El Frente Amplio Patriótico de la resistencia nacional

04/10/2009
  • Español
  • English
  • Français
  • Deutsch
  • Português
  • Opinión
-A +A
En la red se discute ya la perspectiva de la formación de un Partido de Resistencia Nacional. Esta propuesta debería tener como sustento una valoración crítica de la idea y del proyecto.
 
La Resistencia como tal, en su contexto de lucha política contra el golpe de Estado, llegará a su fin, en un momento determinado de nuestra historia actual.
 
Quedará como experiencia, más tarde, todo el trabajo creativo de frente popular y amplio de diversas fuerzas políticas, sociales, gremiales, culturales, laborales, etc, de tipo coyuntural, las cuales en su momento se desactivarán para pasar nuevamente al centro de su origen como fuerzas organizadas con objetivos no necesariamente políticos como los que ha propuesto la Resistencia Nacional.
 
Se debe recordar que la Resistencia Nacional está configurada por diversas fuerzas cuyas ideologías no necesariamente representan por un lado la izquierda militante que se ha incorporado a esta lucha, si no de incluso, segmentos de partidos tradicionales como el Pinu y el Partido Liberal, y además la fuerza laboral de todas las centrales obreras y gremiales de maestros, fundamentalmente, así como pequeñas representaciones de otras organizaciones que han coincidido en luchar en contra del Golpe de Estado, por representar éste, en primera instancia, un atentado a la democracia hondureña, a los derechos humanos y hasta a la libertad de pequeños productores de la economía informal; en fin simpatizan con la Resistencia representaciones de empresarios que no avalan el Golpe.
 
 Como se puede observar, al finalizar el fenómeno del Golpe de Estado, en cualquier momento, muchas fuerzas volverán al momento anterior al 28 de junio, si manifestaran su deseo de recomponer sus filas o sus concepciones políticas ante el nuevo suceso político que emergiera al restituirse al presidente Zelaya en la silla presidencial.
 
Una posibilidad que enfrentaría la Resistencia, es que el fenómeno Golpe de Estado, estaría ya superado. Entonces la coalición de estas fuerzas tendrían que pasar a otra dimensión política más profunda, en cuanto a una lucha política contra la partidocracia nacional conservadora y fascista, en el marco de unas elecciones que han sido programadas contra viento y marea para el último domingo de noviembre, con todas las iniquidades posibles: la ilegalidad de ciertos magistrados del Tribunal Supremo Electoral, el proceso de preparación de las elecciones, la injusta distribución de las representación de los movimientos políticos no tradicionales en el seno del Tribunal aludido, la apoyatura de un ejército y policía represora y golpista, etc. Todo ello estructurado bajo la sombra y la ideología ultraderechista.
 
Por estas razones y otras más que se pueden ir redactando más adelante, es necesario tomar en cuenta la formación de un Frente Amplio Patriótico, como un brazo político de la Resistencia Nacional y como, a lo mejor, sustituto de este movimiento coyuntural, espontáneo de las masas populares hondureñas que habrían cumplido una etapa de la lucha por la conquista del poder de un movimiento que se ha convertido en una revolución ciudadana sin precedentes en la reciente historia política hondureña.
 
Los Frentes Amplios han nacido históricamente, en América Latina, como una respuesta general de los ciudadanos ante un enemigo común que se debe derrotar en las urnas electorales, como hecho político propio de la democracia occidental. Los más claros ejemplos están representados por Bolivia, Ecuador, Chile, Venezuela, El Salvador, Guatemala, etc.
 
 En estos Frentes Amplios participan los más diversos sujetos sociales, políticos, eclesiásticos, culturales, ambientalistas, etc. Y no se caracterizan por poseer una ideología común, vertebral, si no que participan de una política concreta referida a una agenda programática que está ligada a la vida social de los hombres y mujeres de una nación, cuyos objetivos representan lograr en la medida de lo posible la felicidad colectiva, democrática, justa y equitativa.
 
Temas necesarios en una agenda de este tipo son, por ejemplo, en primer lugar, la Asamblea Nacional Constituyente, y junto a ello, el sentido democrático de las elecciones generales, la soberanía popular como fuente del poder político, la democracia participativa de todos los sectores que forman parte de la vida política nacional, el castigo a los culpables del Golpe de Estado, la integración de un nuevo Congreso verdaderamente representativo de la masa popular, las derogación de leyes contra los intereses de la patria, una nueva legislación tendiente a la participación ciudadana, la nueva estructura y selección de una institucionalidad a favor del pueblo tal como la Corte Suprema de Justicia, la Fiscalía General, etc.
 
Entraríamos a una nueva historia de la lucha política en el país, a través de la sabiduría de la política de las alianzas, de las coaliciones, de los objetivos programáticos ciudadanos, en los cuales deberían desterrarse el sectarismo, el personalismo, el vanguardismo, y el oportunismo. También estaríamos ante la presencia de un nuevo liderazgo político ciudadano, no empresarial y no militar, ni enajenante del político tradicional.
 
 Un Frente Amplio Patriótico sería en términos generales el brazo político de una alianza de fuerzas sociales, de coaliciones en la coyuntura de las fuerzas, y sobre ello, debería ya trabajarse con la prontitud que el caso amerita.
 
 No se debe dejar por un lado, la organización de barrio, de calle, de casa, de colonia, de aldea, de caserío,  del Frente Amplio Patriótico, para que sus pies fueran los ojos y el arma de la lucha contra todo aquello que traicione al pueblo. En fin, hablamos de la refundación de Honduras, de la Patria de Francisco Morazán, José Trinidad Cabañas, José Cecilio del Valle, Dionisio de Herrera y demás héroes de una revolución inconclusa.
 
- Galel Cárdenas, Unión de Escritores y Artistas de Honduras
https://www.alainet.org/es/active/33454
Suscribirse a America Latina en Movimiento - RSS