Mexicanos: ¿bienvenidos a Canadá?
- Opinión
Canadá es el segundo país más extenso del mundo con 9 millones 984 mil
Hay también otras razones por las que la inmigración es importante para Canadá. A nivel interno, según el censo de 2006, Quebec es la segunda provincia más poblada del país, con 7 546 131 habitantes (o bien, el 23. 87 por ciento de la población total), sólo superada por su vecino Ontario, que cuenta con 12 160 282 habitantes (38. 47 por ciento de la población), el cual, por cierto, históricamente es el destino de la mitad de todos los inmigrantes que recibe Canadá. Por lo tanto, la ecuación demográfica es fundamental para que Quebec pueda defender sus intereses en el seno de la federación, sea para gestionar el presupuesto y los subsidios que se le otorgan, sea para influir en el terreno electoral. Quebec pasó, en la segunda mitad del siglo pasado, de tener una de las tasas de natalidad más altas del mundo a una de las más bajas (1.4%), por lo que la inmigración, ante una federación masivamente dominada por anglocanadienses, constituye, desde su óptica, una solución.
En Canadá, la inmigración es un asunto que comparten tanto la federación como las provincias. Sin embargo, Quebec, ante la situación descrita, es la única provincia que asume plenamente esta responsabilidad, buscando equilibrar su perfil demográfico y lingüístico de cara a la federación. Por ello, Quebec ha desarrollado con el gobierno central, negociaciones que derivaron en un acuerdo de tipo administrativo denominado Acuerdo Gagnon-Tremblay/McDougall, o bien Acuerdo Canadá-Quebec que le permite a la provincia francófona decidir la suerte de aquellos inmigrantes que desean establecerse específicamente en Quebec, en tanto las otras dos categorías que prevé la legislación canadiense en el terreno de la inmigración (reunificación familiar e inmigración por razones humanitarias) seguirían siendo exclusivamente de la jurisdicción federal, aunque el acuerdo dispone que las autoridades federales consulten a las autoridades quebequenses sobre el particular. Con todo, cualquier decisión que tome la federación en materia de inmigración, provocará tensiones con Quebec, aunque este tema merece un análisis a detalle que no es el objetivo de la presente reflexión.
Características de la inmigración en Canadá
Canadá afirma que tiene la tasa per cápita más alta de inmigrantes a nivel mundial, situación que es visible en su diversidad étnica. Los canadienses, además, tienen una postura favorable a la inmigración. En 2007 el país de la hoja de maple recibió 236 mil 760 personas como inmigrantes, siendo las diez principales naciones de origen
Como se sugería líneas arriba, la legislación canadiense prevé tres categorías principales de inmigrantes: los económicos (categoría que se subdivide en varios grupos, pero que en general se centra en mano de obra calificada que puede contribuir al desarrollo económico de Canadá), los refugiados (en función a consideraciones humanitarias), y la reunificación familiar (donde una persona que ya se estableció en el país norteamericano, puede mandar por su familia).
Desde los años 50, la tasa de inmigrantes económicos per cápita de Canadá ha sido más o menos constante. Los recién llegados a Canadá suelen ser recursos humanos calificados, con grados universitarios e inclusive con mayor educación que la media imperante en la población canadiense, dado que las autoridades federales han privilegiado dicho perfil en los inmigrantes, lo que marca una diferencia importante con Estados Unidos, donde muchos de los recién llegados carecen de calificación o ésta es muy baja. Canadá enfrenta, por lo tanto, un problema de validación de calificaciones y grados académicos, pero ése no es el desafío más serio para los recién llegados. Los profesionistas inmigrados compiten con los profesionistas canadienses en materia salarial y en muchos casos, los primeros deben aceptar empleos peor remunerados y por debajo de la experiencia profesional que poseen. Otro problema es el desempleo. Los inmigrados presentan una tasa de desempleo del 11.5%, que equivale a más del doble que la que existe para los canadienses (4.9 %).
El deterioro de la calidad de vida de los inmigrantes económicos en Canadá se ha acentuado en los últimos años, y se le atribuye a diversos factores como deficiencias en el proceso de selección por parte de las autoridades; el reclutamiento de trabajadores para tareas peligrosas y difíciles pobremente remuneradas (por ejemplo en sectores como el de los hidrocarburos y la agricultura); la discriminación y el racismo; los incentivos de los programas sociales de Canadá, mismos que entran en conflicto con los objetivos de los programas de inmigración, etcétera.
La legislación canadiense en materia de inmigración
Antes de 1947 no existía, legalmente, la ciudadanía canadiense como tal, debido a que Canadá forma parte de
El Acta de Ciudadanía Canadiense de 1946 que entró en vigor el 1 de enero del siguiente año, define al canadiense. Esta norma estuvo en vigor por espacio de tres décadas hasta que en 1976 se dio a conocer el Acta de Inmigración, durante el gobierno de Pierre Trudeau, abocada a definir quiénes podían ingresar a Canadá, eliminando categorías de exclusión específicas de personas –homosexuales, discapacitados, etcétera– y creando en su lugar tipos de inmigrantes, esto es, refugiados, familiares, y migrantes independientes. Esta ley posibilitó la doble nacionalidad con muy pocas excepciones.
De manera más reciente, el parlamento canadiense aprobó
Decisión de Canadá de imponer visas a mexicanos
De las tres categorías principales que establece la legislación canadiense en materia de inmigración, una en particular, ha sido invocada para justificar la decisión, dada a conocer el pasado 13 de julio, de imponer visas a ciudadanos mexicanos y checos que desean viajar al país norteamericano: se trata de la categoría referida a los refugiados.
Cada año, Canadá recibe entre 20 mil y 30 mil refugiados, de los cuales la mitad son seleccionados para residir en el país norteamericano –por consideraciones humanitarias, siendo llevados de zonas conflictivas a territorio canadiense– y el resto son personas que solicitan refugio directamente, de conformidad con las disposiciones canadienses en la materia. Alrededor del 50% de las solicitudes para recibir el estatus de refugiado son rechazadas por las autoridades canadienses. El sistema canadiense para otorgar refugio es distinto del de Estados Unidos y otras naciones. En
En 2008, según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), Canadá recibió unas 36 mil 900 solicitudes de parte de personas que buscaban refugio. Estados Unidos, con una población casi diez veces superior a la canadiense recibió 49 mil solicitudes en el mismo año. Estas cifras revelan diferencias importantes en las legislaciones imperantes en materia de refugio y asilo en cada una de esas naciones y parecerían sugerir que es más factible obtener ese estatus en Canadá que en Estados Unidos, de otra manera no habría explicación de por qué hay tantas solicitudes que deben atender las autoridades canadienses.
En el sistema canadiense, los solicitantes de asilo reciben un apoyo gubernamental mientras se resuelve su caso –el tiempo de espera puede ser de hasta dos años–, además de que el interesado puede solicitar empleo en ese lapso. Esto, a todas luces, es atractivo para cualquier persona, porque además la decisión de las autoridades canadienses es lenta, y encima de todo existen evidencias de que aun cuando se resuelva negativamente un caso, hay numerosos canales para que el solicitante, al final, se quede en Canadá. Por lo tanto aquí hay un doble problema: el sistema canadiense es permisivo y tolerante, y por el otro lado hay personas que lejos de tener un justificante para solicitar asilo, se aprovechan de la situación. Pero no hay que olvidar que Canadá posee uno de los sistemas de asilo y refugio más importantes del mundo, y asumir que todos los que solicitan entrar a ese país, argumentando razones humanitarias o compasivas, mienten, es irreal. Por otra parte, si Canadá se toma tanto tiempo para tomar una decisión, es porque intenta que sea lo más justa posible. El problema es que el mundo ha cambiado mucho. En otras épocas, Canadá no era el primer puerto de entrada para los buscadores de asilo y refugio y existen numerosos estudios que documentan que, de hecho, Canadá era una “segunda opción” para aquellas personas que, habiendo intentado obtener ese estatus en Estados Unidos, no lo consiguieron. Hoy Canadá es primer puerto de entrada para nacionales de gran parte de los países del mundo, y ello lleva a que Citizenship and Immigration Canada, que es el ministerio responsable de las políticas migratorias, se vea desbordado por tantas solicitudes. Sin ir más lejos: cada día hay 15 vuelos directos entre la ciudad de México y diversas ciudades canadienses, lo cual es una buena noticia, dado que los contactos entre las dos naciones crecen con fines de negocios, turismo, educación, etcétera, pero ello también le facilita el arribo, como primer puerto de entrada, a quienes buscan refugio por razones lícitas e ilícitas en el país norteamericano.
En el caso de los mexicanos que solicitan su ingreso a Canadá como refugiados, las tendencias también han cambiado. En un estudio efectuado por Sebastián Escalante hace una década, se encontró que México ya era el principal solicitante de refugio en Canadá. Los principales argumentos de los mexicanos que buscaban ese estatus en el país norteamericano, eran principalmente la violencia doméstica y la discriminación por su orientación sexual. Muchas de esas solicitudes fueron aprobadas, y otras tantas no. Las razones esgrimidas por quienes en la actualidad buscan el ingreso como refugiados a Canadá han variado y entre otros, figuran la violencia imperante y la persecución de que son víctimas por parte de las autoridades mexicanas. La embajada de México en Canadá sostiene que menos del 11% de los mexicanos que solicitan refugio en el país de la hoja de maple, tienen éxito y pide a los posibles interesados considerar que aunque las autoridades canadienses brindan un apoyo económico mientras se procesan sus peticiones de asilo, el costo de vida en esa nación es alto, además de que la crisis económica y el no dominio de los idiomas inglés y/o francés constituyen obstáculos para acceder a un empleo. Ciertamente México podría ser más persuasivo (véase http://www.sre.gob.mx/canada/), dado que, considerando las cifras referidas, prácticamente se estaría hablando de que nueve de cada diez solicitudes de asilo presentadas por ciudadanos mexicanos son fraudulentas, con el consecuente costo que ello tiene para el erario público canadiense.
Antes de que el gobierno de Canadá tomara la decisión de imponer visas a todos los mexicanos que pretenden visitar ese país para fines de turismo, negocios y otros, se efectuaron consultas con las autoridades de México. El Ministro de Inmigración de Canadá, Jason Kenney, explica que cada vez que le planteaba el problema a las autoridades mexicanas y a las de
Cabe destacar que los nacionales de casi todo el mundo, con la excepción de Europa occidental, Australia, Nueva Zelanda, Estados Unidos y algunas islas del Caribe, requieren visa de visitantes para ingresar a Canadá, inclusive las personas procedentes de países con los que Ottawa mantiene tratados de libre comercio, como Chile (para consultar la lista completa de países a cuyos nacionales se les exige visa véase http://www.cic.gc.ca/english/visit/visas.asp). Dicho sea de paso, esta lista se parece mucho a la de los países cuyos nacionales requieren visa de visitante para ingresar a Estados Unidos (véase http://www.travel.state.gov/visa/temp/without/without_1990.html#countries
). En el caso de México, se le pide visa a nacionales de 134 países (véase http://www.inm.gob.mx/index.php?page/Paises_visa), incluidas naciones con las que el país mantiene tratados de libre comercio, como las centroamericanas, por razones obvias –el tráfico de personas y los migrantes que intentan ingresar a territorio mexicano, como destino final o en tránsito a EU. Los ciudadanos canadienses que desean visitar México en condición de turistas, no requieren visa (véase http://portal.sre.gob.mx/canada/popups/faqwindow.php?id=1&print=print ).
Consecuencias de la imposición de visas a ciudadanos mexicanos
Carlo Dade, director ejecutivo de
Pero hay otras consideraciones a ponderar. México es socio de Canadá en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). Ambos países han buscado un acercamiento en diversos ámbitos, porque ello conviene a sus intereses. Los dos tienen, en Estados Unidos, a su principal socio comercial, y son economías poco diversificadas. Pero además hay otra gama amplia de temas donde se requiere mayor interacción, como la seguridad regional, las políticas ambientales, la gobernabilidad global, la reforma de Naciones Unidas, el desarme, etcétera. México, además, es la principal puerta de entrada de Canadá a América Latina, y al instaurar el visado para todo aquel que desea visitar el país norteamericano, está imponiendo una barrera que contradice al espíritu mismo del TLCAN.
Ante esto es importante manejar la problemática con responsabilidad y en un diálogo constructivo con las autoridades canadienses. Es positivo, por ejemplo, que la administración de Felipe Calderón no impulse la migración, como sí fue el caso durante el gobierno de Vicente Fox. Pero ello no es suficiente. Adicionalmente, hay que erradicar las causas que propician la salida de miles de mexicanos del país, muchas de ellas vinculadas a la crítica situación económica, más la violencia e inseguridad imperantes. No hay soluciones fáciles para estos problemas, y en todo caso, tomarán tiempo antes de generar resultados.
Una tarea inmediata, por supuesto, es trabajar en el desmantelamiento de todas las redes de “intermediarios” y traficantes de personas que operan en México y Canadá, que se anuncian por todas partes, y que ofrecen a ciudadanos mexicanos la posibilidad de emigrar a territorio canadiense. Estas organizaciones conocen el sistema canadiense en materia de asilo y se aprovechan del mismo, obteniendo importantes beneficios económicos, privando, al mismo tiempo, a solicitantes legítimos, de la cabal atención a sus peticiones de asilo.
Es importante hacer notar que ni la población canadiense, ni organizaciones no gubernamentales, ni los organismos internacionales han presionado al gobierno canadiense para actuar como lo hizo. Carlo Dade considera que la decisión de Canadá de imponer visas a los mexicanos y los ciudadanos de
México está desarrollando esfuerzos para eliminar trámites engorrosos en materia de migración, reduciendo los tiempos para el otorgamiento de visas, facilitando a través de la tarjeta de negocios del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) el ingreso de nacionales de los países que lo integran –siendo Canadá uno de sus miembros-, y también realiza gestiones con Brasil, Rusia, India y
- María Cristina Rosas es profesora e investigadora en
http://www.etcetera.com.mx/articulo.php?articulo=734
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