no tiene sentido la creación de una refinería en el mismo lugar donde ya existe otra, de tal absurdo algún día sabremos los motivos, confirmando por enésima ocasión, la ausencia de patriotismo en sinfín de actos gubernamentales.

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