Ojo de Águila: VOA, CIA, Clinton
21/12/2009
- Opinión
Allá por los años ’60, USAID distribuía a las emisoras de radio unos discos de tamaño extra con capítulos de una serie llamada “Ojo de Águila”. Se trataba de una especie de Superman en lucha permanente contra el comunismo, enemigo de la humanidad. Las aventuras del personaje eran tan cómicas, que USAID terminó retirando su mercancía de los puestos de distribución. Ahora, creen haber cambiado de estrategia, simplemente porque personas de carne y hueso, sin necesidad de disfrazarse, actúan como el mismo personaje. Cierto que, para no estar fuera de la realidad, mantienen la equidad de género.
La Voz de América (VOA, por su nombre en inglés) ha sido un instrumento útil para la política sucia de Washington, que planea y ejecuta la CIA. Esa entidad es la Agencia Central de Inteligencia norteamericana, una de las 40 organizaciones de espionaje y contraespionaje que tiene el gobierno de Estados Unidos. Excepto la Oficina Federal de Investigaciones (FBI, por su nombre en inglés) todas las otras desplazan a sus operadores por todo el mundo. Se comprenderá por qué hay tantos golpes de estado frustrados y exitosos en los casi 200 países del planeta, menos Estados Unidos de Norteamérica, por supuesto.
Como herramienta de esas operaciones, la VOA tiene un alcance que, saliendo de Washington, llega con su mensaje hasta cualquiera de los extremos de este continente y abarca, incluso otros continentes. Durante muchos años, se dedicó con gran perseverancia a proclamar el inminente derrocamiento del gobierno de Cuba. Aunque nunca tuvo ni aproximaciones a su intención, persistió sin dar muestras de cansancio. En realidad, no se veía que hubiese ese desgaste, pero estaba allí y, de una u otra forma, se escondía. Hasta que salió a luz, mediante el cambio de libreto: ahora que fracasó en la tarea que le asignó el Departamento de Estado hace ya medio siglo, deberá atacar otros frentes, para ver si por esos flancos llega a su meta central. Los flancos somos los países y sus gobiernos, que el Departamento de Estado (léase ahora Hillary Clinton), ha condenado con el nombre de terroristas peligrosos; se trata de Bolivia y Venezuela. Aunque aún no están inscritos, esa lista pronto se engrosará con otros países que ya están sintiendo los ataques que les destina la señora Clinton.
Porque no se crea que los hilos están sueltos. CIA, VOA, Departamento de Estado, no actúan separados. Es una red muy bien tejida que actúa en todo el mundo. Habría que recordar quién era embajador de Washington en Honduras, cuando se lanzó la guerra sucia contra la revolución sandinista en los años ’80 y qué función ocupa ahora. Bastaría tener presente a la diplomática que estaba en Caracas cuando ocurrió el golpe frustrado contra Hugo Chávez y cómo, esa misma diplomática, fue trasladada al Brasil para intentar influir en una elección. Es decir, no importa quién asume la presidencia en Estados Unidos, pues el mecanismo sigue funcionando con las mismas piezas.
Por eso, no debe extrañar que la señora Clinton, postulante a la presidencia en acérrima oposición a Barak Obama, sea ahora su más cercana colaboradora y actúe como si fuera funcionaria de la administración Bush. Igual operan ahora que entonces.
Pues bien, la señora Hillary Clinton, en el mismo tono que seguramente hubiese usado la señora Madeleine Albright, ha advertido: no se acerquen a Irán, porque las consecuencias serán terribles. ¿Quién tiene en la mano las consecuencias? Por supuesto, el Departamento de Estado, cuya jefa es la señora Clinton. Hagamos el ejercicio de suponer que nos escapamos de la escuela y la estricta regente Clinton, nos castiga. ¿Nos llevará a un rincón donde, con orejas de burro, estaremos dos horas soportando las burlas de nuestros compañeros?, no parece posible que sea tan tierna. ¿Utilizará la regla para darnos unos planazos fuertes en la palma de la mano?, las autoridades le han dicho que esos castigos están prohibidos, aunque todos sabemos que se practicaron y siguen practicándose en los institutos regentados por la señora. En fin, nada de lo que conocemos serviría. Los señores de la CIA, comandados por la señora Clinton, tienen preparados otros castigos terribles, como se anuncian: invasión desde las bases militares que ya operan en Colombia, apoyo de los grupos más retrógrados dentro del país y contribución de los gobiernos que, en la región, se muestran disciplinados para recibir premios de la señora regente y del director Obama.
Lo que la señora regente teme, porque lo sabe, es que apenas anuncie los castigos, todos los estudiantes del colegio se sublevarán y puede ocurrir que sea ella la que, por último, sufra los castigos que tan severamente anunció. Halloween pasó hace dos meses, señora Clinton. Aparte de soberbias, sus advertencias están fuera de tiempo y no tienen cabida en esta realidad. O ¿quiere deteriorar aún más las relaciones con Bolivia? Usted decide.
- Antonio Peredo Leigue es periodista, senador del Movimiento al Socialismo (MAS) de Bolivia.
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