Otro espejo

12/10/2009
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  • Opinión
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El Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), en su reciente Informe sobre el Desarrollo Humano, nos ha colocado otro espejo enfrente, donde nuestra imagen no es halagadora. En la lista de 182 países, Guatemala descendió cuatro puestos en el Índice de Desarrollo Humano, al ocupar el lugar 122, debajo de Belice, El Salvador y Honduras. En el informe anterior (2007-2008) aparecíamos en el puesto 118.

El tema central del Informe es la migración en el mundo, donde muchos de nuestros connacionales y sus familias son parte de la tragedia. Ya se ha dicho que cuando el hambre llega, el ser humano se va, y aquí sucede así.

En áreas estratégicas, que expresan indicadores fundamentales, se constató que la inversión en salud fue de 14.7% del gasto total presupuestario, mientras que El Salvador y Honduras erogaron 15%. La tasa de alfabetización en Guatemala llegó a 73.2%, mientras que Belice tiene 75%; El Salvador, el 82%; y Honduras, 83.6%.

El umbral de pobreza del país alcanzó el 56.2%; en El Salvador hay 37.2%, y en Honduras, 50.7%, y aunque esto, como argumentan analistas y funcionarios, no hay que verlo como un empeoramiento de nuestra situación, sino como una mejoría de los otros países, ninguna opinión o apreciación puede cambiar esos datos y, lo que es peor, las condiciones de todos los que están sumergidos en esos números.

Pero hay más, el país tiene una de las tasas más altas de mortalidad materna en Centroamérica: al menos 153 por cada cien mil nacidos vivos; el 77% de estas muertes ocurren en mujeres de 20 a 30 años, que viven en condiciones de pobreza y que en su mayoría son indígenas.

Nadine Gasman, representante del Fondo de Población de las Naciones Unidas , señala que estas cifras son alarmantes porque es un país de renta media, donde se espera que la mortalidad materna sea menor, situación que se da por diversas razones, entre otras, por la precariedad en que viven muchas mujeres, y la falta de carreteras y servicios de salud adecuados.

Y sigue la necia realidad reveladora. La mortalidad infantil, además de lo que hemos exhibido en el corredor seco, es muy alta; un informe de la Secretaría de Planificación y Programación de la Presidencia, sobre la Política de Desarrollo y Población, señala que alcanza 39 muertes por cada mil nacidos vivos, las que están relacionadas con causas vinculadas con la pobreza y la falta de escolaridad de sus madres. También se evidenció, como otra parte del diagnóstico del PNUD, las elevadas tasas de fecundidad, al menos cinco hijos por mujer.

Somos el tercer país centroamericano con mayor tasa de fecundidad, con 114 nacimientos por cada mil mujeres de 15 a 19 años, especialmente en el área rural. Esta situación debe ser transformada con urgencia; la desigualdad y la miseria son abominables y requieren de políticas y programas del tamaño de las necesidades de las mayorías. Los privilegiados tienen que aceptar las decisiones que deben ser tomadas para enfrentar estos problemas estructurales, especialmente en el campo fiscal.

Pero también ocupamos primeros lugares en cinismo, componendas y descaro, evidenciados por la Cicig que, basándose en pruebas, puso al descubierto a algunos miembros(as) de las comisiones de postulación, diputados y poderes oficiales y paralelos.

Tenemos que sacudirnos todas las lacras que nos tienen aplastados(as).



- Ileana Alamilla, periodista guatemalteca, es directora de la Agencia CERIGUA.

http://cerigua.info/portal/

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