Redistribución del ingreso real

La Asignación Universal a la niñez ya da sus frutos

26/03/2010
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Es el plan más progresista y efectivo de la región, reduce la pobreza, la desigualdad y envía los chicos al colegio. El desafío es que alcance a más sectores desfavorecidos. Datos de una verdadera política de inclusíon social.
 
La Asignación Universal por Hijo (AUH) otorga 180 pesos por cada niño de familias desocupadas o que cobren menos del sueldo mínimo: ya alcanzó a unos 3 millones y medios de chicos pero aun no llega a la totalidad de personas con situación de pobreza. Debe hacerlo. Es la medida social más trascendente del gobierno de Cristina Fernández, y ya muestra resultados concretos: se ha incrementado en un 25 por ciento la matricula escolar y reduce lentamente la desigualdad entre rico y pobres.

El ochenta por ciento del monto (144 pesos) se cobra mensualmente mientras que el veinete por ciento (36) restante se acumula en una cuenta bancaria a nombre de cada persona que se puede retirar dos veces al año una vez que los beneficiarios presenten ante el Anses los certificados de vacunación, de los menores de cuatro años inclusive y los certificados de escolaridad de los niños de entre 5 y 18 años. 

Es una medida tan virtuosa y tan poco controvertida que a la oposición política, que sistemáticamente se opone a cualquier iniciativa gubernamental con claros intentos desestabilizadores, le cuesta encontrar motivos para tacarla, desde que la AUH entro en vigencia, en octubre del año pasado. Sólo algunos recalcitrantes sectores de derecha la acusan de “asistencialista” y otros lo tildan de insuficiente.

Lo cierto es que gran parte de los chicos que antes no iban al colegio ahora sí ocupan sus horas en un aula y no en la calle o en un trabajo casi siempre denigrante. Es un éxito para la educación, al que hay que reafirmar o con más horas de clases, salarios docentes acordes con la nueva realidad y con la infraestructura adecuada.

Además, constituye una inyección para la economía; el ingreso familiar se incrementa y buena parte del mismo se ha volcado al consumo; la mayor parte del dinero que los sectores de menos ingresos perciben lo usan para alimentos, ropa y calzados.

En el mismo sentido, para este año, desde el ministerio de Economía estiman que el efecto de esta medida sobre la actividad económica será en torno al 1% del PBI. Ahora está en poco menos de la mitad.

Sin embargo, es en términos sociales que la asignación tiene mayor incidencia y en las cuáles hay que hacer hincapié. Se esta produciendo una real distribución del ingreso, favoreciendo a los sectores más vulnerables. Un informe de los especialistas del CEIL-Piette del Conicet Demian Panigo, Emmanuel Agis y Carlos Cañete, y publicado por el diario Página 12 el pasado domingo, sostiene que hay una disminución del 69 por ciento en los índices de indigencia por ingreso y que ha caído un 32 por ciento la diferencia entre los estratos sociales mas ricos y los más pobres.

La caída es más fuerte en las provincias más pobres el Noroeste y Noreste argentino, donde la reducción de esa diferencia ronda el 40 por ciento. En la Patagonia, donde los ingresos son más elevados que la media, el impacto es el más bajo del país: 22 por ciento. 

En tanto para la provincia de Buenos Aires los datos de la consultora Equis proyectan que la pobreza bajará del 32 al 17 por ciento. 

Según datos obtenidos de la Encuesta permanente de Hogares que publica el matutino, desde noviembre hasta febrero inclusive la Anses “desembolsó 1629,9 millones de pesos entre los beneficiarios. En la actualidad son 3.384.546 chicos, que forman parte de 1.732.530 familias. En promedio, cada una de ellas recibió 284 pesos por mes, a razón de casi dos hijos por hogar. Esos ingresos son los que lograron una fuerte reducción de la pobreza y la indigencia entre los menores de 18 años”.

El plan está en la misma sintonía que otros similares en diferentes países de América Latina, con la diferencia de que el argentino las erogaciones constituyen hasta el momento el 0.58 del PBI, siendo el más alto de la región. El plan Bolsa Familia en Brasil significa el 0.39 por ciento, Programa Juntos de Perú representa el 0.20 por ciento, Chile Solidario el 0.10 por ciento, u Oportunidades de México, con el 0.31 por ciento del producto bruto interno.

El informe resalta que “la extensión del sistema de asignaciones familiares a los hijos de los trabajadores más precarios, los desocupados y las empleadas domésticas amplió la cobertura del sistema desde el 53 por ciento a casi el 90 por ciento de los menores de 18 años. Es precisamente sobre ese sector donde recaía principalmente la pobreza, inclusive luego de seis años de una fuerte reducción”. 

Una de las discusiones en torno a la AUH es la universalidad. Es que hay familias con ocupación que no escapan a la línea de pobreza y no están alcanzados por el beneficio. Los números varían según los intereses de los críticos. Para Víctor de Gennaro, de la Confederación de Trabajadores Argentinos (CTA) son unos cinco millones "si se tienen en cuenta los hijos de los cuentapropistas, los de trabajadores que están por encima del salario básico, pero que siguen siendo pobres, los hijos de los autónomos, los de padres de más de 65 años que están por fuera del sistema previsional y los niños de padres que cobran planes sociales” según consigno al diario La Nación.

Por su parte la Anses proyecta que el alcance de los beneficiarios llegará hasta los 3,9 millones de niños. Por estos días se discute ampliarlo a unos 150 mil monotributistas y mas tarde sumar a 400 mil niños cuyos padres se encuentran percibiendo planes sociales de los ministerios de Trabajo o de Desarrollo Social que son incompatibles con la AUH. 
 
- Germán Gonaldi | Desde la Redacción de APM
APM | Agencia Periodística del Mercosur | http://www.prensamercosur.com.ar
Facultad de Periodismo y Comunicación Social. Universidad Nacional de La Plata.
 
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