Balance electoral

10/10/2010
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“Debemos actuar ahora y pronto”
Narciso Bassols

Tiene mucha razón el M. en C. Mauricio Valdés Rodríguez -ex presidente de Parlamento Ciudadano del Estado de México- cuando en la denuncia de los lunes número 44 afirma: “RESCATAMOS A TEXCOCO” porque ganó Texcoco. Y sí, con el joven y sagaz candidato del PRI Amado Acosta García gana Texcoco porque ganan los ciudadanos. Gana la democracia porque, al fin, hay alternancia; ganan los ciudadanos porque en esa tierra el triunfo de la coalición de partidos organizada por el PRI, y de los candidatos a Diputado Federal, Ing. Manuel Cadena Morales; a Diputado Local, Lic. Bernardo Olvera Enciso significa una victoria que muchos se negaban a creer posible. Hay quienes apostaron a que se mantendría el candidato del PRD por quinta ocasión consecutiva; es una victoria para la ciudadanía porque la alternancia se transformará en competencia y eso hará que se trascienda a la incompetencia que se ha vivido en la región oriente de nuestra entidad por doce años consecutivos: más de una década perdida; es una victoria porque los ciudadanos organizados se lograron sacudir el “neo caciquismo ramplón y lamentablemente no tan efímero, que sirvió a los intereses personales” del grupo del Diputado Higinio Martínez Miranda quien ha hecho de la actividad política una fábrica de corrupción e impunidad y mediante la franquicia del PRD se aprovechó de la nobleza de militantes de un partido, ahora en crisis. Un caso emblemático y poco difundido, hasta el momento es el triunfo de la colación priísta en el municipio de Nezahualcóyotl donde los perredistas todavía no dan crédito a que perdieron esa plaza.

Pero no sólo ganan los ciudadanos en Texcoco, también ganaron en muchas otras partes del país y del estado de México. Mediante las urnas se ha logrado retirar de su madriguera -Naucalpan- a otro menesteroso grupo político que encabezó por más de doce años consecutivos el actual alcalde de Naucalpan José Luís Durán Reveles. Con la caída del PAN y del PRD en los diferentes procesos electorales de la jornada del 5 de julio se desploma una parte de esa clase política del país que ha actuado en política con una posición estrictamente patrimonialista y clientelar. Con los resultados alcanzados los actores aludidos tendrán que demostrar que realmente tienen oficio político o se tendrán que retirar a gozar de cuantiosas fortunas amasadas a la sombra de los cargos públicos que han ostentado en poco más de una década y sin que las autoridades fiscales hayan hecho nada por sancionarlos. Tendrán que “reconocer que en política, como en el ajedrez, los errores cuentan. Y si son serios y sinceros, lo primero que reconocerán será el grado de descomposición de lo que un día pudo ser una fuerza política respetable pero que en virtud de sus abusos se llenó de corrupción, impunidad, mentiras, ineficiencia gubernamental, mal trato a los ciudadanos, entre otras lamentables causas para quienes eran o no simpatizantes o miembros de su partido.

Con el inicio de la última etapa de los procesos electorales volveremos a la realidad de millones de mexicanos: el desempleo, la miseria, la grave inseguridad pública y la necesidad de que ahora, además del cambio de personas y de partido -en distintas esferas gubernamentales- los ciudadanos queremos un cambio de rumbo: más empleo, mejores salarios, más seguridad, rescate auténtico de nuestras comunidades, municipios, estados y del País. Debemos encontrar la ruta correcta, adecuada, oportuna y eficaz para que el país se inserte en la dinámica de la mundialización y salga de la crisis económica que nos agobia. El mandato de las urnas es para que el ganador y sus aliados vayan en pos de las alianzas que beneficien al país y a la mayoría de los mexicanos, para que logren acuerdos, convenzan con razones, sin agandallarse el patrimonio nacional.

Pasada la hora de la lucha político electoral, los partidos y candidatos triunfadores deben demostrar que son capaces de representar a quienes les brindan -y no para siempre- una nueva oportunidad para gobernar mejor, con una gran dosis de humildad, de sensibilidad, de humanismo, de honestidad, de legalidad y de eficiencia. El nuevo rumbo nos debe llevar a dotar al “Estado Mexicano” de todos los medios democráticos para hacer posible la gobernabilidad que requiere el país; ese nuevo andamiaje implicará la reactivación de los factores de la producción como requisito indispensable para promover el crecimiento y desarrollo, el cual, deberá impulsarse con políticas económicas de Estado que cubran las necesidades que el mercado -por su lógica simple- no atiende; un estado renovado que abata la inacabable injusticia social para garantizar nuestra independencia y soberanía mediante la capacidad del país para fortalecer la vida institucional, el crecimiento y el desarrollo social. Nunca, nunca, nunca debemos perder de vista que intereses personales, ambiciones, traiciones y deslealtades en nuestra historia le han costado al país la mitad de su territorio y toda la riqueza patrimonial que en ella ha habido: grandes extensiones de tierra para cultivo, litorales, ríos, espectro radioeléctrico, el de Oro de California, el petróleo en Texas, etc. etc. ¿Y usted, cómo la ve?

- Francisco Velasco Zapata es Presidente de Parlamento Ciudadano A. C.,

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