Habilitante, Carta Democrática y soberanía

11/01/2011
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Como era de esperarse, la oposición venezolana armó un zafarrancho por la aprobación de una Ley Habilitante. En 2001 activaron una conspiración golpista por el mismo tema. Ahora le han agregado un fuerte componente internacional.
 
Lo digo de una vez, la necia intervención de Insulsa es una provocación que apunta a sabotear la cumbre histórica prevista para el 5 de julio, cuando Caracas será sede de la Primera Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe. Tal es el blanco del “malinche” francotirador.
 
El Artículo 3º de la Carta Democrática que le preocupa al chileno Insulsa, plantea como elementos esenciales de la democracia, el respeto a los derechos humanos, la sujeción del poder al estado de derecho, la celebración de elecciones libres, el régimen plural de partidos, y la separación e independencia de los poderes públicos. Pues todo eso tiene vigencia y se practica a profundidad en nuestro modelo democrático participativo.
 
La prueba más fehaciente de la separación e independencia de poderes es la Habilitante misma. El Poder Ejecutivo no podría decidir sobre determinadas materias, sino es autorizado por el Poder Legislativo para hacerlo, y aún se le habilita sólo por un periodo determinado.
 
En este caso además, existen razones poderosas que justifican la habilitación. Nada más y nada menos que la tragedia de cientos de miles de compatriotas y la destrucción de infraestructuras vitales para la República como consecuencia de una calamidad climática.
 
La Asamblea Nacional actuó correctamente en pleno uso de sus atribuciones constitucionales al aprobar con carácter de urgencia la Ley Habilitante. Lo contrario hubiese representado un delito de omisión e incumplimiento grave de sus obligaciones juradas hasta el 4 de enero de 2011.
 
Año y medio es un tiempo prudente, y el ámbito de aplicación, razonable, tomando en cuenta las terribles secuelas de las lluvias. Así, el Gobierno podrá dar atención “sistematizada y continua a las necesidades humanas vitales y urgentes derivadas de las condiciones sociales de pobreza y de las lluvias, derrumbes, inundaciones y otros eventos producidos por la problemática ambiental”.
 
Insulsa es la carnada de una trampa pentagonal. Si a él le preocupara de verdad la Carta Democrática, debería comenzar por cumplir el principio de no intervención con que abre el cacareado documento en su primer Considerando.
 
Pero mientras este peón incurre en tal impertinencia, el senador McCain azuza por aquí al ladito el estigma del colaboracionismo con “terroristas”, y la derecha criolla se postra de hinojos ante ese par de viriles mercenarios. Han solicitado cupo en divisas para importar sus testosteronas.
 
Entonces podemos resumir el debate en un asunto de soberanía, en la acepción híbrida que nos legaran Rousseau y Sieyés, soberanía del pueblo y soberanía de la nación.
 
Cuando la Asamblea Nacional otorgó poderes habilitantes al Ejecutivo, quedó claro que el soberano estaba representado por la Asamblea. Cuando Insulsa, el Departamento de Estado de USA o el senador McCain se entrometen y la derecha servil lo celebra, están violando nuestra sagrada soberanía, y eso, el soberano pueblo de Venezuela y el Gobierno Bolivariano no se lo vamos a permitir.
 
Ildefonso Finol es Constituyente y Presidente de la Comisión Nacional de Refugiados
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