Cumbre sobre la Sociedad de la Información: ¿Encuentro de técnicos o de la sociedad?

19/02/2003
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Con 1600 delegados de 100 países se inició este 17 de febrero la segunda reunión preparatoria de la Cumbre Mundial de la Sociedad de la Información (CMSI) con el objetivo de preparar un proyecto de Declaración y Plan de Acción que serán discutidos y aprobados durante la Cumbre, cuya primera fase de se desarrollará en Ginebra en diciembre de 2003 y la segunda en el 2005 en Túnez.

 

 El consejero nacional suizo, Moritz Leumbereger, inauguró la reunión con un tono conciliador. "No se trata de un encuentro de especialistas en tecnologías que quieren resolver los problemas del planeta maximizando sus ganancias. Hay que integrar las voces críticas en el proceso de preparación de la Cumbre", dijo.

 

 De esta manera, Moritz respondió al llamado de atención de una plataforma de 20 organizaciones sociales suizas que en los días previos criticó la falta de liderazgo y voluntad política de los Estados, indicando además que hay querellas e incoherencias internas y falta de consultas con la sociedad civil.

 

Las críticas se dirigían sobre todo a los organizadores de la Cumbre. "La ultra técnica Unión Internacional de Telecomunicaciones, UIT, no tiene la envergadura ni las competencias necesarias. Resultado: ausencia de un verdadero cerebro, la Cumbre aparece como una hidra de varias cabezas -la UIT, el secretariado del país huésped y el secretariado ejecutivo de la Cumbre-, cada una con sus perspectivas y agendas propias. De allí su estrategia borrosa y una complejidad institucional paralizante", decían en un comunicado suscrito por Acción de Cuaresma, Pan para el Prójimo, Helvetas, Caritas, Eper y Comunidad de Trabajo Swissaid.

 

 Bajo perfil

 

Hasta ahora la Cumbre ha tenido un bajo perfil. Las empresas, luego de la debacle de las punto.com, y los fraudes y escándalos tipo Enron y WorldCom, no aparecen muy entusiasmadas y saben que los asuntos claves se deciden en la Organización Mundial de Comercio. La sociedad civil no logra movilizar más allá de los círculos especializados.

 

Pese a que las tecnologías de la comunicación y de la información (TICs) y particularmente la Internet, son factores claves de la globalización económica y financiera, e involucran a casi todas las actividades humanas, algunos gobiernos consideran que la Cumbre es un asunto de técnicos en telecomunicaciones y han enviado representaciones de bajo perfil. Precisamente para dar visibilidad a la Cumbre, los organizadores invitaron al presidente de Rumania, Ion Iliescu, y al presidente de Senegal, Abdoulaye, quienes participaron en uno de los paneles.

 

El Presidente del Comité Preparatorio de la CMSI, Adama Samassèku, de la Republica de Malí, anunció que celebrará un encuentro con los jefes de Estado interesados en la Cumbre, autoridades de Naciones Unidas, personalidades internacionales y otros organismos a fin de incitarles a participar activamente en los preparativos y en la Cumbre misma. |

 

Los representantes de las conferencias regionales llevadas a cabo en Bamako (Africa), Bucarest (Europa), Tokio (Asia Pacífico), Bávaro (América Latina y El Caribe) y Beirut (Asia Occidental) presentaron sendos informes. Orlando Jorge Mera, presidente del Instituto Dominicano de las Telecomunicaciones, Indotel, de la República Dominicana, presentó el informe de la Conferencia Regional de América Latina y el Caribe que se llevó a cabo en Bávaro del 29 al 31 de enero de 2003.

 

 Mera destacó que la sociedad de la información debe estar orientada al progreso social y económico de los países, a eliminar las diferencias socio-económicas y a fomentar el bienestar social. Pese a que esta conferencia, era de América Latina y el Caribe, a última hora se colaron Canadá y Estados Unidos. Este último país ha tenido una doble participación en las reuniones preparatorias: sus representantes también estuvieron presentes en Bucarest.

 

 En la Declaración adoptada en Bávaro, Estados Unidos y Canadá expresaron sus reservas sobre el punto "1j", que textualmente señala: "El acceso a las tecnologías de la información y a las comunicaciones debe realizarse al amparo del derecho internacional, teniendo en cuenta que algunos países se ven afectados por medios unilaterales no compatibles con éste que crean obstáculos al comercio internacional".

 

Este texto hace alusión al embargo a Cuba: pese a que los cables submarinos pasan cerca de Cuba, este país no puede beneficiarse del acceso universal a las telecomunicaciones. La participación La CMSI contempla la participación de los gobiernos, el sector privado y la sociedad civil. Para organizar la participación de la sociedad civil, la oficina de enlace con las ONGs propuso organizar 21 "familias" tomando en cuenta afinidades culturales y mecanismos formales e informales de consulta entre una misma "familia". Estas "familias" son: "el medio universitario y educativo, la comunidad científica y tecnológica, los medios, los creadores y actores de la cultura, las ciudades y los poderes locales, los sindicatos, los parlamentarios, las ONGs, los jóvenes, el grupo de género, los pueblos autóctonos, los personas con discapacidades, los movimientos sociales, los asociados multiactores, las instituciones filantrópicas, los "think tank", los grupos regionales de África, Asia, América Latina y el Caribe, Europa y países árabes.

 

Cada una de estas "familias" contará con un representante en un "Buró de la sociedad civil y de las ONGs", que servirá de organismo de enlace con el "Buró gubernamental". La participación de la sociedad civil de América Latina sigue siendo un punto débil de la CMSI.

 

A diferencia de otras Conferencias organizadas por la ONU, hasta ahora no ha habido un proceso que fomente y organice la participación de la sociedad civil. Para la Conferencia de Bávaro no se contemplaron los recursos necesarios para movilizar a los representantes civiles. Y para esta segunda reunión preparatoria apenas se destinaron 4 becas. El resultado es que hay un reducido número de delgados/as de ONGs latinoamericanas en Ginebra, lo que contrasta con la notable representación de las ONGs de países desarrollados.

 

Las discusiones

 

 Durante el martes 18 se iniciaron las mesas redondas sobre temas que los organizadores consideran claves: seguridad en las redes, derechos de propiedad intelectual, marcos regulatorios, infraestructura y financiación de la sociedad de la información, necesidades de grupos especiales, creación de capacidades, servicios y aplicaciones de las TICs y otros.

 

 Algunos de los temas sugeridos por la sociedad civil como derecho a la comunicación, las perspectivas de género, la democratización de la comunicación y del conocimiento, las TICs y las políticas públicas, la sustentabilidad de la sociedad de la información, la superación de las desigualdades Norte-Sur, etc. no fueron tomados en cuenta.

 

Los temas puestos a discusión responden a las visiones tecnicistas o mercantilistas de las corporaciones transnacionales y a los países más desarrollados. En la mesa sobre "acceso al conocimiento, acceso abierto, diversidad cultural y lingüística, contenido local" participaron representantes de gobiernos, organismos internacionales, ONGs y entidades de la sociedad civil y empresas. Abdul Waheedd Khan, del Departamento de Comunicación e Información de la UNESCO manifestó que los objetivos de la CMSI deber ser colmar la brecha digital, facilitar el acceso a los conocimientos, posibilitar el acceso igualitario a la educación y respetar la diversidad cultural y lingüística.  La diversidad cultural es a la sociedad humana lo que la biodiversidad es a la naturaleza. Expresó que existen algunos problemas a superar como la escasez de contenido local, la creación desigual de contenidos que están concentrados en los países desarrollados, el uso inadecuado de los derechos de propiedad y la falta de recursos.

 

Francis Tusubira de la Universidad Makere de Uganda dijo que en su país el costo de acceso a las TICs es cien veces mayor que en los Estados Unidos y que hay muchas dificultades en lo relacionado a las infraestructuras. Agregó que el software de fuente abierta es la única salida pues su país no se puede dar el lujo de gastar un tercio del presupuesto en educación en pagar derechos de propiedad intelectual.

 

Por último, tomaron la palabra Alan Alegre y Olinca Marino de la Campaña por el Derecho a la Comunicación en la Sociedad de la Información (CRIS, por sus siglas en inglés) "Hay muchos paradigmas sobre la sociedad de la información y múltiples intereses" dijo el asiático Alan Alegre. "Y el resultado, agregó, es que hay todavía una visión poco clara del proceso. Se habla mucho de colmar la brecha digital y del acceso universal a las TICs.

 

 Pero ello no es suficiente. A veces no se toma en cuenta que la brecha digital es la expresión de otras divisiones sociales y que las tecnologías no son neutras y pueden servir para ayudar a la gente o para controlarla o reprimirla, por ejemplo en el contexto de una dictadura. En Filipinas, hay 12 millones de usuarios de teléfonos móviles pero la pobreza y las necesidades son muy grandes. Es necesario tomar en cuenta las dimensiones humanas de la comunicación, por ello es importante plantear el derecho a la comunicación como un derecho humano que refuerza e incluso sirve de base a otros derechos humanos".

 

Alegre anunció que para el mes de diciembre se convocará a un evento paralelo a la CMSI para abordar el tema del derecho a la comunicación. La mejicana Olinca Marino dijo que las TICs pueden ser recursos para la interactividad y la participación de comunidades marginadas, las cuales pueden emerger como actoras de su propia información. Con las TICs se presenta la posibilidad de dibujar un tejido comunicacional de tipo horizontal y democrático. Pero para lograr esto, las tecnologías tienen que ser compatibles con la diversidad lingüística y cultural y con las prácticas y cosmovisiones de los pueblos originarios. No es suficiente hablar de integración de los marginados/as, se debe valorar la diversidad cultural y que sean las propias comunidades (por ejemplo los emigrantes o los pueblos originarios) las que propongan sus propias soluciones, concluyó Marino.

 

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