Cada quien hace su juego real por su lado. Brasil acelera la reconstrucción del MERCOSUR, avanza en las alianzas con la India y Sudáfrica, intensifica su comercio con China, da continuidad a los acuerdos del MERCOSUR con la Unión Europea. Los Estados Unidos cierran los acuerdos bilaterales de libre comercio con Uruguay, Chile, Centroamérica, da las garantías a los aliados internos de que ninguna concesión del mercado interno será realizada -hasta garantizar los votos indispensables para la reelección de Bush en noviembre de 2004-. Pero el nuevo encuentro de Bush y Lula se da como si nada de eso estuviera aconteciendo, como si fuese un matrimonio en el que las relaciones paralelas no fueran abordadas. El principal tema de la reunión debería ser la versión final de los acuerdos del ALCA, que tienen que ser concluidos este año, para entrar en funcionamiento en 2005. Los gobiernos brasileño y norteamericano comparten actualmente el comando de las negociaciones y tendrían la responsabilidad de entregar al conjunto de los gobiernos la propuesta final de acuerdos. Como estos están muy lejos de llegar a ser concluidos y como los dos gobiernos están en verdad interesados en aplazar el comienzo del ALCA -por conveniencias mutuas-, se conversará un poco sobre muchos temas, sobre relaciones bilaterales en particular, como si la comunidad del continente no estuviera esperando una propuesta sobre el ALCA. Será una conversación para quemar tiempo. El embajador brasileño en los Estados Unidos dice que las relaciones entre los dos gobiernos nunca estuvieron tan bien. El debe estar queriéndose referir a aquel tipo de relación conyugal que se mantiene porque los problemas son empujados debajo del tapete. Lo mejor que puede suceder en este encuentro es no haya ningún tipo de conflicto, de malentendido, de error, que todo continúe como antes, cada uno empujando hacia delante su acumulación de fuerzas, aplazando los conflictos y los enfrentamientos para después. Primero vienen las elecciones norteamericanas -prioridad esencial para el gobierno Bush, que ayuda a retrasar el ALCA-, mientras tanto Brasil trata de fortalecer sus propias alianzas, dejando la batalla decisiva sobre el ALCA para el 2005. Hasta allá, paz y amor, como si todo estuviera andando bien.