Atentado a una emisora de ERBOL

18/07/2009
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  • Opinión
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El pasado 5 de julio, personas “no identificadas” robaron equipos de transmisión y recepción satelital que Radio Santa Cruz, tenía instalados en la población de Guarayos para retransmitir sus emisiones originadas en la capital del departamento.
 
La denuncia está en conocimiento de las autoridades y aunque las investigaciones tarden un poco, al fin se sabrá señalar a los autores de este atentado a la libertad de expresión, que sin embargo no mereció pronunciamiento alguno de esos grupos interesados que echan el grito al cielo cuando alguno de sus medios de comunicación es apenas tocado.
 
En esta ocasión, las empresariales Asociación Nacional de la Prensa (ANP) y Asociación Boliviana de Radiodifusión (ASBORA), se abstuvieron de pronunciarse. No les importó un atentado de semejante magnitud, contra la libre expresión y la democracia. No importó que una emisora sea acallada en esa región donde los terratenientes imponen su criterio y su propia ley.
 
El 10 de julio, ERBOL denunció públicamente que el hecho fue cometido por personas “no identificadas”, pero en un pueblo tan pequeño como Guarayos, ¿será eso posible? El robo fue antecedido por las amenazas de esos “no identificados”, quienes estuvieron acusando a Radio Santa Cruz de ser una “emisora de comunistas”.
 
La acusación es completamente falsa, ninguno de los trabajadores de la radio de los jesuitas es militante del Partido Comunista. En todo caso, si ese fuera el principio, ninguna emisora fascista, debería tampoco abrir emisiones. Ningún periódico de militantes de ultraderecha debería ser distribuido en las calles.
 
Pero las cosas no son así. En Bolivia, existe completa libertad de expresión. Casi, casi, la totalidad de medios están afiliados a ideologías denominadas de “derecha” y trabajan en completa libertad a veces con criterios tan aberrantes que en otras regiones del mundo, merecerían severas sanciones, pero no en Bolivia. Los delincuentes, que saquearon la emisora de ERBOL, tienen que ser capturados y sancionados.
 
Ocurre la casualidad que el actual alcalde de Guarayos, fue un prominente locutor y trabajador de la emisora saqueada. Él mismo posee una radio y un canal de televisión en el pueblo. ¿Cómo es que sus medios no son acusados de ser comunistas?,¿ o quizá se pasó al lado de los enemigos de Radio Santa Cruz?
 
Las emisiones amplificadas a la región de Guarayos, sin duda, provocaron los celos de otros medios regionales, y sobre todo, de los terratenientes locales, interesados en mantener en la incultura y la desinformación a vastas regiones cruceñas. Puede tardar el proceso de investigación, pero irremisiblemente, los delincuentes, serán identificados y entonces, las autoridades deben castigar a los enemigos de la libertad de expresión.
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