A los ocho años de existencia del acuerdo sobre identidad y derechos de los Pueblos Indígenas
31/03/2003
- Opinión
Hace 8 años, el 31 de marzo de 1995, los actores armados en conflicto, la
Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca -URNG- y el gobierno del ex-
presidente Alvaro Arzú, firmaron el primer documento político oficial
denominado: "Acuerdo sobre Identidad y Derechos de los Pueblos Indígenas".
Este acontecimiento causó mucho impacto y grandes expectativas en Guatemala
y en el mundo entero tomando en consideración varios objetivos entre los
que se destacan: a) Continuar en el proceso Paz y finalización del
conflicto armado; b) reconocer que existen Pueblos Indígenas discriminados,
excluidos sistemáticamente del Estado y de la sociedad, además de existir
racismo arraigado contra los Pueblos Indígenas y, b) Poner en marcha
mecanismos políticos, jurídicos y constitucionales para erradicar el
racismo y la discriminación.
De 1995 para el año 2003 se puede hacer un balance mínimo del cumplimiento
de dicho Acuerdo, tomando como base los indicadores sociales, económicos,
políticos, jurídicos, educativos, participación real y efectiva de los
Pueblos Indígenas en las decisiones del Estado y en temáticas macros, como
punto de partida para valorar objetivamente lo que, el Estado y los
gobiernos, así como la sociedad civil y las organizaciones mayas e
indígenas hemos construido y logrado.
Entre algunos de los indicadores que reflejan la falta de cumplimiento e
implementación del AIDPI están:
a.. Los Pueblos Indígenas siguen relegados y marginados de las tomas de
decisiones políticas, económicas, jurídicas, sociales, educativas, y otros.
Esto sigue evidente de las políticas públicas del Estado y en las políticas
de todos los Partidos Políticos de la actualidad, quienes utilizan a los
indígenas en los trabajos operativos, tanto hombres como mujeres, pero
participan en las decisiones políticas macros de dichos partidos.
b.. El abuso de expropiación, usurpación y apropiación indebida y de
manipulación jurídica de las tierras, montañas, recursos naturales,
territorios de los Pueblos Indígenas siguen siendo actitud permanente de
empresarios, finqueros y de instituciones del Estado.
c.. Los gobiernos de turno aún no han implementado los mecanismos de
consulta obligatoria sobre asuntos legislativos, administrativos,
políticos, jurídicos que afectan la vida de los Pueblos Indígenas. Por
ejemplo, se avanza en el tratamiento del Tratado de Libre Comercio, Plan
Puebla Panamá y otros temas de gran importancia, pero las organizaciones y
los Pueblos Indígenas no son tomados en cuenta.
d.. No se reconoce aún la existencia jurídica, política y territorial del
Pueblo Maya y los Pueblos Indígenas. Las autoridades mayas y su estructura
se sigue debilitando mediante la imposición de esquemas organizativos
ajenos a los Pueblos Indígenas, y prevalece el pensamiento integracionista
y asimilacionista de los sectores de poder. Esto se refleja en el discurso
de los pre y candidatos de los partidos políticos. En su visión no existe
el tema de Pueblos Indígenas ni de racismo, mucho menos del AIDPI, porque
hasta el momento, nadie plantea la prioridad de impulsar acciones a favor
de dichos Pueblos.
e.. La mayoría de las instituciones públicas y privadas siguen en su
actitud de vedar el derecho a las mujeres y hombres indígenas de auto
identificarse y manifestarse con sus rasgos culturales, cosmovisión,
identidad, idioma, puesto que en muchas escuelas públicas y privadas no se
permite a las niñas y niños usar su traje; en el peor de los casos se les
ha vedado el derecho de ingreso a estos lugares, como lo ocurrido en
Quetzaltenango: caso del Señor Víctor Lem, el 6 de marzo ocurrido en el
lugar conocido "El Zaguán"; lo de Olimpia López en la Fratta hecho del 14
de diciembre del año 2002; Irma Alicia Velásquez Nimatuj en el Tarro Dorado
en junio del año pasado; miles de casos más que no se denuncian.
f.. La reforma jurídica y legislativa realizada por el Congreso para
tipificar la discriminación como delito sigue siendo un aspecto formal,
operativo, pero no sustantivo, puesto que su contenido no se apega a los
requerimientos de los Pueblos Indígenas en materia de racismo y
discriminación. Esto se puede comprobar mediante la falta de acción de las
autoridades del ministerio público y demás operadores de justicia para
agilizar las investigaciones y enjuiciar a las empresas privadas que han
sido denuncias de afectar la integridad y dignidad de mujeres y hombres
mayas, mediante la práctica del racismo.
g.. Todavía no se hace el esfuerzo de reconocer jurídica y
constitucionalmente el Derecho Maya e Indígena, para que los Pueblos
Indígenas tengan pleno acceso a sus sistemas jurídicos, de manera que
autoridades y sociedad indígena, sin temores y miedo pueda hacer uso de
dichos sistemas. Por otro lado, la mayoría de los casos en los tribunales
de justicia son llevados a cabo en el idioma extranjero de los Pueblos
Indígenas, lo que limita la posibilidad de realizar un juicio transparente
y sin abusos de ninguna parte.
h.. No se han decretado diferentes leyes como:
1.. Ley que tipifica el acoso sexual y demás abusos contra las mujeres y
contra la mujer indígena en especial.
2.. El reconocimiento de la jurisdicción del Comité Contra la
Discriminación Racial de Naciones Unidas, según el artículo 14 de la
Convención Internacional para la eliminación de todas las formas de
discriminación racial ratificado por Guatemala en 1983.
3.. La oficialización de los idiomas mayas que limita legalmente el uso y
práctica de dichos idiomas en los servicios públicos del Estado y en los
territorios indígenas.
4.. El reconocimiento a la Espiritualidad y manifestaciones cosmogónicas
del Pueblo Maya y Pueblos Indígenas, así como el manejo, uso y
administración de los lugares sagrados.
5.. Promover las reformas legales que garanticen la participación de los
Pueblos Indígenas a todos los niveles del Estado y la sociedad.
6.. Tomando en consideración que el Decreto 57-2002 no se adecua a los
intereses y necesidades de los Pueblos Indígenas para la tipificación de la
discriminación racial como delito, es necesario reformar dicho decreto para
que sirva realmente para la eliminación del racismo.
a.. Los diferentes Pueblos Indígenas siguen enfrentando la imposición
territorial y división política occidental, puesto que no se ha realiza aún
la regionalización con los criterios lingüísticos, culturales, identidad, y
territorialidad del Pueblo Maya y los Pueblos Indígenas. Esto es un grave
problema para la definición de políticas propias de los Pueblos Indígenas,
así como la limitación a la democratización del gasto público.
b.. Las necesidades urgentes y de sobrevivencia de los Pueblos Indígenas
en relación a la pobreza, miseria, desnutrición, hambruna, siguen sin
atenderse materialmente, dado a que en el Presupuesto General de la Nación
no se refleja un rubro para el desarrollo integral de los Pueblos
Indígenas.
c.. Los Pueblos Indígenas siguen limitados en cuanto a acceso a los medios
masivos de comunicación; no pueden transmitir su pensamiento y tampoco
puede cooperar con los programas de sensibilización para modificar la
visión racista de la mayoría de la sociedad.
Se destaca que se han hecho avances en algunos aspectos formales,
operativos, algunos políticos, pero lo más trascendental es la falta de
cumplimiento de los aspectos sustantivos, medulares para el desarrollo
integral de los Pueblos Indígenas. Se valora altamente la reforma al
código municipal, la emisión de la ley de Consejos de Desarrollo Urbano y
Rural, la ley de descentralización aunque presentan limitaciones constituye
ciertos avances; la introducción de la temática de pueblos indígenas en el
Ministerio de Trabajo, del Ministerio de Agricultura y Ganadería; del
Ministerio de Medio Ambiente; del trabajo que realiza el Ministerio de
Educación y el Ministerio de Cultura, que son medidas de largo plazo que
favorecerán a los Pueblos Indígenas; la existencia de la Defensoría de la
mujer indígena, así como la creación de la Comisión Presidencial contra el
Racismo y la Discriminación contra los Pueblos Indígenas constituye otro
paso trascendental, sólo si existe plena garantía de seguimiento de sus
políticas y de participación plena de los Pueblos Indígenas en estos
espacios.
Habiéndose listado los compromisos sustantivos que faltan por cumplirse en
el AIDPI, el gobierno, la sociedad civil, las organizaciones mayas e
indígenas, los partidos políticos y todos los que quieran gobernar del año
2004 al 2008 tienen ante así la agenda política, legislativa, jurídica y
económica de cara a los Pueblos Indígenas.
Aprovechamos para hacer una llamado al Gobierno de la República para que
antes de entregar el mandato constitucional del período 2000-2004 siga
impulsando medidas efectivas para el cumplimiento del Acuerdo en mención y
a favor de los Pueblos marginados y excluidos.
Hoy, por ser un día importante para los Pueblos Indígenas de Guatemala,
Defensoría Maya saluda a todos los actores que han puesto su esfuerzo,
acción, energía y contribución en el cumplimiento del Acuerdo sobre
Identidad y Derechos de los Pueblos Indígenas. A la vez les anima para que
sigamos en el esfuerzo de construir la Unidad en la diversidad, de seguir
en la creación del órgano institucionalizado del Pueblo Maya que sirva de
referencia al Estado, como lo constituye la propuesta de la Asamblea
Nacional de Representantes del Pueblo Maya en Guatemala.
Por último, Defensoría Maya reafirma su compromiso de seguir impulsando las
políticas públicas y sociales que conllevan la implementación,
fortalecimiento, reconocimiento y legalización del Derecho Maya, así como
el impulso del pluralismo jurídico y la participación efectiva y decisiva
del Pueblo Maya en todos los niveles.
Guatemala, 31 de marzo del año 2003.
* Defensoría Maya. Miembro del Consejo Internacional de Tratados Indios -
CITI-
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