Cumbre del G8 en Evian: A espaldas de la gente
- Análisis
Cuando falta pocos días para que se inicie este primero de junio la Cumbre del G8 (los 7 países más ricos, más Rusia) en Evian, Francia, se ha puesto en marcha un operativo excepcional de seguridad, mientras tanto una primera movilización de protesta se llevó a cabo en Lausana, Suiza.
Para este encuentro del G8 se ha militarizado Evian, ciudad de aguas termales situada a orillas del Lago Leman, en donde se alojarán los jefes de Estado y de gobierno del G8 y se llevará a cabo la cumbre misma.
Pero el dispositivo de seguridad abarca también las ciudades suizas de Ginebra, Lausana y la francesa Annemase, en donde se desarrollan las acciones de protesta.
Un primer contingente de un total de 1000 policías alemanes provisto de carros antidisturbios llegó ayer a Ginebra y su misión es vigilar el aeropuerto para permitir la llegada de los jefes de Estado del G8 y su desplazamiento en helicóptero a Evian.
La presencia de militares y policías y los sobrevuelos constantes de helicópteros vuelven tenso el ambiente. Los controles en las fronteras se han intensificado, los policías aduaneros piden papeles y revisan el equipaje de las personas que vienen del resto de Europa a Annemase o a Ginebra.
En el túnel del Monte Blanco, en la frontera entre Italia y Francia, cuatro comunicadores italianos que pertenecen a la red satelital Global TV, fueron impedidos de entrar a Francia. Según la policía ellos "representan un peligro para las manifestaciones". La coordinación europea contra el G8 y el Foro Social Lemanique indicaron que esta prohibición contradice los compromisos contraídos por el ministro del Interior francés, Nicolás Sarkozy, con la coordinación anti-G8, de que solo los que posean armas serán rechazados del territorio francés.
"Los periodistas de Global TV no llevaban más que cámaras, micrófonos y aparatos audiovisuales necesarios para su trabajo (...) denunciamos la utilización cada vez más frecuente de ficheros por las policías europeas. Este episodio constituye un atentado a la libertad de prensa y aporta una primera prueba de la existencia de listas negras elaboradas e intercambiadas por las policías europeas", señalaron los altermundialistas en un comunicado.
La agenda del G8 El G8, fundado en 1975 por el ex—presidente francés Valery Giscard, agrupa a los países más industrializados del mundo: Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón, Reino Unido y Rusia, que será miembro pleno en el 2006. Su objetivo inicial era discutir de "manera informal" las cuestiones internacionales relacionadas con el petróleo, la macroeconomía y la inflación. Ahora, según diversos analistas, se ha transformado en un "directorio" que ejerce, sin que nadie lo haya nominado, las funciones de un gobierno mundial que adopta decisiones que afectan la vida de millones de personas. Su agenda de discusión comprende un amplio abanico de cuestiones económicas, políticas y militares relacionados con la mundialización, pugnando en todo momento por la conquista de nuevos mercados, la liberalización del comercio para beneficio de sus transnacionales, seguridad para sus inversiones y la obtención de las más altas tasas de ganancia.
Para esta cumbre de Evian, Francia, como país anfitrión, ha propuesto una agenda general que contempla la discusión del desarrollo de África, el acceso al agua, la lucha contra el terrorismo y la proliferación de armas de destrucción masiva, los problemas de la democracia y la responsabilidad de los Estados y las empresas.
Las promesas del G8 provocan cada vez más escepticismo entre las organizaciones y movimientos sociales que ven en ellas golpes mediáticos tendientes a ganarse a la opinión pública mundial.
"El G8 intenta resolver los problemas del Sur que el mismo ha causado con sus políticas neoliberales tomadas desde su fundación hace 28 años. El pirómano hace de bombero. Las proposiciones hechas son ridículas: el programa de reducción de la deuda de los países más pobres está sometido a condiciones inaceptables, la liberalización comercial es completamente desfavorable a los países del Sur, ninguna medida de protección ambiental ha sido tomada en serio, las sumas asignadas a la lucha contra el SIDA son insignificantes, etc. Al mismo tiempo, los países miembros del G8 rechazan luchar realmente contra los fraudes financieros y el blanqueo de dinero", expresa el Comité anti-G8 y la Asamblea General de Movilización de la Coordinación anti-OMC.
En lo que respecta al VIH/ SIDA la situación mundial de la pandemia es realmente alarmante: Hay 36 millones de seropositivos/as y cada día mueren 8500, la mayoría africanos / as. La enfermedad puede ser prevenida, combatida y controlada, como lo demuestra el retroceso de la pandemia en los países ricos. Pero en el G8 abundan las declaraciones y las promesas no cumplidas, y escasean los fondos.
Anunciado desde hace varios años y creado finalmente en la reunión del G8 de Génova, en el 2001, el Fondo mundial contra el SIDA, la tuberculosis y el paludismo. Este Fondo requiere 10.000 millones de dólares por año. Pero hasta el fin de diciembre del año anterior solo contaba con promesas de asignaciones de 2.100 millones para los próximos cinco años. El dinero que cuenta actualmente no alcanza sino para financiar las actividades de dos meses.
Estados Unidos ha prometido 15.000 millones de dólares para la lucha contra la enfermedad para los próximos 10 años, de los cuales 1000 millones podrían ir al Fondo. Los restantes 14.000 lo administrará Washington de manera unilateral, principalmente en programas de ayuda condicionada al África. Sin embargo, no hay que hacerse ilusiones, porque algunos miembros del Congreso están proponiendo que de esta ayuda sean privados todos los países que rechacen el maíz transgénico de las transnacionales de Estados Unidos, señala el periódico ginebrino Le Temps del 28 de mayo de 2003.
Por otro lado, es evidente la falta de voluntad política de los países industrializados de permitir el acceso a medicamentos anti-retrovirales, que están protegidos por patentes que favorecen únicamente a sus industrias farmacéuticas.
El presidente francés Jacques Chirac niega que el G8 sea una reunión de ricos para los ricos, y añade que el objetivo del Grupo es la solidaridad y dialogar con los otros, es decir con los países del Sur. Con estos argumentos, Chirac ha invitado a la Cumbre de Evian a siete países de Sur llamados "emergentes": Marruecos, Arabia Saudita, México, Brasil, China, Malasia e India. Por su colaboración con la Cumbre de Evian, también estará presente Suiza.
El G8 dedicará la jornada del 1 de junio para la reunión con los países del Sur. El presidente brasileño Luiz Ignacio Lula da Silva propondrá la creación de un fondo mundial contra el hambre que sería financiado por un gravamen a la venta de armas y al servicio de la deuda externa de los países más pobres. Así mismo hará presión para que su país sea admitido como miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU. Esta misma aspiración la comparte México. Pero además, el presidente mexicano Vicente Fox sueña con la inclusión de su país como invitado permanente en el club de los más poderosos.
Para el primero de junio, igualmente, han sido invitados a sentarse a la mesa de los ricos los representantes africanos de la Nueva Co-participación para el Desarrollo de África, (NEPAD, por sus siglas en inglés), es decir Argelia, Egipto, Nigeria, África del Sur y Senegal. NEPAD es una iniciativa propuesta por estos cinco gobiernos para hacer realidad la Declaración del Milenio adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas que aspira a reducir a la mitad al número de pobres hasta el 2015. Sin embargo, NEPAD está lejos de proponer un desarrollo soberano de los países africanos y más bien se enmarca en el modelo neoliberal dominante: Integración al comercio mundial, privatización, "buena gobernanza" y libre mercado financiero.
El G8 ha prometido una ayuda condicionada para esta iniciativa y abrir sus mercados a las exportaciones de los países africanos más pobres, que en realidad muy poco producen. Con respecto al África, continente azotado por el hambre, las enfermedades y las guerras, al G8 no lo mueven propósitos humanitarios o altruistas, sino el frío cálculo mercantil.
Veamos un ejemplo. El pasado 23 y 24 de abril se reunieron en París los ministros de desarrollo del G8 para discutir la ayuda pública al desarrollo, los temas del agua, la educación, la salud y el tema de África. Luego del cónclave emitieron un comunicado en el que, con respeto al Africa, renovaron su apoyo a la iniciativa de NEPAD, y reiteraron su compromiso de prevenir las hambrunas, promover la seguridad alimentaria y combatir el SIDA. Pero luego de la retórica, sacaron a luz sus verdaderos propósitos. "Los ministros recordaron que el desarrollo en África pasa por la promoción del espacio regional que ofrece un mercado más grande para las industrias y más grandes posibilidades para las inversiones extrajeras".
Si el G8 deseara realmente la paz en Africa, debería dejar de vender armas a los bandos enfrentados y deberían controlar a sus transnacionales que alientan la corrupción, las guerras y los conflictos para apoderarse de los diamantes o del petróleo.
Un reciente reporte de Amnistía Internacional recordaba oportunamente que "al menos los dos tercios de las transferencias de armas realizadas en el mundo entre 1997 y 2001 provienen de cinco países miembros del G8".
La Cumbre de Evian está llamada a producir los primeros efectos concretos respecto al África, pero esto es dudoso que se concrete. El estancamiento de las economías del Norte, los conflictos entre Estados Unidos y Europa en la Organización Mundial de Comercio, OMC, y la crisis franco-estadounidense dejaran poco espacio a los invitados africanos, escribe el periodista Benito Pérez en Le Courrier de Ginebra.
Luego de las reuniones con los países del Sur, comenzará la reunión de los representantes del G8, el 2 y 3 de junio de 2003, discutiendo los temas que más les interesan: limar las asperezas y divisiones momentáneas que provocaron la guerra de agresión a Irak, las dificultades de la economía mundial, cómo lavar la imagen de los empresarios tramposos, el impulso de las negociaciones comerciales de la OMC, cuya próxima conferencia ministerial se realizará el próximo mes de septiembre en Cancún, México, la agenda del terrorismo, etc. Todo ello, encerrados en hoteles cinco estrellas, resguardados por 30.000 efectivos y muy alejados de la gente de la calle.
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