La vanguardia ética
01/04/2010
- Opinión
Pasaron 34 años de la negra fecha en que comenzó la era del horror. Décadas de miedo y silencio sostenidas con la actitud, la acción y la palabra de mujeres que no pudieron tramitar el duelo porque sus hijos y nietos continúan desaparecidos.
La desaparición tiene el efecto psicológico devastador de suspender o congelar el dolor, puesto que sin la evidencia de la muerte, el sobreviviente no puede resolver la pérdida y seguir adelante con su vida.
Por eso las Madres y Abuelas tomaron las energías de sus hijos, fueron paridas por ellos, enarbolando sus ideales de un mundo mejor; sin olvido, sin rencor, pero sedientas de justicia para que el 'Nunca Mas' sea efectivo.
En 1977, doce mujeres cuyos hijos y nietos habían desaparecido comenzaron las manifestaciones. Tratando de no ser ubicadas, se reunían en diferentes puntos para confluir en la Plaza de Mayo.
Sufrieron maltrato, insultos y persecuciones de militares, de la policía y tuvieron que recurrir a todos los medios de trabajo secreto para protegerse.
Pero los cuervos a veces volaban más alto y 'el ángel', Astiz, (actualmente juzgado, junto a otros represores, sin el mínimo atisbo de arrepentimiento, más aún, reivindicando sus atrocidades) entre otros, lograron infiltrarse en los grupos y Madres como Azucena Villaflor, corrieron el mismo destino de los hijos que buscaban.
Las Abuelas, en sus esfuerzos por recuperar a sus nietos tienen buenas razones para sostener que en la mayoría de los casos los niños nacidos en cautiverio y los niños secuestrados fueron entregados como botín de guerra a los torturadores y asesinos de sus padres.
Su trabajo se orienta a una concepción del parentesco basada en una construcción social que para los intereses del niño –ahora adulto- sólo puede producirse si la verdad y la justicia son parte del proceso.
La misión de las Madres y las Abuelas trascendió a niveles internacionales y por ellas el mundo entero tuvo conocimiento del genocidio que dejó una secuela de 30.000 desaparecidos. Sin duda lo mejor de una generación.
Este 24 de marzo pudimos celebrar con estas valiosas mujeres que los nietos recuperados superaron el centenar, cerca de 70 genocidas fueron condenados tras la anulación de las leyes de impunidad y mas de 40 afrontan juicios en la actualidad. Se siguen recuperando centros clandestinos como espacios de memoria.
Este año también en la ESMA se entregó el 'Premio Azucena Villaflor' a cuatro padres que acompañaron la lucha de sus mujeres, Julio Morresi, Bruno Palermo, Marcos Weinstein y a la memoria de Emilio Mignone. Al agradecer la distinción Weinstein dijo 'somos la retaguardia asociada a la vanguardia ética que significaron las Madres de Plaza de Mayo.'
Me reconforta pensar que seguimos activos como sociedad, movilizados, atentos a que la justicia haga su trabajo. Ni olvido ni perdón. El sistema represor creyó y cree que asesinando personas asesina el pensamiento.
Ahora que algún desmemoriado dirigente pide reconciliación con los genocidas, hay que recordar que 'somos muchos y muchas los que al buscar la memoria estamos buscando partes de nuestro rostro. Quien nos pide que olvidemos, nos pide que sigamos incompletos, usando las prótesis que el Poder oferta' ( Comandante Marcos).
Mi admiración y homenaje a las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, que fueron y son el pilar inclaudicable de una lucha que no cesará hasta que el último genocida esté en la cárcel y aparezcan todos los nietos apropiados.
https://www.alainet.org/es/active/37181
Del mismo autor
- Que se reconozca este amor 29/04/2010
- La vanguardia ética 01/04/2010
