El hombre nuevo del MST
16/07/2003
- Opinión
En medio del Estado de Goias, en el asentamiento de Canudos, en un
"salón" con piso de concreto, paredes y techo de hojas de palma, un
muchacho expone su trabajo final en la Escuela de Formación Básica
del MST. Se trata de un campesino del Movimiento de Trabajadores
Rurales Sin Tierra del Brasil. En el auditorio 92 jóvenes
dirigentes, alumnos de la Escuela, el equipo de la Coordinación
Político Pedagógica, varios Dirigentes Estaduales y 4 chilenos que
hemos viajado a recoger experiencia, escuchan con atención.
Se trata de la culminación de un trabajo de cerca de 3 meses.
El alumno ha preparado su monografía sobre "Las dificultades que
tiene la organización del MST al pasar del campamento al
asentamiento"
Quienes escuchamos su exposición nos vamos enterando de su propia
experiencia en las ocupaciones de tierras no cultivadas de grandes
haciendas, de los ataques de los hacendados, de la heroica
resistencia de los campesinos y sus familias hasta instalar una
campamento, partiendo de la nada y contando sólo con el apoyo de la
gente del Movimiento. Allí podrán pasar años antes que el Gobierno
les de la concesión de la tierra para legalizar los cultivos,
establecer asentamientos y lograr luego asistencia técnica,
maquinaria y semillas, en otra lucha con múltiples avances y
retrocesos.
El problema expuesto consistía en que mientras en los campamentos la
disposición de los campesinos a incorporarse al Movimiento como
militantes, a participar en las marchas, en la defensa del terreno,
en la organización de la escuela, de los cultivos y otras tareas
colectivas, era buena, en la etapa de asentamiento el trabajo de la
organización no era tan fácil. Había la tendencia en muchas
familias a concentrarse en solucionar sus problemas en forma aislada
y de ahí la necesidad de buscar nuevas formas de trabajo con ellos.
El exponente analizó varias causas y luego propuso varias
soluciones, algunas ya probadas en la práctica y otras sólo en la
fase de teoría.
En esta misma forma y sobre diferentes temas, fuimos testigos, de
exposiciones de trabajos elaborados por el resto de los jóvenes
dirigentes del MST que participaban en la Escuela. Con sencillez y
modestia, nos hacían partícipes de una reflexión teórica sobre su
práctica político-social.
Tras este hecho que relato, está la experiencia de miles de
campesinos y también de habitantes de las ciudades del Brasil que
integran el Movimiento y que desde 1979 , año en que iniciaron las
ocupaciones, han ido elaborando, construyendo una alternativa en un
proceso de acciones y reflexiones que los coloca hoy sobre bases lo
bastante sólidas como para poder resistir y reaccionar, ante el
fuerte embate del neoliberalismo y la reacción en el mundo
Desde los primeros años la experiencia les fue mostrando que no
bastaba con ocupar la tierra y cultivarla, porque el movimiento en
sí estaba produciendo algo más, un hombre, una mujer, un joven, un
niño con una identidad distinta, un "Sem Terra".
No se trataba de un nuevo propietario, se trataba de seres humanos
que querían usar un bien que consideraban común, la tierra, en
beneficio de todos y para ello estaban dispuestos a luchar,
resistir, enfrentarse al sistema y cambiarlo. Se presentaba,
entonces, también el desafío de darles la formación más adecuada a
esa nueva apuesta.
Y en ese contexto la tarea implicaba dos aspectos fundamentales: por
una parte debían dar formación a sus militantes y cuadros dirigentes
y por otra parte, abordar la educación de los niños y jóvenes de los
campamentos y asentamientos, así como la alfabetización de los
adultos.
El tipo de formación que necesitaban dar a sus militantes emanó en
cada uno de sus Congresos resumida en sus consignas que reflejaron
la idea principal de su pensamiento en ese momento.
"La tierra para el que la trabaja" (1985) fue la consigna del primer
Congreso, indicando con ello la determinación de luchar contra
quienes tenían la tierra y no la necesitaban. La formación para sus
militantes, fue de agitación y propaganda para vencer el miedo a
ocupar las tierras. Y los contenidos para explicarles como
funcionaba la sociedad y porqué había ricos y pobres, provenían del
materialismo histórico, de la Biblia, del Estatuto de la Tierra y de
la economía política.
"Ocupar, resistir y producir" (1990) fue el pensamiento del segundo
Congreso.. La formación va en dos sentidos: en preparar para
resistir haciendo ocupaciones masivas y por otro lado, hacer
producir la tierra ocupada. En esta última tarea se trata de
convencer de la necesidad de trabajar en cooperativas y organizar
bien el trabajo productivo.
"Reforma Agraria, una lucha de todos" (1995) fue la orden en el
tercer Congreso porque se veía que la implantación del modelo
económico destruiría también la pequeña agricultura. Las
movilizaciones incluyeron solidaridad con otros sectores de pequeños
propietarios, constituyéndose en espacios de concientización masiva,
el MST alcanzó gran reconocimiento externo.
"Reforma Agraria por un Brasil sin latifundio" (2000) fue la
consigna del cuarto Congreso. Se trata de un retroceso en las
demandas, pero necesario dado que el neoliberalismo consiguió una
serie de derrotas de los trabajadores y en esa circunstancia, se
trataba de preservar lo ya conquistado. El Movimiento se abocó a
mejorar las estructuras y mejorar la preparación de sus dirigentes
para enfrentar arremetidas de los EEUU como el ALCA.
Luego de la victoria de Lula la orden de "por un Brasil sin
latifundio" gana más significación. No se sabe si él hará las
reformas necesarias, pero el MST aprovechará el signo de cambio que
significa esta elección, para continuar con las ocupaciones, las
marchas, las movilizaciones y las presiones sobre el Gobierno para
lograr avanzar en su lucha contra el latifundio.
Paralelamente al proceso de formación de los militantes y dirigentes
del movimiento se desarrolló la batalla por la educación formal de
niños y jóvenes bajo los principios y valores del Movimiento.
Ello significó una lucha por lograr escuelas, luego, que éstas
fueran estructuradas y con planes especiales para jóvenes y niños
campesinos, y más adelante por lograr formar sus propios maestros.
Sin embargo y paralelamente a la lucha contra las instancias
gubernamentales, con la ayuda de pedagogos como Paulo Freire y
trabajando con los escritos de Makarenko, de Gramsci, de Lenin, etc.
integrantes del Movimiento han ido elaborando la Pedagogía de los
Sin Tierra que contempla diversos aspectos que tienen que ver con la
educación y formación de este "hombre nuevo".
En primer lugar el principal agente educativo es el Movimiento mismo
que en sus vivencias colectivas, ocupaciones, marchas, campamentos,
asentamientos, trabajo productivo, místicas, va formando a los
integrantes de las familias completas. Se produce un proceso de
identificación muy fuerte con el Movimiento porque este tiene la
fortaleza de un camino recorrido con objetivos logrados en muchos
lugares.
Un segundo elemento es que se educan en la lucha permanente para
cambiar el actual estado de cosas. Y esta mentalidad de cambio se
vive también en lo cotidiano, no repitiendo en la misma forma las
actividades diarias, dejando volar la imaginación y la creatividad
en la disposición de los elementos en la sala de clase, en el
embellecimiento de los lugares que ocupan, improvisando actividades
de animación en los descansos y sobretodo desarrollando las
actividades con variadas formas y elementos.
Esa formación y esa lucha se da en colectivo y por tanto el aprender
a valorar el aporte de los demás, el ser modesto con las opiniones
propias, el respetar lo resuelto por el colectivo son elementos que
se ejercitan diariamente. Esta es también una forma de conseguir
que la unidad de acción pase a ser un elemento natural para quienes
tienen que enfrentar enemigos tan poderosos
Un elemento muy determinante en el proceso pedagógico es la Tierra ,
en el sentido , que los ocupantes, hayan sido antes campesinos o no,
recuperan raíces históricas de la producción agrícola en Brasil.
Por ello la formación incluye en forma permanente el trabajo y la
producción en el campo, incluso trasladando hoy las escuelas de
Formación Básica de Dirigentes a los asentamientos. Está muy
presente el hecho que el Movimiento está formando personas en nuevas
relaciones de trabajo agrícola y nuevas relaciones de producción y
ello se aprende en la práctica.
Hay también un proceso educativo a través de la "elaboración de la
cultura de los Sin Tierra" que en su lucha van proyectando nuevos
valores, convicciones, ideas, principios, conocimientos, expresiones
materiales, música, costumbres que se perciben en los campamentos,
asentamientos, escuelas, cursos de formación, marchas, y que además
trasmiten a través de sus relaciones con otras personas, de la
mística, de los símbolos, de los gestos, del arte.
El referirme aquí al rol de la mística en la vida del MST
significaría en la práctica escribir otro artículo. Por ello sólo
quiero destacar que la mística además de ser un elemento de la
cultura es empleado como factor esencial en la formación de las
nuevas generaciones y en la mantención del optimismo revolucionario
entregando, a través de ella, la posibilidad de vivir
anticipadamente aquello por lo cual se está luchando.
De la valiosa experiencia recogida del Movimiento de los
Trabajadores Rurales Sin Tierra de Brasil, tendremos oportunidad de
conocer más directamente de los protagonistas en el mes de
Septiembre en que una importante delegación viaje a Chile con motivo
de los 30 años del Golpe militar que derrocó al presidente Salvador
Allende.(1)
* Marta Godoy H. Licenciada en Ciencias Sociales. Universidad de
La Habana
Nota:
(1) Consultas bibliográficas : Ademar Bogo. El lugar de formación
(fotocopia)
https://www.alainet.org/es/active/4100
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