La perspectiva electoral en Guatemala provoca incertidumbre, pero también mucho escepticismo, desconfianza y frustración, que, de seguir así, nos conducirá a unas elecciones, en donde la escogencia será sumamente difícil, si no se logra construir una alternativa por lo menos digna de considerarse. Aunque una gran mayoría de la población se siente defraudada ante las incumplidas promesas de campaña de un gobierno que se aprovechó de la buena fe y de la ingenuidad de muchos de sus electores, la opción de cambio que por el momento se presenta, no es la ideal ni por asomo. Un cambio del control del estado, actualmente en manos de las mafias, por un gobierno del capital tradicional, no motiva a los electores a acudir a las urnas, pues además de la brutal explotación que por años llevaron a cabo, gracias a sus errores y desaciertos, el Frente Republicano Guatemalteco (FRG) se encuentra ahora al mando. Construyendo escenarios podríamos pensar en una primera posibilidad sin recambio, si se diera el caso de que el gobierno de las mafias repita, podría significar que este país se convierta en un peligroso centro de preocupación para Estados Unidos, obsesionado en la lucha contra el terrorismo debido a su estrategia prioritaria de la política de seguridad nacional que define sus acciones. Pero además, sería el ajuste al revés que ya tuvimos cuando resultaron electos, pues significaría que la población insiste en escoger al populismo, la demagogia, el crimen organizado y el narcotráfico, como la opción preferencial para gobernarnos. Si por el contrario, resultara ganador Oscar Berger, con la gama de fuerzas políticas de centro y de derecha que son las que han mostrado interés en soportar su candidatura, nos remontaríamos a la época del control del gobierno por el sector económico, responsable en gran medida de la caótica situación en la que nos encontramos. Habría una diferencia y es que Berger no estuvo y aparentemente no estaría interesado en promover una agenda que incluya o recupere los compromisos asumidos en los acuerdos de paz, de manera prioritaria, ya que no se vinculó al proceso y su accionar político no lo muestra como una persona comprometida con en el mismo, sino mas bien como un fiel exponente de la burguesía y sus intereses. El proyecto del PAN, con Leonel López Rodas a la cabeza o quien el decida que lo sustituya, tampoco se ve como una perspectiva favorable para un proyecto de nación que rompa con estos años de desgobierno pues es conocida la trayectoria de ese político formado en la escuela del sector económico y posteriormente transformado a la luz de otros intereses. En relación con las otras opciones que se están definiendo, unas vinculadas a capital transnacional, unas mas en busca de puestos, prebendas, prerrogativas o privilegios, y alguna que podría ser significativa e importante por la representatiividad que tiene, como el caso del alcalde de Quezaltenango Rigoberto Quemé, pero que carece de la fortuna que se requiere para montar una campaña política en las condiciones que requiere este país. Aun cuando es muy incipiente y prematura, la campaña electoral ya inició, aun sin que se cumpla con el requisito legal indispensable para que arranque, el cual se presentará cuando el Tribunal Supremo Electoral convoque en mayo a elecciones generales a realizarse en noviembre. Desafortunadamente lo que vemos es una lucha desenfrenada por hacerse de la danza de millones que se requieren para ejecutar la campaña, en donde se venden marcas, candidaturas, municipalidades, canciones, propuestas indecorosas y hasta alianzas. Es tan tétrico el panorama que los ex patrulleros de autodefensa civil (PAC) se han dado el lujo de pasar examen a los probables candidatos para no se cuantos cargos, a fin de establecer si llenan los requisitos para ser dignos del voto de esas personas señaladas de violaciones a los derechos humanos por la Comisión del Esclarecimiento Histórico. Y así, entre riñas partidarias, disputas por los cargos, mafiosos, poderosos y algunos políticos que pierden hasta sus principios con tal de granjearse la confianza y el favor de los capitalistas, de los mafiosos o aunque sea de los victimarios del pueblo, veremos transcurrir una campaña electoral que no cumplirá con lo que el electorado espera. Ojalá nos equivoquemos y surja una alternativa que nos ofrezca una opción diferente por quien votar. * Ileana Alamilla. Cerigua/Guatemala