¿Acaso un 17 de Octubre de nuevo tipo?

El pueblo dio una clase de comunicación popular

25/05/2010
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Medios, relatos y movilización social. Los millones de almas que festejaron el Bicentenario de la patria argentina pusieron en su lugar a quienes consideran a lo mediático como un poder en sí mismo, que nos somete casi con irreparable fatalidad: cuando la narración de los hechos queda en manos de sus protagonistas de carne y hueso.
 
Los millones de argentinos y argentinas que salieron a las calles entre el 21 y el 25 de mayo pasado, para festejar el Bicentenario de la Patria, como sujetos individuales y como colectivo, demostraron que, cuando la sociedad construye y asume su propio relato, los medios se sorprenden, reaccionan como consecuencia y finalmente, aunque parezca mentira, se ven obligados a sincerarse

Durante las primeras horas de la fervorosa movilización popular que se registró en Buenos Aires, los canales de noticias TN (del Grupo Clarín) y C5N, por sólo citar a los más emblemáticos de discurso corporativo y hegemónico, catapultas de sentidos contra los proyectos transformadores que se desarrollan en América del Sur, especialmente contra el que lleva adelante el actual gobierno argentino, esas dos señales, decíamos, arrancaron sus coberturas con herramientas manipuladoras más que elementales, pero verdaderas constataciones de lo que afirmamos desde el Observatorio de Medios de Argentina (Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la UNLP), en el sentido de que no existe contenido periodístico alguno que no exprese la parcialidad, la toma de posición ideológica de su emisor, incluso en el caso de la llamada información de servicios, como lo es un boletín meteorológico

Sucedió que efectivamente las condiciones del tiempo se presentaban desfavorables para una actividad masiva al aire libre – el domingo 23 diluvió y las mismas debieron suspenderse por la noche-; sobre esa referencia empírica, digamos, TN quintuplicó sus informaciones especializadas en la materia respecto de las que emite en forma habitual, con el constante mensaje de “alerta meteorológico”. C5N fue un poco más discreto pero se deslizó sobre la misma pendiente. 

Un día después, el comportamiento social estaba definido, más de un millón de personas se volcó a las calles y había que ser muy distraído (o negador de los hechos) para no prever que el 25 sucedería lo que sucedió: al menos tres millones de personas concurrieron a la convocatoria de cierre de fiesta, lanzada por el gobierno nacional. La corporación mediática quedó atada de pies y manos: no pudo hacer otra cosa que sumarse a la marea y reservarse para el tiempo después, el interpretativo, que lo trataremos más adelante en este mismo texto. 

¿Qué sucedió? Planteamos la siguientes posibilidades abiertas al debate, y enunciamos que lo hacemos desde la propuesta teórica que se desarrolla en la Agencia Periodística del MERCOSUR (APM), en el Observatorio de Medios y en la práctica docente en la UNLP –que la reflexión teórica y la práctica se alimenten en forma recíproca-; desde el modelo denominado Intencionalidad Editorial (ver “Sigilo y nocturnidad en las prácticas periodísticas hegemónicas…”; Centro Cultural de la Cooperación; Bs.As; 2009). 

Sin duda, el factor mediático jugó un papel importante en la gestación de semejante movilidad social. Fue Canal 7 (la televisora pública) la que no cejó en su convocatoria y en la transmisión en directo de los acontecimientos, a partir de un llamado diseñado y formulado por el gobierno nacional, que se caracterizó por la inteligencia de ser amplio, pluralista, con clara carga política e ideológica pero sin incurrir en el error de sesgar a sus destinatarios. En ese sentido, Canal 7 operó como medio que llama a participar en un hecho colectivo pero se abstiene de constituirse en creador del mismo, no incurre en la tendencia hegemónica predominante, de convertir al medio en constructor de realidades

Los millones de personas que salieron en verdadera parranda de alegría republicanatomaron entonces en sus manos la tarea de ser productores de su propio relato, del relato de los hechos que ellos mismos protagonizaban, con sus cuerpos, con sus expresiones verbales, con sus hábitos sacadas a la calle y en comunión con los de sus vecinos, con sus diversidades y hasta sus diferencias. 

Los medios hegemónicos, los que ejemplificamos en esta ocasión con TN y C5N, quedaron paralizados. Se cumplió un principio que el registro histórico concreto constata como veraz: la eficacia manipuladora de los sujetos mediáticos es inversamente proporcional a la capacidad de movilización de los actores sociales como narradores de su propios relatos, que se expresan siempre en la dimensión de la práctica política.

La corporación de la palabra y la imagen se llamó a repliegue táctico y esperó por el contraataque, que comenzó una vez cumplidas las jornadas festivas, en el momento mismo en que esos millones relatores de lo propio buscaban el descanso después de tanta energía desplegada. 

A primera hora del día 26 de mayo las pantallas de “los dueños de la TV” comenzaron sufase interpretativa, la que arrancó con cautela –la palabra del pueblo fue portentosa y ayer nomás los había dejado mudos-: volvieron a la Argentina que ellos desean, mas allá de la realidad; aparecieron voces de la oposición conservadora y de sus propios editorialismos permanentes, al principio tímidas, aludiendo a que, por ejemplo “ahora debemos trabajar para recuperar la paz y la concordia, para volver a como fuimos 100 años atrás, ricos, prósperos y ejemplo en el mundo”. 

Después de las fiestas patrias que vivieron tantos millones de personas: ¿cuál es el país en el que falta paz, Argentina? Otra vez la construcción caprichosa de realidad. ¿Fuimos hace 100 años más ricos, prósperos y ejemplo en el mundo?: una Argentina que crecía como apéndice agroexportadora del Imperio, con la ecuación distributiva de riqueza más retrógrada de la historia nacional, sobre un modelo de apropiación de recursos basado en el genocidio de nuestros pueblos originarios, en estado de sitio y pobres y trabajadores reprimidos con la rigidez que impone el método. Otra vez la tergiversación del pasado, la mentira histórica

En esta etapa interpretativa del enemigo es cuando los actores comunicacionales democráticos deben actuar –por ello se hace indispensable la vigencia inmediata de la nueva ley de servicios audiovisuales-, pero, sobre todo deben hacerlo los sujetos políticos colectivos, entre ellos la gestión de gobierno, con la creciente traducción del relato construido por el pueblo en la calle en políticas de institucionalización y movilización

Si el campo democrático, nacional y popular avanza en ese sentido estarán dadas las condiciones para afirmar que la sociedad argentina convirtió a su Bicentenario en un punto de inflexión y cambio cultural, como un nuevo 17 de Octubre de nuevo tipo.
 
- APM | Agencia Periodística del Mercosur | www.prensamercosur.com.ar
Facultad de Periodismo y Comunicación Social. Universidad Nacional de La Plata.
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