Entre dos peronistas
27/04/2003
- Opinión
El 18 de mayo 25 millones de argentinos deberán votar entre dos candidatos del
mismo gobernante Partido Justicialista: Carlos Menem (ex presidente 1989-99) y
Néstor Kirchner (ex gobernador patagónico apoyado por el actual mandatario
Duhalde). En la primera vuelta del 27 de abril ninguno de los 18 aspirantes
llegó si quiera al cuarto de los sufragios.
Ésta ha sido la quinta elección presidencial en la Argentina desde que los
militares dejaron la Casa Rosada hace 2 décadas. Mas, estos comicios han sido
muy distintos a los anteriores. En las anteriores cuatro presidenciales el
electorado quedaba polarizado entre el Partido Justicialista y la Unión Cívica
Radical. Los radicales ganaron dos veces primero con Alfonsín (1983) y luego con
De La Rúa (1999) y los peronistas también dos eligiendo a Menem en 1989 y
reeligiéndolo en 1995. En todas esas oportunidades los ganadores se impusieron
con alrededor de la mitad de los votos.
En el 2003 la UCR ha quedado pulverizado y su candidato oficial, Moreau, no llegó
ni al 3%.
El peronismo, en cambio, se presentó con 3 candidatos (Menen, Kirchner, y Adolfo
Rodríguez Saá) quienes obtuvieron respectivamente alrededor del 24%, 22% y 14%,
sumando un 60%.
Menem, pese a jactarse de haber ganado la primera ronda, obtuvo un porcentaje
inferior a algunos candidatos que salieron segundos en anteriores ocasiones y la
diferencia con el quinto lugar es de apenas 10 puntos.
Por primera vez Argentina ha vivido una suerte de quíntuple empate, algo que
inauguró Bolivia dentro del cono sur. Además de los 3 candidatos justicialistas
otros dos disidentes de la Alianza Radical-Frepaso, que gobernó en 1999-2001
estuvieron en el quinteto final. El neo-liberal Ricardo López Murphy quedó
tercero con más del 17% y cuarto estuvo la centro-izquierdista católica Elisa
Carrió.
Argentina, que deriva su nombre de la plata (Argentum) que provenía de las minas
bolivianas, no sólo ha venido compartiendo tendencias con su vecino norteño (el
tradicional país sudamericano más convulsivo) hacia los múltiples empates en las
presidenciales sino también en su explosividad social.
El 19-20 de diciembre del 2001 Argentina fue sacudida por un levantamiento
popular que obligó a la renuncia del gobierno de De La Rúa y a que 5 presidentes
desfilaran en un lapso de medio mes. La descomunal crisis nacional ha generado
constantes levantamientos regionales, huelgas, ocupaciones de empresa y asambleas
populares. Los 'piqueteros' han pasado a ser una fuerza poderosa que
constantemente organizan marchas y bloqueos.
En las semanas previas al 27 de Abril se mostraba mucha indecisión y apatía en el
electorado. Ello albergaba la posibilidad que se repitiese el masivo voto
protesta de las legislativas del 2001, cuando el voto nulo/blanco (21%) fue el
gran ganador y crecieron fuerzas de izquierda revolucionaria. Sin embargo, a
última hora la gente salió a sufragar en parte movida por la necesidad de dar un
voto 'útil' o para vetar a algún indeseado aspirante. Menem y Kirchner, pese a
ser líderes del mismo partido, han de competir por la banda presidencial apelando
a distintas bases electorales y con distintos planteos. En política externa el
primero quisiera hacer con el mandatario colombiano Uribe un eje pro-
estadounidense en la región, pues volvió a apoyar apasionadamente el ataque
contra Irak, es muy anti-Castro y tendería a fortalecer al ALCA frente a quienes
quieren priorizar, como Lula, al Mercosur. Kirchner, en cambio, se ha
distanciado de Bush por su intervención unilateral y hostilidad contra Cuba.
En la cuestión interna Menem apunta a reflotar la economía impulsando a las
grandes inversiones, mientras que Kirchner sostiene tener mayor preocupación en
el sector social y productivo. Si gana el segundo es probable que el actual
ministro de hacienda, Roberto Lavagna, siga en su cargo con su política de querer
sustituir importaciones, aumentar exportaciones y mantener para ello un dólar
alto. Menem, en cambio quisiera impulsar el consumo bajando el impuesto a las
ventas y manteniendo un dólar libre.
Mientras Menem buscará los votos de los seguidores del monetarista López,
Kirchner tratará de captar los de la social-democratizante Carrió. Menem afirma
que su triunfo en la primera ronda precede el final que se daré en 3 semanas,
pero lo cierto es que se trata del candidato más resistido y el único contra el
cual la mayoría de los encuestados aduce que nunca votará.
Kirchner podría inspirarse en la estrategia de Jacques Chirac, quien ganó la
segunda vuelta francesa llamando al electorado para evitar a la extrema derecha.
Menem es el candidato de los mercados y de muchos de los sectores más
empobrecidos, pero produce resistencia en amplias capas que le acusan de haber
rematado la economía y por querer llegar a la presidencia para evitar ir a la
cárcel por corrupción. Los menemistas pueden acusar a Kirchner de también haber
privatizado pero no tener la suficiente consecuencia y experiencia para poder
implementar las políticas aperturistas que se requieren.
* Isaac Bigio. Analista Internacional.
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