El mensaje de “Arcángel Gabriel”:

La fiscalización de la revolución ciudadana en “el limbo”

24/04/2010
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El Arcángel Gabriel está descrito en las religiones cristiana, judía e islámica, como un mensajero divino que lleva misiones importantes. El Islam por ejemplo le atribuye la revelación del Corán a Mahoma. Otros lo describen como el guardián del Edén.
 
El conciudadano ecuatoriano de nombre Arcángel Gabriel Salvador quiere ser también guardián, pero de causas más terrenales. Respondiendo tal vez a eso de que “en el nombre se lleva la penitencia”, equipado tan solo con un sugerente cartel que decía: “Fuera Fiscal Corrupto”, se plantó frente a la Fiscalía General de la Nación para expresar su indignación ante la ambivalente respuesta de la Asamblea Nacional en el juicio político al Fiscal de la Nación. Este atrevimiento le ha costado una detención temporal y un repudiable juicio penal.
 
Arcángel Gabriel salió a protestar absolutamente solo, sin que lo ampare ningún tipo de inmunidad, aunque cobijado eso sí con el derecho a la protesta que nuestra constitución nos garantiza a todos y todas. A pesar de que en su protesta nunca obstruyó la vía pública, por el hecho de haberse resistido a replegar su cartel y por supuestamente haber “ofendido” a la autoridad policial, los subalternos del aludido Fiscal, tan diligentes a la hora de defender a su jefe y en medio de muy singulares dubitaciones jurídicas, le han abierto a este ciudadano de 62 años un juicio penal, bajo la enigmática figura de “rebelión sin armas contra la autoridad”.
 
El rebelde Arcángel asegura tener certeza sobre la supuesta falta de ética del Fiscal. No basa sus acusaciones en lo que publica la prensa, ni en lo que le cuentan por ahí, sino en sus propias investigaciones dentro de su voluntario ejercicio de veedor ciudadano. En este sonado caso, él y el propio Fiscal ya habrían tenido una extensa reunión, cara a cara, en la cual, según Gabriel, sus acusaciones no pudieron ser desvirtuadas. Con indignación me escribió días antes de su protesta: “Sé positivamente de los actos de corrupción del Fiscal General y porque tengo toda la documentación probatoria lo denuncié” En efecto, Gabriel Salvador es uno de los tantos testigos cuyo testimonio sustancia el pedido de juicio político contra el Fiscal en la Asamblea Nacional.
 
Gabriel Salvador decidió dedicarse a la veeduría ciudadana a partir de su activa participación en lo que fuera la rebelión de los “forajidos”. Él fue de hecho el primer detenido sobre el cual las organizaciones de derechos humanos alertamos en ese entonces. Lo habían apresado cuando madrugó a manifestarse en las calles de la parroquia rural en la que vive, acusado en esa ocasión de intentar bloquear el tráfico con su vehiculo, no precisamente un “Porche Cayenne” ni nada que se parezca, sino una vetusta y destartalada camioneta de los años setentas, apodada por sus amigos cercanos como “carreta de arriero”, la que, tal cual su dueño, se resiste tercamente a dejar cualquier pelea.
 
Arcángel Gabriel estuvo en primera fila del desenlace callejero de aquella rebelión hace 5 años exactos, cuando frente al Ministerio de Bienestar Social de ese entonces tuvimos que enfrentar a los pistoleros traídos por Gutiérrez. Unos meses más tarde, él fue otra vez el primero en salir a expresarse públicamente, esta vez para protestar por la salida del cargo del joven Ministro de Economía que había saltado a la palestra política con el discurso anti -neoliberal que el Ecuador estaba esperando. Con “correa” en mano (que es como en Ecuador se conoce al cinturón que sujeta los pantalones), para simbolizar las anisas ciudadanas de ajustar cuentas con el pasado, frente al Ministerio de Finanzas, Gabriel le expresaba su apoyo a aquel Ministro que más tarde se transformaría en el Presidente de mayor apoyo popular de nuestra historia reciente. El mismo Presidente que hoy sigue mostrándose incrédulo sobre las acusaciones vertidas en contra del Fiscal de la Nación, a pesar de que estas las sustentan varios de los mejores cuadros de su movimiento político.
 
Probablemente Arcángel Gabriel Salvador se haya equivocado alguna vez dentro de ese voluntario servicio como veedor ciudadano, que le ha ganado tanto respeto como enemigos, en las diferentes entidades públicas donde ha investigado. Es más, probablemente en este mismísimo caso no tenga toda la verdad. Sin embargo, dado que en múltiples ocasiones en el pasado sus denuncias sí pudieron ser comprobadas, lográndose evitar ilícitos o sancionar a infractores, y dada la relevancia del funcionario acusado en esta ocasión, la indignación de Gabriel por la falta de respuesta de la Asamblea es justificada, así como es legítimo su derecho a expresarla públicamente. Lo importante aquí es que con su accionar Arcángel Gabriel nos está entregando varios mensajes relevantes:
 
Si aquellos quienes nos representan en la labor fiscalizadora de los funcionarios públicos no son capaces de hacerlo, como en efecto está sucediendo ahora mismo con la Asamblea Nacional, entonces somos los ciudadanos quienes debemos asumir esa tarea. La constitución, nuestra constitución, nos ampara para el efecto, como premisa de la democracia participativa que pretendemos construir.
 
La repudiable detención a Arcángel Gabriel y la inverosímil acusación que ahora pesa sobre él, solo abonan más argumentos a favor de quienes justifican el juicio político al Fiscal General, como máximo responsable de la Fiscalía. El caso devela a los “pájaros disparando contra las escopetas”… con el atenuante que aquí se trata de pájaros de “alto vuelo”, que tienen el poder de poner a las “escopetas” tras las rejas, como en efecto lo quieren hacer con Gabriel Salvador.
 
Dar paso al juicio político al Fiscal General no significa condenarlo ni declararlo culpable de antemano, y solo aportará a fortalecer el proceso político y la credibilidad ciudadana en el mismo. Negar esa posibilidad, como se pretende hacer desde la Asamblea, trae en cambio un muy alto costo a la imagen del régimen. Más allá de si el interpelado llegase a ser condenado o absuelto, el juicio político demostraría que absolutamente ningún funcionario está exento de ser fiscalizado y de rendir cuentas a los ciudadanos. Políticamente ese mensaje siempre será positivo.
 
 Las circunstancias y los forcejeos políticos que han invadido el caso del Fiscal General están dejando un sabor amargo. Es cierto que este proceso político va mucho más allá de las discrepancias sobre la conducta de un funcionario público y que sería muy grave que por este caso en particular se vea resquebrajada la unidad al interior del movimiento político liderado por el Presidente. Esta es sin embargo la prueba más tenaz que les haya tocado afrontar al interior de dicho movimiento, lo cual pone también a prueba la solidez de principios que exige una designación popular en el caso de las y los asambleístas.
 
Arcángel Gabriel no pertenece a ningún movimiento político ni ha sido electo nunca para alguna dignidad o espacio de poder. Al no quedarse callado y combatir lo que él considera impune, Gabriel le hace mucho más favor a esta revolución que aquellos que a la hora de la verdad no han tenido la entereza de sostener una postura propia y que, a cuenta de una cuestionable disciplina “partidaria”, dejaron a sus propios compañeros de sueños peleando desguarnecidos. Bien cabe reflexionar sobre ¿quién es más consecuente con este proyecto político? ¿Aquellos que quieren indagar hasta el fondo, para descartar cualquier indicio de corrupción, o quienes prefieren no escarbar más, aún a sabiendas de que en efecto habría muy buenas razones para hacerlo?
 
La lucha contra la corrupción es sin duda el reto más difícil de afrontar para cualquier proceso de transformación en el Ecuador y es un reto que debe ser asumido por todas y todos sin contemplaciones. El mensaje que con su terco ejemplo nos quiere entregar el amigo Arcángel Gabriel Salvador es digno de admiración y respeto. Ojala que esta vez su mensaje nos ayude a salir del “limbo”. Para él mi homenaje a la distancia.
 
Cambridge, 23 de Abril de 2010
 
- Fidel Narváez es Miembro de la Asamblea Permanente de Derechos Humanos, APDH del Ecuador y del Movimiento Ecuador en el Reino Unido, MERU.
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