Una soberana demostración de fuerzas (II)
La más exitosa hasta la fecha
05/08/2010
- Opinión
Los cuatro integrantes del bloque sudamericano acordaron un Código Aduanero Común. Se evita así el doble cobro de arancel. Primó así la política por sobre los intereses mezquinos.
¿Por qué sostenemos que fue la más exitosa cumbre del Mercado Común del Sur (Mercosur) si mencionamos que se aprobó el Código Aduanero Común (CAC)? Porque se trataba de una medida pendiente desde 1991 y que impedía dar un salto de calidad institucional al bloque constituido por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay como miembros plenos; Venezuela en proceso de incorporación, y Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador y Perú como estados asociados.
Y este tema en principio arancelario impedía avanzar hacia mayores grados de integración. Hasta la entrada en vigencia de CAC, un producto procedente de un país extra Mercosur pagaba un arancel de importación al ingresar a alguno de los cuatro miembros, y si de allí se lo movilizaba a otra miembro, debía pagar otro arancel. Existía un doble cobro de arancel, lo cual en un bloque que pretende convertirse en mercado común es inviable.
Además, perjudicaba mayoritariamente a Paraguay, que al no contar con litoral marítimo, gran parte de sus importaciones extra Mercosur pasaban con antelación por Argentina o Brasil mayoritariamente. Ahora, las manufacturas que ingresen a una nación pero tengan como destino final otra integrante del bloque, tributará en el país de destino final.
La información dura nos señala que en la ciudad argentina de San Juan, se realizó el lunes y martes pasados la 39º Cumbre de Presidentes del Mercosur y Estados Asociados, donde la anfitriona y presidenta pro témpore del bloque, Cristina Fernández, recibió a sus pares de Brasil, Lula da Silva, de Paraguay, Fernando Lugo, de Uruguay, José Mujica, de Bolivia, Evo Morales, y de Chile, Sebastián Piñera.
La prensa hegemónica argentina iteró y reiteró un inevitable fracaso de la Cumbre. Pero gracias a elogiosos esfuerzos diplomáticos al más alto nivel, y cuando los sectores que representan el pensamiento extranjerizante ya celebraban el fiasco, Cristina Fernández pudo anunciar el acuerdo alcanzado, que comenzará a instrumentarse en lo inmediato para tener total vigencia a partir de 2012.
El CAC establece unos 300 puntos que hacen el funcionamiento de la unión aduanera, cuyo concepto básico implica un sólo impuesto general para todos los productos que ingresen al bloque y, luego, la circulación libre por todos los países.
Los miembros menores habían expresado sus resistencias en dos ejes. La posición de Asunción sostenía que el tema de la distribución de la renta aduanera no los convencía. En este sentido, Buenos Aires y Brasilia (las dos capitales que más “enfriaban” el acuerdo por el CAC) coincidieron proponer que la renta la perciba el país de destino del producto.
Montevideo, por su parte, no estaba de acuerdo con la propuesta de sus tres socios sobre la autoridad de aplicación. Mujica sostenía con firmeza que debía ser el Mercosur quien aplicase la normativa, mientras que Fernández, Da Silva y Lugo pretendían que un organismo de cada país lo haga por su cuenta.
Tras un encuentro entre la presidenta Fernández y Mujica, se lo convenció de sumarse a la proposición mayoritaria. "Todos los medios (de prensa) tenían expectativa de que esto no saliera y en letras de molde dijeron que era imposible", enfatizó Cristina Fernández en conferencia de prensa junto a su par de Brasil.
"Anuncio la aprobación del Código Aduanero, algo que veníamos trabajando arduamente durante años", agregó como corolario la mandataria ante el plenario de presidentes.
Otro ítem en el cual había hecho hincapié la prensa hegemónica era la cuestión de losderechos de exportación (retenciones) que cobra Argentina a las exportaciones de origen agropecuarias. Y se convirtió en otro deseo no cumplido para este reaccionario sector, ya que la fría letra del acuerdo admite que no se van a modificar los actuales esquemas en vigencia. Consultado el canciller argentino Héctor Timerman, precisó que "el Código Aduanero permitirá ahora que cada país fije las retenciones como lo prefiera".
El “valor histórico” de esta cumbre (Lula dixiet) fueron los acuerdos citados antes, pero también es de destacar la firma de un tratado de libre comercio (TLC) entre el Mercosur y Egipto, y avances en las negociaciones con India y la Unión Europea (UE).
Y no es menos destacable el incremento de los recursos del Fondo de Convergencia Estructural del Mercosur (Focem) a 794 millones de dólares destinados a obras de infraestructura e integración física.
"El espacio del Mercosur es algo mucho más amplio que una unión aduanera, es un espacio político de diálogo y entendimiento", dijo Cristina, al entregarle la presidencia pro témpore a Lula, quien la por la reunión de San Juan.
"Ha sido la mejor y la más productiva reunión desde Ouro Preto y desde mi larga experiencia como presidente decano del Mercosur. Los progresos fueron extraordinarios", fueron las contundentes palabras del presidente de la nación lusoamericana.
Según señala el diario Wall Street Journal, el Mercosur está en vías de alcanzar este año un comercio interior por 41.000 millones de dólares, en comparación con los 4.500 millones de 1991 cuando se creó el bloque o los 9.000 millones de 2002.
En el haber quedó el ingreso pleno de Venezuela al bloque. Hasta el año pasado, los Congresos de Brasil y Paraguay no habían aprobado su membresía, pero ahora sólo resta la ratificación de Asunción.
Ahora, la presidencia rotativa quedó en manos de Lula da Silva. Estos serán los últimos seis meses del brasileño como presidente de su país, y querrá cerrar su administración con el ingreso venezolano y con un acuerdo con la UE.
La más importante Cumbre de Presidentes del Mercosur, le pese a la prensa hegemónica.
Y este tema en principio arancelario impedía avanzar hacia mayores grados de integración. Hasta la entrada en vigencia de CAC, un producto procedente de un país extra Mercosur pagaba un arancel de importación al ingresar a alguno de los cuatro miembros, y si de allí se lo movilizaba a otra miembro, debía pagar otro arancel. Existía un doble cobro de arancel, lo cual en un bloque que pretende convertirse en mercado común es inviable.
Además, perjudicaba mayoritariamente a Paraguay, que al no contar con litoral marítimo, gran parte de sus importaciones extra Mercosur pasaban con antelación por Argentina o Brasil mayoritariamente. Ahora, las manufacturas que ingresen a una nación pero tengan como destino final otra integrante del bloque, tributará en el país de destino final.
La información dura nos señala que en la ciudad argentina de San Juan, se realizó el lunes y martes pasados la 39º Cumbre de Presidentes del Mercosur y Estados Asociados, donde la anfitriona y presidenta pro témpore del bloque, Cristina Fernández, recibió a sus pares de Brasil, Lula da Silva, de Paraguay, Fernando Lugo, de Uruguay, José Mujica, de Bolivia, Evo Morales, y de Chile, Sebastián Piñera.
La prensa hegemónica argentina iteró y reiteró un inevitable fracaso de la Cumbre. Pero gracias a elogiosos esfuerzos diplomáticos al más alto nivel, y cuando los sectores que representan el pensamiento extranjerizante ya celebraban el fiasco, Cristina Fernández pudo anunciar el acuerdo alcanzado, que comenzará a instrumentarse en lo inmediato para tener total vigencia a partir de 2012.
El CAC establece unos 300 puntos que hacen el funcionamiento de la unión aduanera, cuyo concepto básico implica un sólo impuesto general para todos los productos que ingresen al bloque y, luego, la circulación libre por todos los países.
Los miembros menores habían expresado sus resistencias en dos ejes. La posición de Asunción sostenía que el tema de la distribución de la renta aduanera no los convencía. En este sentido, Buenos Aires y Brasilia (las dos capitales que más “enfriaban” el acuerdo por el CAC) coincidieron proponer que la renta la perciba el país de destino del producto.
Montevideo, por su parte, no estaba de acuerdo con la propuesta de sus tres socios sobre la autoridad de aplicación. Mujica sostenía con firmeza que debía ser el Mercosur quien aplicase la normativa, mientras que Fernández, Da Silva y Lugo pretendían que un organismo de cada país lo haga por su cuenta.
Tras un encuentro entre la presidenta Fernández y Mujica, se lo convenció de sumarse a la proposición mayoritaria. "Todos los medios (de prensa) tenían expectativa de que esto no saliera y en letras de molde dijeron que era imposible", enfatizó Cristina Fernández en conferencia de prensa junto a su par de Brasil.
"Anuncio la aprobación del Código Aduanero, algo que veníamos trabajando arduamente durante años", agregó como corolario la mandataria ante el plenario de presidentes.
Otro ítem en el cual había hecho hincapié la prensa hegemónica era la cuestión de losderechos de exportación (retenciones) que cobra Argentina a las exportaciones de origen agropecuarias. Y se convirtió en otro deseo no cumplido para este reaccionario sector, ya que la fría letra del acuerdo admite que no se van a modificar los actuales esquemas en vigencia. Consultado el canciller argentino Héctor Timerman, precisó que "el Código Aduanero permitirá ahora que cada país fije las retenciones como lo prefiera".
El “valor histórico” de esta cumbre (Lula dixiet) fueron los acuerdos citados antes, pero también es de destacar la firma de un tratado de libre comercio (TLC) entre el Mercosur y Egipto, y avances en las negociaciones con India y la Unión Europea (UE).
Y no es menos destacable el incremento de los recursos del Fondo de Convergencia Estructural del Mercosur (Focem) a 794 millones de dólares destinados a obras de infraestructura e integración física.
"El espacio del Mercosur es algo mucho más amplio que una unión aduanera, es un espacio político de diálogo y entendimiento", dijo Cristina, al entregarle la presidencia pro témpore a Lula, quien la por la reunión de San Juan.
"Ha sido la mejor y la más productiva reunión desde Ouro Preto y desde mi larga experiencia como presidente decano del Mercosur. Los progresos fueron extraordinarios", fueron las contundentes palabras del presidente de la nación lusoamericana.
Según señala el diario Wall Street Journal, el Mercosur está en vías de alcanzar este año un comercio interior por 41.000 millones de dólares, en comparación con los 4.500 millones de 1991 cuando se creó el bloque o los 9.000 millones de 2002.
En el haber quedó el ingreso pleno de Venezuela al bloque. Hasta el año pasado, los Congresos de Brasil y Paraguay no habían aprobado su membresía, pero ahora sólo resta la ratificación de Asunción.
Ahora, la presidencia rotativa quedó en manos de Lula da Silva. Estos serán los últimos seis meses del brasileño como presidente de su país, y querrá cerrar su administración con el ingreso venezolano y con un acuerdo con la UE.
La más importante Cumbre de Presidentes del Mercosur, le pese a la prensa hegemónica.
APM | Agencia Periodística del Mercosur | www.prensamercosur.com.ar
Facultad de Periodismo y Comunicación Social. Universidad Nacional de La Plata.
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