La anulación de la deuda de Haití:

No hay razón para más retrasos

20/01/2009
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Es evidente que la anulación inmediata de la deuda externa de Haití, de US$ 1,7 mil millones, liberaría los recursos que el pueblo de ese país necesita desesperadamente.  Haití es el país más pobre del hemisferio occidental, con 76 por ciento de su población por debajo de la línea de pobreza y una esperanza de vida de 58,1 años; sin embargo, en 1996 quedó inicialmente excluido de la Iniciativa a Favor de los Países Pobres Altamente Endeudados (PPAE) del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco Mundial (BM), debido a un tecnicismo en relación a su servicio de la deuda.  Por ello, mientras que las deudas de los otros PPAE en el Hemisferio Occidental (Bolivia, Guyana, Honduras y Nicaragua) ya fueron anuladas bajo la PPAE y la Iniciativapara elAlivio de la Deuda Multilateral (IADM), Haití todavía tiene que alcanzar el "punto de realización" en el marco de la iniciativa para poder acceder a la anulación de su deuda, que solo se espera a partir de mediados de 2009.
 
El hecho de que se trataba de un error fue reconocido implícitamente con la incorporación de Haití a la Iniciativa para los PPAE en 2006.  Organismos ciudadanos argumentan que no es justo que Haití deba esperar y cumplir con otras condiciones, mientras que los demás PPAE de América Latina ya han visto anulada su deuda con prestamistas multilaterales.  Debido a este retraso Haití está luchando actualmente para cumplir con los requisitos para la anulación de la mayor parte de su deuda pública externa.
 
Según los datos más recientes del Ministerio de Economía y Finanzas de Haití, para mayo de 2008, el total de la deuda pública externa del país alcanzó los US$ 1.7 mil millones (1).  La mayor parte de esta deuda es con el Banco Mundial (más concretamente, con la Asociación Internacional de Fomento, AIF) y el BID (Banco Interamericano de Desarrollo).  Estas deudas juntas representan actualmente alrededor del 18 por ciento del PIB de Haití y constituyen un 76,3 por ciento del total de su deuda pública externa.
 
Dado que el punto de realización no se alcanzó para septiembre de 2008, ahora Haití tiene que desembolsar $ 44.5 millones adicionales para el servicio de la deuda a las instituciones multilaterales (principalmente el BM y el BID).  Este monto es equivalente a aproximadamente el 26 por ciento de su gasto en salud pública, área donde hay muchas necesidades vitales insatisfechas.  Es más, este total no incluye el servicio de la deuda bilateral de US$ 11,4 millones, cuya anulación parcial también se podría esperar.
 
Una vez que Haití cumpla con los requisitos, accederá, en un cierto plazo, a la anulación de US $ 212,9 millones de su deuda con los acreedores multilaterales ($ 110,9 millones) y bilaterales ($ 102,0 millones), en virtud de la Iniciativa para los PPAE.  Además, este cumplimiento también permitirá que se aplique la IADM, que significará una mayor reducción de su deuda.  El BM, por su parte, podría anular $ 464,4 millones de la deuda haitiana.  Adicionalmente, si bien el BID no participó en la IADM, ha dispuesto el pleno alivio de la deuda de aproximadamente $ 525 millones, en pagos futuros, del capital principal e intereses.  Así pues, hay en total un poco más de US $ 1,2 mil millones en anulación de la deuda, que depende de que Haití alcance el punto de realización.
 
Hay pocos motivos como para creer que las condiciones fijadas por el FMI y el BM para proseguir con la anulación de la deuda puedan redundar en beneficio de Haití.  Si bien la experiencia de anulación de la deuda a los PPAE ha sido buena con respecto a la utilización de los fondos liberados para gastos de reducción de la pobreza, las condiciones asociadas a esta anulación de la deuda no tienen un historial positivo.  Por ejemplo, en abril de 2007, la Oficina de Evaluación Independiente del FMI publicó un análisis de la experiencia de 29 países del África subsahariana que se sometieron a programas PRGF (Facilidad para la Reducción de la Pobreza y el Crecimiento, sigla en inglés) y, por lo tanto eran sujetos a las condiciones del FMI, entre 1999 y 2005.  El análisis fue muy crítico del papel del FMI y, entre otras conclusiones, señaló que casi las tres cuartas partes de los fondos de ayuda que llegaron a estos países no se gastaron.  Por el contrario, a instancias del FMI, este dinero se utilizó para pagar deudas y para aumentar las reservas. (2)
 
Otra razón por la que los acreedores de Haití -el BID y el BM en particular- deberían conceder de inmediato la anulación de la deuda es que han causado un enorme perjuicio económico a ese país al suspender todos los desembolsos de 2001 a 2004.  Existen evidencias sustanciales de que este recorte de la ayuda era parte de un esfuerzo deliberado del gobierno de Estados Unidos para desestabilizar y, en última instancia, derrocar al gobierno elegido de Haití.  Como señaló el economista Jeffrey Sachs, ex asesor del FMI y del BM, "los funcionarios estadounidenses sabían seguramente que el embargo de la ayuda significaría una crisis de balanza de pagos, un aumento de la inflación y una caída de los niveles de vida, todo lo cual alimenta la rebelión [contra el Presidente Aristide]."(3)
 
Para un país tan pobre como Haití, el embargo de la ayuda fue enormemente destructivo para la economía, y la violencia durante y después del golpe causó aún más daños y costó miles de vidas.  Debido a su participación en este esfuerzo, las instituciones multilaterales deberían, como mínimo, anular la deuda de Haití con la mayor rapidez posible.
 
Estabilidad macroeconómica
 
En noviembre de 2006, Haití firmó un acuerdo con el FMI, por un período de tres años, de reducción de la pobreza y crecimiento (bajo el programa PRGF), cuyo principal objetivo era lograr un crecimiento económico sostenido para reducir la pobreza y mejorar las condiciones de vida. Se fijó una tasa de crecimiento anual del PIB real del 4 por ciento. Otra meta era lograr un mayor crecimiento económico, pero bajo un entorno macroeconómico estable, que se centró en reducir la inflación y en aumentar el nivel de las reservas internacionales.
 
En el primer año del programa, la inflación se redujo sustancialmente del 12.4 por ciento en septiembre de 2006 al 7,9 por ciento en septiembre de 2007, por debajo de la meta del 9 por ciento para finales del año fiscal 2007. Esto parece haber sido el resultado de una política fiscal y monetaria demasiado rígida. De hecho, en la segunda revisión de los indicadores de resultados del programa, para septiembre 2007, el FMI recomendó al gobierno haitiano que aumente la inversión pública y afloje la política monetaria.
 
También aumentaron las reservas internacionales más allá de la meta en el primer año del programa, desde alrededor de US$ 125,5 millones en septiembre de 2006 a US$ 259 millones en septiembre de 2007, $ 30 millones por encima del objetivo. Sin embargo, es probable que el gobierno haitiano haya mejorado la estabilidad macroeconómica a costa del crecimiento. Las cifras oficiales ubican la tasa anual de crecimiento del PIB real para 2007 en el 3,2 por ciento, inferior al objetivo del 4 por ciento.
 
El crecimiento y el empleo son las variables macroeconómicas que más contribuyen a la reducción de la pobreza, y un énfasis excesivo en reducir la inflación y limitar el gasto público, sin tener en cuenta el crecimiento económico, podría reducir el crecimiento y el empleo por debajo de su potencial.
 
Desde agosto de 2007, la inflación comenzó a revertir su tendencia a la baja, impulsada por el aumento en los precios de los alimentos, que representan el 50 por ciento del índice de la canasta de precios al consumidor. Estos fuertes aumentos en los precios de los alimentos y de la energía han generado una grave crisis humanitaria en Haití, provocando el hambre masiva entre los sectores más pobres, que incluso obligó a algunos haitianos a comer tortillas de barro para poder sobrevivir.
 
También se anticipa un grave impacto negativo en Haití debido al reciente declive de la economía de EEUU. Sus exportaciones a ese país equivalen al 8,6 por ciento de su PIB en 2007. Haití depende también en gran medida de las remesas desde el extranjero, especialmente de EEUU; algunas estimaciones las ubican hasta en el 28 por ciento del PIB (4). Estas remesas disminuirán, con un significativo impacto negativo. A la luz de estos acontecimientos, la estabilidad macroeconómica prevista en el programa PRGF podría no ser alcanzada, si es que el gobierno haitiano prioriza tener suficiente margen político y recursos para responder a la crisis y mitigar sus efectos.
 
Enfrentar los desastres naturales
 
Los fondos que se liberen a través de la anulación de la deuda también darían a Haití la oportunidad de enfrentar las necesidades humanitarias urgentes a raíz de los recientes desastres naturales.  En el verano de 2008, Haití fue sacudido por sucesivos huracanes, con consecuencias desastrosas, que dejaron un saldo estimado de 800 muertes, según la ONU, y a más de un millón -o una novena parte de la población del país-, sin hogar, según la Primera Ministra Michèle Pierre-Louis.
 
El Secretario General Adjunto para Asuntos Humanitarios de la ONU, John Holmes, declaró que las tormentas eran "el peor desastre en los últimos 100 años" en Haití, y que hasta el 27 de octubre, sólo se había comprometido el 40 por ciento de los US $ 107 millones que se necesitaban para el socorro de emergencia.(5)  El Presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick, reconociendo la magnitud de la destrucción a raíz de las tormentas, cuando viajó a Haití en octubre, estimó los daños en cerca de US$ 1 mil millones, lo cual "es mucho para un país de 8 millones de personas y hay una terrible pérdida de vidas". Sin embargo, en respuesta a las preguntas de los periodistas, Zoellick dijo que el BM no aceleraría la anulación de la deuda de Haití mediante el PPAE.
 
- Mark Weisbrot es co-Director del Center for Economic and Policy Research en Washington, DC. Tiene un doctorado en economía y ha escrito numerosos artículos de investigación sobre política económica. Luis Sandoval es asistente de investigación en el Center for Economic and Policy Research.  Es licenciado en economía y ciencias políticas.
 
Este texto es un resumen de: Update - Debt Cancellation for Haiti: No Reason For Further Delays. Center for Economic and Policy Research: diciembre 2008   Texto original (y notas completas): http://www.cepr.net/index.php/publications/reports/update-debt-cancellat...(Traducción ALAI).
 
Notas_
 
1          Ministère de l’Economie et des Finances de la Republique d’Haïti (MEF), “Dette externe du secteur public (Mai 08)”: http://www.mefhaiti.gouv.ht/download.php?dwn=Dettemai%2008.xls
 
2          Independent Evaluation Office of the IMF (2007), “The IMF and Aid to Sub-Saharan Africa.” http://www.imf.org/External/NP/ieo/2007/ssa/eng/pdf/report.pdf.
 
3          Jeffrey Sachs, “From His First Day in Office, Bush Was Ousting Aristide,” Los Angeles Times, March 4, 2004
 
4          The Multilateral Investment Fund (2007). “Remittances to Latin America and the Caribbean 2007 (US$ millions)”. http://www.iadb.org/mif/remesas_map.cfm?language=English&parid=5&item1d=2
 

5          UN News Center, “Appeal for hurricane relief in Haiti badly under-funded, UN aid chief says.” October 27, 2008.  

https://www.alainet.org/es/active/37863
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